En esta Navidad, contemplamos el misterio de Dios que se hace cercano, que entra en la fragilidad humana y enciende una luz allí donde todo parece perdido. Con el Papa Francisco, renovamos nuestra llamada a ser portadores de esperanza en medio del mundo:

Esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo;
en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti!
Y nosotros tenemos la tarea de llevarla allí donde se ha perdido;
donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas,
en los sueños rotos,
en los fracasos que destrozan el corazón;
en el cansancio de quien no puede más,
en la soledad amarga de quien se siente derrotado,
en el sufrimiento que devasta el alma;
en los días largos y vacíos de los presos,
en las habitaciones estrechas y frías de los pobres,
en los lugares profanados por la guerra y la violencia.
Llevar esperanza allí, sembrar esperanza allí.
Papa Francisco
(Homilía de la misa de Nochebuena de 2024)