Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el Delegado Episcopal de Catequesis de la Archidiócesis de Madrid, Manuel María Bru, ha querido rendir un sentido homenaje al Santo Padre, recordando su magisterio y su testimonio de fe como un regalo inmenso para la Iglesia.

En un mensaje dirigido a los catequistas y a toda la comunidad diocesana, Manuel ha destacado cómo el Papa Francisco, “con gestos sencillos y palabras profundas, nos invitó constantemente a volver al Evangelio con una mirada compasiva y misionera”. Según el Delegado, el Papa “nos mostró que la Iglesia debía ser un hospital de campaña donde nadie quedara fuera, y donde todos fuéramos llamados a sanar heridas desde el amor de Cristo”.

Recordando momentos significativos de su pontificado, Bru puso de relieve cómo el Papa se situó siempre al lado de los más vulnerables, “poniendo en el centro de la vida eclesial a los pobres, los descartados y los que sufren”. También subrayó su insistencia en una catequesis que no fuera sólo transmisión de conocimientos, sino “acompañamiento en la fe que transformara el corazón”.

Francisco nos enseñó que evangelizar es ante todo amar”, señaló, animando a los catequistas a seguir profundizando en su legado y a vivir su vocación con la alegría, la fidelidad y la creatividad que él supo contagiar.

Desde la Delegación Episcopal de Catequesis, se invita a todos los agentes de pastoral a dar gracias a Dios por el don del Papa Francisco y a hacer vida su enseñanza en cada rincón de nuestras parroquias, grupos y comunidades.