Queridos hermanos y hermanas:
¡Resucitó el Señor! ¡Cristo vive! ¡Aleluya!
La paz a vosotros.
Durante los últimos días hemos recorrido el camino del misterio pascual, desde la cena de la entrega sin límites hasta el asombro ante el sepulcro vacío. En esta Pascua se nos invita a buscar los bienes de lo alto, no en abstracciones, sino desde los sepulcros concretos de la vida…
1.- “PAZ A VOSOTROS”
Es la misma voz del Resucitado. Queremos que llegue, a través de sus discípulos, a todos los sepulcros…
Es “la paz” de comprender que el sepulcro está vacío, y no porque un cadáver ha sido trasladado…
Escuchar esa palabra de paz y proclamarla es hoy más necesario que nunca…
En un mundo donde suenan tambores de guerra…
Es necesario hacer resonar en nuestras vidas…
La violencia y la guerra nos vuelven sordos…
No solo las guerras declaradas matan y hieren…
2.- ESTA PAZ NO ES UNA VIRTUD FÁCIL NI CÓMODA
La paz del Resucitado se pide, se trabaja, se pelea…
La paz es saber perdonar…
Ahora bien, no confundamos la paz con la resignación o la indiferencia…
Por eso, la paz del Resucitado es un compromiso diario…
3.- EL RESUCITADO PUEDE ANUNCIAR LA PAZ CON AUTORIDAD
Su discurso no es buenista o descomprometido…
El Resucitado ha bajado a los infiernos…
Es verdad que este camino ha conducido a la cruz…
4.- DEFENDAMOS LA PAZ Y CUIDEMOS QUE EL ECO DE LA VOZ DEL RESUCITADO NO SE APAGUE
No anunciaremos al Resucitado ni defenderemos la paz escondiéndonos o callando…
Ser eco de la voz del Resucitado. ¿No es esta una aspiración demasiado ambiciosa?…
¿Acaso lo hemos olvidado? ¿O quizás nunca llegamos a saberlo?…
¡Feliz Pascua de Resurrección, queridos hermanos y hermanas! Es tiempo para acoger la serenidad del Resucitado…
Que María, la primera creyente, la que nunca dejó de esperar…
PROPUESTAS:
- Revisar en nuestros grupos y comunidades los lugares donde se necesita el eco de la voz del Resucitado. Ponerles nombre.
- Acordar juntos cómo cada comunidad puede en esta Pascua ser el eco de la Paz del Resucitado de forma concreta.
- A través de las homilías, las catequesis y en la formación buscar maneras de ahondar en el significado de nuestro bautismo y en la vocación que hemos recibido como testigos de la Resurrección.
- Intentar conocer la fecha del bautismo de cada miembro de la comunidad y proponer formas de celebrarlo en cada aniversario, bien en la familia o en la parroquia.