La Comunidad de Sant’Egidio, un movimiento de laicos centrado en la oración y los pobres, prepara una gran mesa de Navidad para más de mil personas en Madrid. La iniciativa, que se celebrará el 25 de diciembre, tiene como objetivo celebrar la Navidad con aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

La Comunidad de Sant’Egidio lleva más de 50 años trabajando con personas sin hogar, familias en riesgo de exclusión social, migrantes y refugiados, niños de las Escuelas de la Paz y ancianos que viven solos. La mesa de Navidad es una oportunidad para reunir a estas personas y compartir con ellas una comida festiva.

El encuentro se celebrará en cuatro puntos del centro de Madrid, incluyendo la nueva casa Fratelli Tutti inaugurada en junio de este año. Los invitados recibirán un delicioso menú y un regalo nuevo.

La Comunidad de Sant’Egidio necesita la colaboración de voluntarios y donantes para hacer posible esta iniciativa. Se puede participar de las siguientes maneras:

  • Donando regalos nuevos pensados para personas que viven en la calle. Los regalos pueden ser jerseys, forros polares, guantes, bufandas, productos de higiene personal, etc. Se pueden entregar en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas (Calle Dos de Mayo, 11) los lunes y martes de 11:00 a 13:00 y los miércoles, jueves, viernes y sábados de 18:00 a 20:00. También se pueden entregar en la Casa Fratelli Tutti (c/ Larra, 9) los sábados de 11:00 a 13:30.
  • Realizando una aportación económica que permita costear los menús y gastos de organización. Cada menú tiene un coste de 25€. Se puede donar a través de este enlace.
  • Ofreciendo su tiempo para los preparativos de la comida. Si quiere participar en los preparativos, puede contactarse con la Comunidad de Sant’Egidio a través de este enlace o enviando un mail a info@santegidio.madrid El domingo 17 de diciembre a las 17:30 se celebrará una reunión informativa para las personas que deseen ayudar.

La mesa de Navidad de la Comunidad de Sant’Egidio es un símbolo de esperanza y fraternidad. Es una oportunidad para recordar que todos somos hermanos y hermanas, y que debemos cuidarnos unos a otros, especialmente en las épocas más difíciles.