La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023 marcó momentos de inspiración y reflexión profunda. Después de la Misa de apertura que congregó a multitudes en la Colina del Encuentro, la delegación madrileña se sumergió en un nuevo formato de catequesis llamado «Rise Up«. Durante este encuentro en la explanada del mercado de Sao Domingos de Rana, monseñor José Cobo, arzobispo de Madrid, compartió perspectivas enriquecedoras sobre la relación con Dios, la humanidad y la responsabilidad con la creación.

«La vida no la hacemos nosotros, viene de Dios», fue el mensaje inicial que el prelado transmitió a los jóvenes congregados. Estas palabras establecieron el tono para una discusión profunda sobre el propósito y la dirección de sus vidas. Enfatizó que la JMJ brinda una oportunidad para comprender el proyecto que Dios tiene para cada individuo, ya que esto es lo que realmente los hace más humanos.

El arzobispo abordó el escepticismo hacia la religión y explicó que la relación con Dios enriquece nuestra humanidad. «Cuanto más entras en relación con Dios, más humanos somos», declaró, refutando las críticas de que la fe aliena a las personas. Más bien, argumentó que la sintonía con Dios enriquece nuestras vidas y nos lleva hacia la verdadera felicidad.

Haciendo referencia a la ecología integral promovida por el Papa, el arzobispo destacó cómo esta visión nos llama a aprender a ser humanos a través de nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación. Subrayó que al establecer una conexión genuina con Dios y nuestros semejantes, aprendemos a cuidar de los menos afortunados y a construir una comunidad enriquecedora.

El arzobispo alentó a los jóvenes a compartir sus encuentros con Dios con los demás, utilizando un truco práctico: registrar momentos concretos de encuentros con Dios en sus dispositivos móviles y programar alarmas para recordarlos. Animó a los jóvenes a transmitir su experiencia de Dios a otros, describiendo cómo es Dios para ellos y cómo esa relación ha enriquecido sus vidas.

Con un desafío apasionante, el arzobispo instó a los jóvenes a llevar el espíritu de la JMJ de regreso a sus comunidades. «Necesitamos que nos vea la diócesis, que vea que los jóvenes de Madrid son manos de Dios, y hablamos de Dios y practicamos a Dios», exclamó. Hizo una llamada a impactar en sus barrios y parroquias con la misma energía y devoción que están experimentando en la JMJ, compartiendo el mensaje de fe y humanidad que han abrazado.

Concluyendo su discurso, el arzobispo resaltó cómo la JMJ es una oportunidad poderosa para superar la vergüenza y unirse en la comunión. «Es un ‘chute’ increíble para perder la vergüenza», proclamó, instando a los jóvenes a sentirse parte de una comunidad unida en su amor y servicio a Dios. La JMJ 2023 continúa ofreciendo una plataforma transformadora para el crecimiento espiritual y la construcción de una humanidad más auténtica.