El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, participó en el programa La Gran Pregunta de TRECE, donde abordó diversos temas de actualidad relacionados con la política, la sociedad y la Iglesia. Durante la entrevista, destacó que la misión de la Iglesia no es imponer normas morales, sino despertar en las personas el interés por el Evangelio.

Uno de los aspectos que señaló fue el cambio en la distribución global de la Iglesia. Según explicó, Europa ha dejado de ser el epicentro del catolicismo debido a la disminución de vocaciones, mientras que en regiones como Hispanoamérica, Asia y África estas siguen creciendo. En el caso de España, la reducción es notable: hace cincuenta años había 7.000 seminaristas, mientras que en la actualidad apenas llegan a mil. Cobo atribuye este fenómeno a un cambio de época que afecta directamente a las vocaciones.

Para el cardenal, este escenario no debe verse con pesimismo, sino como una oportunidad para reflexionar sobre lo que Dios está pidiendo a la Iglesia en este momento. En su opinión, es necesario promover una Iglesia más abierta y misionera, además de reformar los seminarios para que ofrezcan una formación más integral a los futuros sacerdotes. Propone un cambio de paradigma en el que la formación no se desarrolle en aislamiento, sino en comunidades más participativas.

Un mensaje que inspire, no que imponga

Pese a la caída de sacramentos como los matrimonios, bautizos o confirmaciones por el avance de la secularización, José Cobo considera que la Iglesia “no se acaba”, pero reconoce que ha de adaptarse a los nuevos “bagajes culturales” que van surgiendo como la llamada ‘cultura Woke’.

En este sentido, valoró positivamente el auge de movimientos como Effetá, Emaús y Hakuna, que han logrado atraer a miles de fieles. Sin embargo, dejó claro que la Iglesia no debe medir su éxito en términos de cantidad: «El número y el éxito son efímeros. Nuestra tarea es formar cristianos, no generar masas ni centrarnos en las cifras», afirmó.

Además, subrayó que el papel de la Iglesia no es dictar normas morales, sino ayudar a las personas a descubrir a Dios y a sentirse fascinadas por el Evangelio. Según Cobo, la misión principal es ofrecer respuestas a las cuestiones fundamentales de la vida, comenzando por quienes más lo necesitan.

La educación católica como prioridad

Otro de los temas tratados en la entrevista fue el papel de los jóvenes y la educación. Cobo destacó que la Iglesia debe ofrecer a los jóvenes un proyecto de vida sólido en un contexto donde enfrentan dificultades como el acceso a la vivienda y el aumento alarmante de suicidios.

Para lograrlo, considera fundamental que la Iglesia se haga presente en los barrios, a través de parroquias y movimientos cercanos a la gente, transmitiendo su mensaje de manera auténtica y accesible. «La Iglesia debe mostrar su rostro amable, porque lo que los jóvenes necesitan no son recetas, sino cercanía», sostuvo.

Asimismo, hizo hincapié en la importancia de los 2.500 centros educativos católicos en España, que definió como «lugares de misión prioritarios». Sin embargo, alertó sobre la falta de coordinación entre ellos y la necesidad de reforzar su papel en la formación integral de los estudiantes.

Un Jubileo para recuperar la esperanza
En un contexto global marcado por la incertidumbre —con el auge de la inteligencia artificial, conflictos bélicos y el posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos—, el cardenal Cobo considera que el próximo Jubileo de la Esperanza llega en un momento clave.

“El mundo se siente como un avión sin piloto, sin rumbo claro, y eso genera miedo”, expresó. En este panorama, cree que la esperanza es un elemento clave para superar los temores y humanizar la sociedad. «El Jubileo es una oportunidad para recordar que la vida es más grande de lo que parece y que Dios apuesta por nosotros», afirmó.

Finalmente, subrayó que la Iglesia está atravesando un proceso de transformación, en el que Europa ya no es el centro del catolicismo, sino parte de una realidad mucho más amplia. «Es momento de escuchar lo que ocurre en otros lugares del mundo y aprender de ello», concluyó. 

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