Titus Zeman es una persona muy cercana para todos nosotros: salesiano y sacerdote eslovaco, mártir de las vocaciones. Y es un héroe. Porque se jugó la vida por creer que toda persona tiene derecho a la educación, también la religiosa. Y por eso, le echaron del instituto donde daba clase. Y es un héroe. Porque también se jugó la vida, y de qué manera, para dar la posibilidad de que sacerdotes diocesanos, religiosos salesianos y otros, pudiesen seguir en plena libertad la vocación a la que Dios les llamaba. Y por esto, pasó el resto de su vida «condenado» en siniestras cárceles con trabajos forzados y en una «libertad» vigilada, incluso el día de su funeral. Su vida te enganchará. Su testimonio te atrapará. La presencia en su vida del Señor y de María, la realmente Auxiliadora, te sorprenderá. Por algo es mártir y beato.