La Conferencia Episcopal Española, entre los años 2016-2020, está siguiendo un Plan Pastoral bajo el título Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo.
Este plan está inspirado en la llamada a la conversión misionera que el Papa Francisco ha propuesto a la Iglesia, en continuidad con el magisterio de los últimos pontífices, siguiendo la ruta trazada en el Concilio Vaticano II.
“Cada Iglesia particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su obispo, también está llamada a la conversión misionera… En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhorto también a cada Iglesia particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y reforma” (EG 30).
En el Plan Pastoral afirman nuestros obispos: “Somos conscientes de que en España la Iglesia está también llamada por el Señor a una conversión misionera. Las circunstancias históricas que estamos viviendo han hecho más difícil y más necesaria la claridad y la firmeza de la fe personal, la vivencia comunitaria y sacramental de nuestras convicciones religiosas” (Plan Pastoral, 10). Y, en este sentido, nos invitan (a los laicos) a asumir el protagonismo que nos corresponde en este proceso de renovación en virtud del mismo bautismo.
“Su (nuestra) colaboración, como miembros del Pueblo de Dios, es indispensable para que la Iglesia pueda hacerse presente en muchos ambientes y lugares de primera importancia en la vida secular, como son las universidades, los medios de comunicación, la formación de la opinión pública, las orientaciones y tendencias en la vida laboral, económica, cultural y política” (Plan Pastoral, 12).
Con este contexto como referencia, el Plan de Pastoral de la CEE (2016-2020) prevé a la finalización del mismo la celebración de un Congreso, al que se convocará a todo el Pueblo de Dios –obispos, presbíteros, consagrados y laicos–. La organización de este congreso ha sido encomendada a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal Española, con el deseo de que la reflexión principal gire en torno al laicado, parte fundamental de ese Pueblo de Dios, y a su papel en la Iglesia y en el mundo.