Infomadrid.- Rodrigo Quirós

Con una formación en el seminario, una peregrinación hasta la catedral y una Misa jubilar en común, el cardenal Cobo les ha recordado que «necesitamos coordinarnos» y «hacer cristianos».

A diferencia de otras diócesis del mundo —incluida Roma— que celebraron el Jubileo de los Catequistas en solitario, Madrid los convocó el pasado sábado junto a los profesores de Religión para albergar una fiesta conjunta en la catedral de la Almudena. «Hay muchas puertas para entrar en la vida, pero hoy todos habéis entrado por la misma: la indulgencia de Dios y su misericordia», les dijo el cardenal Cobo en la monición de entrada, en la que les aseguró que «aquí está la levadura de la que el Señor se fía para que se conozca a Jesucristo». En su homilía, reivindicó que «necesitamos coordinarnos» y llamó a dejar de pensar en la Primera Comunión como un mero «momento» por el que pasan los niños y entenderla como una oportunidad de oro para iniciarlos en la vida comunitaria. «Dediquémonos a hacer cristianos», emplazó.

Foto de Ignacio Arregui

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Al terminar la celebración, nos acercamos a Beatriz Fachal y Goyo Llorente. La primera es catequista en la Vicaría VII; el segundo, profesor de Religión en un instituto público y asesor de formación de la Delegación de Enseñanza de la archidiócesis. Ambos recibieron a los maestros y catequistas que se desplazaron al Seminario Conciliar de Madrid antes de la Misa para tener una formación conjunta, recibir el libro Infancia y filiación en la vida cristiana y escuchar la presentación de Dejad que los niños se acerquen a mí, del mismo autor, Juan Carlos Vera. También para seguir la ponencia del cantautor Unai Quirós, quien se metió a los asistentes en el bolsillo con su guitarra.

«Es importante no sentirse solos», reivindica Llorente, quien portó junto a Fachal la cruz durante la peregrinación de cientos de compañeros desde el seminario hasta la catedral de la Almudena. Consciente de que «hace 25 años la realidad era diferente» por el potente sustrato católico de nuestro país entonces, llama a «estar unidos en la esperanza que estamos celebrando». «Al final todos estamos en un aula con los niños intentando transmitirles el mensaje de Jesús de una manera y otra», añade Fachal, que no comparte oficio con este profesor, pero sí misión.

Fachal y Llorente ilustran el trabajo conjunto entre los dos ámbitos
Fachal y Llorente ilustran el trabajo conjunto entre los dos ámbitos. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

Preguntada sobre cómo llegan los chavales a catequesis, Beatriz Fachal nos revela que muchas veces «son los abuelos los que los traen a la parroquia para que hagan la Comunión». Así, la transmisión de la fe a menudo se salta una generación. En otras ocasiones, «hay chavales que el único contacto que van a tener con Jesús y con la Palabra va a ser a través de nosotros», señala Goyo Llorente. El cardenal Cobo ya se lo advirtió en la Misa jubilar: «Que en el futuro haya hombres capaces de vivir en esperanza depende, en gran medida, de vosotros, educadores y catequistas». Por ello, los llamó a «sembrar en la mente de niños y jóvenes razones para esperar y motivos para vivir día a día con confianza».

A salvo de los prejuicios

La supuesta aridez de este paisaje, con los inconvenientes evidentes que presenta, facilita, no obstante, una lúcida ingenuidad de los adolescentes hacia la fe. La indiferencia que se vive en su casa los ha protegido, al menos, de ser educados en el prejuicio o el rechazo. «Se constata esa realidad sobre todo en la universidad», revela Llorente.

Por su parte, Gema López, profesora de Religión en el CEIP Tirso de Molina —donde «se tiene muy en cuenta la asignatura y bastantes niños optan por ella»— nos confía que una de las lecciones fundamentales del día —aparte de la Misa jubilar— sucedió durante el encuentro en el seminario. «Nos han dicho que Jesús es nuestro centro, que estamos atendidos por él, que siempre nos acompaña y que tenemos que seguir adelante con una mirada limpia y de ayuda hacia todos los chicos que se nos ponen delante a lo largo del día». Sobre la organización conjunta de este Jubileo, considera «muy bonito que los catequistas y los profesores estemos coordinados». Y concluye recordando uno de los empeños del cardenal Cobo: «La parroquia tiene que estar muy en contacto con los colegios».

Adaptada a la discapacidad

Entre los materiales para el Jubileo de la Enseñanza y Catequesis destaca el documento Criterios básicos de la catequesis con personas con discapacidad. El primero es asumir «la cultura de la diversidad». El segundo es «visibilizar a las personas con discapacidad como personas llamadas al encuentro personal comunitario con Cristo Jesús». Otra orientación es incorporar «a las personas con discapacidad en la comunidad cristiana»; no solo recibiendo catequesis, sino también participando «en los diversos espacios y tareas eclesiales». Además, se pide una «pastoral inclusiva»; es decir, ofrecer materiales y sistemas «adaptados para los que lo necesiten». El quinto criterio es seguir la «doble fidelidad de la catequesis», por un lado «a la memoria de la fe de la Iglesia» pero «adaptando el contenido catequético y su acceso». Y por último, seguir las indicaciones de la Conferencia Episcopal y la Comisión Diocesana de la Discapacidad.