Desde la Delegación Episcopal de Catequesis estamos preparando una nueva versión de las entregas (del Evangelio, del Padre Nuestro, del Símbolo de los Apóstoles o Credo, de la Luz),  de otros ritos (como el Rito del Effeta), así como de otras celebraciones que acompañan la catequesis jalonando el proceso de la Iniciación Cristiana tanto de catecúmenos como de catequizandos infantes y jóvenes. Como aún no los tenemos terminados y editados, y en cambio si se están ya utilizando los nuevos recursos catequéticos específicos (los cuadernos) de todas las etapas del proceso, adjuntamos a continuación el texto de LAS ENTREGAS, así como del Rito del Éffeta, de los materiales anteriores:

PDF CON LAS ENTREGAS DE LOS ANTIGUOS RECURSOS: BLOQUE 1 – ENTREGAS

PDF CON EL RICA (Ritual de la Iniciación Cristiana): PDF RICA

TEXTO DE LAS ENTREGAS DE LOS ANTIGUOS RECURSOS:

ENTREGAS

  1. Celebración de la entrega del evangelio

Proponemos que esta celebración sea próxima al III Domingo del Tiempo Ordinario, ya que desde el año 2020 el papa Francisco, a través de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio Aperuit illis, estableció que ese domingo estuviese dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Sagrada Escritura.

MATERIALES

  • Libros de evangelios para cada uno de los catequizandos.
  • Notas adhesivas.
  • Un pañuelo de color rojo y otro verde.
  • Cartulina y rotuladores de colores.
  • Ambón o mesa alta.
  • Acetre con agua bendita.

AMBIENTACIÓN DEL ESPACIO CELEBRATIVO

  • En un lugar destacado colocaremos el Evangeliario sobre un ambón o mesa adornado con flores, un cesto de mimbre con todos los evangelios rodeado con velas encendidas, de diferentes formas y tamaños.
  • En otro lugar importante, situaremos un mural previamente realizado por el grupo de catequistas, en el que aparezca la frase: “Convierte tu vida en evangelio”.

CELEBRACIÓN PROPIA

Canto

Jesús anuncia la Buena Noticia (Cuánto nos quiere Dios, SM)

La Buena Noticia es…

Es el Evangelio

que Jesús nos trajo a todos

junto con su Reino.

Nos dijo que el padre es…

Es un padre bueno

que a todos nos ama

y nos dará el cielo (bis).

Cada día me alegro más

de tener tan buenos amigos,

en mi grupo yo soy feliz

y contento en él yo sigo.

Nuestro principal amigo

es Jesús de Nazaret.

Nos enseña a ser felices

y disfrutamos con él.

Nos ha dicho muchas cosas.

Os las voy a comentar

pues siguiendo sus consejos

tendréis la felicidad.

Saludo

  1. Queridos niños y niñas, hermanos en la fe: sed bienvenidos a esta celebración tal especial. Hoy nos reunimos junto a vuestros catequistas y estamos muy ilusionados. Cuando concluya la celebración, todos llevaréis en vuestras manos algo muy especial. Tanto que ha cambiado la vida de millones de personas. Hoy se os hace entrega del evangelio. (El sacerdote se acerca a la cesta y toma uno para mostrárselo a los niños) Todos los libros son muy interesantes pero este es diferente, ¿sabéis qué narra este libro?

Tiempo de diálogo.

  1. Me alegra mucho escuchar que estamos aquí para recibir algo que conocemos y que valoramos. Eso significa que vuestras familias y catequistas han hecho un gran trabajo. Hoy la comunidad cristiana os lo confía porque sabéis su valor. Ahora, vamos a disfrutar de un juego que nos hará comprender la importancia de nuestra celebración.

Juego de relevos

En primer lugar, escogemos a diez voluntarios para hacer dos equipos de cinco jugadores. Después distribuimos a un componente de cada equipo en cinco marcas pegadas al suelo con notas adhesivas: SALIDA – CONTINÚA – CONTINÚA – CONTINÚA – META.

Cuando el catequista diga en voz alta ¡ya!, los niños que estén en la marca de salida saldrán caminando a pata coja, cada uno portando un pañuelo, hacia la primera marca donde están esperando sus compañeros. Al llegar, le darán el “testigo” y estos saldrán hacia la siguiente marca andando hacia atrás. Cuando lleguen entregarán el pañuelo a los siguientes, que tendrán que desplazarse a cuatro patas. Para llegar hasta los compañeros que estén en la meta, los niños tendrán que hacer el desplazamiento con los ojos cerrados, dejándose guiar por los que les esperan en la meta.

Conclusión del juego

Catequista. Como habéis podido observar, en los juegos de relevos, como el que acabamos de terminar, es necesario el testigo, en este caso el pañuelo para poder iniciar la tarea que le tocaba a cada miembro del grupo. Igualmente, Jesús le da el testigo a sus apóstoles para que sigan anunciando el Evangelio. Los apóstoles se lo pasaron a los primeros cristianos y así, generación tras generación, ese testigo nos llega hoy a nosotros. Tenemos en nuestras manos esta misión tan bonita: llevar a todos el evangelio con nuestras palabras y nuestras obras.

Perdón

  1. Antes de recibir el evangelio que se convertirá en vida y felicidad, vamos a pedirle perdón al Señor por las veces que no vivamos la Buena Noticia.
  2. Por las veces que prefiera escuchar otras voces antes que la de Jesús. Señor, ten piedad.
  3. Señor, ten piedad.
  4. Por las ocasiones en las que mi forma de actuar no se refleje lo que Jesús nos enseña. Cristo, ten piedad.
  5. Cristo, ten piedad.
  6. Por los momentos en que me alejo del camino de felicidad que Jesús me enseña en el evangelio. Señor, ten piedad.
  7. Señor, ten piedad.

Oración

  1. Dios, Padre de bondad. Ayúdanos a todos los que participamos de esta celebración para que sepamos acoger en nuestro corazón tu Palabra y reconocer en Jesús el único camino que nos lleva hacia Ti. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura de la Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Lucas (Lc 4, 14-21)

Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.

Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el rollo del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor”. Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él. Y él comenzó a decirles:

–Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír.

Palabra del Señor

Breve explicación de la Palabra

Algunas ideas para la reflexión:

  • Jesús comienza en Nazaret su misión de anunciar la Buena Noticia a todas las personas, especialmente a los pobres, a los cautivos y a todos los que pasan necesidad porque son los hijos predilectos del Padre Dios.
  • Cada uno de nosotros por formar parte de la gran familia de Jesús desde nuestro bautismo, formamos también parte de esta misión: anunciar el Evangelio a toda la creación.
  • La Palabra de Dios es mucho más que un libro. En ella, Dios mismo se comunica con nosotros, para que podamos responderle, conocerle y amarle.
  • La entrega del evangelio os abrirá el corazón a Dios y es importante que le pidáis que siembre en vosotros la buena semilla de su Palabra.
  • Es positivo motivar a los niños para que busquen un momento al día en familia para leer y meditar la Palabra de Dios.
  • Hacer especial hincapié en que la importancia del Evangelio radica en la transformación personal de la vida, no en aprendérselo de memoria ni en enseñárselo a todos los amigos.

Entrega de la Palabra

  1. Antes de recibir el evangelio, tenéis que manifestar cada uno vuestro deseo de recibirlo. Por eso os pregunto: ¿Queréis recibir el libro que contiene lo que Dios ha hecho por nosotros, hacerse hombre y vivir como uno más para traer la salvación al mundo?
  2. Sí quiero.
  3. ¿Estáis dispuestos a dejaros transformar por las palabras de Jesús?
  4. Sí, estoy dispuesto.
  5. ¿Os comprometéis a convertir vuestra vida en Evangelio, mostrando la Buena Noticia a través de vuestras buenas acciones y palabras?
  6. Sí, me comprometo.

Bendición y entrega de los evangelios

  1. Señor, ya has escuchado el compromiso de estos pequeños y has mirado su corazón. Estos niños quieren acoger tu Palabra y hacerla vida para proclamar la Buena Noticia a toda la creación. Así pues, bendice estos santos evangelios que hoy les vamos a entregar para que sean para ellos y su familia el alimento espiritual. Por Jesucristo, nuestro Señor.
  2. Amén.

El sacerdote bendice y rocía con agua bendita los evangelios que se van a entregar. A continuación, los niños se ponen en fila para la recepción de los evangelios. Es conveniente que el catequista presente a cada uno de los niños por su nombre para que en el momento de la entrega, el sacerdote emplee esta fórmula:

  1. N., recibe este evangelio y hazlo vida llenando de felicidad el mundo entero.
  2. Amén.

Durante este momento, se puede entonar el canto Tu Palabra me da vida.

Tu Palabra me da vida,

confío en ti Señor.

Tu Palabra es eterna,

en ella esperaré.

Dichoso el que con vida intachable

camina en la ley del Señor.

Dichoso el que guardando sus preceptos,

lo busca de todo corazón.

Oración comunitaria del padrenuestro

  1. Al entregaros el evangelio, habéis recibido los relatos que narran los dichos y hechos de Jesús tal y como nos han sido transmitidos. En estos relatos hay una oración bellísima, el padrenuestro. En ella, Jesús nos enseña a orar, a llamar a Dios padre y a pedirle lo que necesitemos porque Él siempre nos escucha. Unidos de la mano, pidamos que nos alimente cada día con el pan de su Palabra.
  2. Padre nuestro…

Bendición y despedida

  1. Que el Dios que envió a su Hijo al mundo para anunciar la Buena Noticia os ayude a sembrarla en vuestro corazón.
  2. Amén.
  3. Que al igual que en Jesús, el Espíritu de Dios os acompañe siempre para evangelizar a los pobres.
  4. Amén.
  5. Que la escucha atenta de su Palabra os guarde y os lleve a la vida eterna.
  6. Amén.
  7. Y la bendición de Dios Todopoderoso: Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté con vosotros.
  8. Amén.
  9. Glorificad a Dios con vuestra vida convirtiéndola en evangelio. 

 

  1. Celebración de la entrega de la Oración del Señor (padrenuestro) 

MATERIALES

  • Tarjetas con cada una de las siete peticiones del padrenuestro para trabajarlas previamente en el grupo de catequesis.
  • Cartulinas y lápices de colores.
  • El padrenuestro escrito en un mural con letra grande o proyectado mediante un ordenador y un cañón.
  • Tarjetones (y si es posible, también pegatinas) para todos con la oración del padrenuestro.

ACTIVIDAD PREVIA A LA CELEBRACION

Reflexión sobre las peticiones del padrenuestro

  • En primer lugar, el catequista repasará con los niños la oración del padrenuestro confirmando que todos se la sepan.
  • En un segundo momento, se repartirán entre los grupos las diferentes peticiones del padrenuestro y el catequista reflexionará con el suyo la petición o las peticiones que les hayan tocado.
  • Algunas ideas para la reflexión:
    • Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre.
      • Le pedimos Dios que sea reconocido como el Señor del cielo y la tierra por todas las personas.
    • Venga a nosotros tu Reino.
      • Oramos para que seamos capaces de sembrar en nuestro mundo las semillas del amor, la justicia y la verdad, ya que somos imagen y semejanza de Dios.
    • Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
      • Pedimos que, aunque a veces la voluntad del Señor nos cuesta entenderla, siempre se cumpla su designio amoroso en nuestra vida.
    • Danos hoy nuestro pan de cada día.
      • Oramos juntos para que ningún ser humano, hermano nuestro, quede desprovisto de las necesidades más básicas. A la misma vez que pedimos sabiduría al Señor para aprender a vivir sin miedo al mañana puesto que Dios no nos abandona nunca y nos da lo que necesitamos cada día.
    • Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
      • Es una de las peticiones más difíciles de asumir y cumplir en el padrenuestro y es importante que el catequista haga especial hincapié en el compromiso que se asume al recitarla. No es solo que Dios nos perdona, lleno de misericordia, sino que nosotros primero hemos de perdonar, de una vez y para siempre, las ofensas de nuestros hermanos. Sin esta acción primera que parte de nuestro corazón, no podemos acercarnos dignamente a pedirle a Dios que nos perdone.
    • No nos dejes caer en la tentación.
      • Hoy día hay muchas tentaciones a nuestro alrededor que nos pueden atrapar. Demasiados caprichos, muchos juguetes y una oferta de personajes de moda que nos encandilan con su forma de vivir y que, a la vez, está tan alejada de las premisas evangélicas.
    • Líbranos del mal.
      • Todos, hasta los más grandes santos, han sido tentados y han pecado pero nunca han perdido la esperanza, la fuerza que nos da nuestro Padre Dios, que está siempre junto a nosotros. Solo junto a Dios somos capaces de vencer de las seducciones del demonio.
    • Cada grupo de catequesis confecciona en una cartulina un cartel en el que aparezca la frase que le ha tocado reflexionar en la catequesis y que posteriormente se usará en la celebración.

AMBIENTACIÓN DEL ESPACIO CELEBRATIVO

  • En un lugar destacado estará colocado el mural con la oración del padrenuestro sin iluminar.
  • En el momento de la entrega se iluminará. Si la ambientación se realiza mediante proyección, aparecerá solo una diapositiva que ponga: “Padre nuestro”. En el momento de rezarlo y entregarlo, aparecerá la proyección de la oración.

CELEBRACIÓN PROPIA

Saludo

  1. Queridos niños y niñas: en esta celebración vamos a recordar lo que decimos en la oración que el mismo Jesús nos enseñó para dirigirnos a nuestro Padre Dios: el padrenuestro. Además, vuestros catequistas en nombre de la comunidad cristiana, hoy os lo van a entregar para que lo tengáis siempre presente y lo recéis con frecuencia, mucho mejor, si es junto a vuestra familia. Como amigos de Jesús, saludamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y hacemos la señal de la cruz.

Canto

Juntos como hermanos

Miembros de una Iglesia

Vamos caminando

Al encuentro del Señor.

Unidos al rezar,

Unidos en una canción

Viviremos nuestra fe

Con la ayuda del Señor.

Oración

  1. Padre nuestro, Padre de todos, de los pequeños y los mayores, de los pobres y los ricos, de los de todas las razas. Padre bueno que nos amas y nos perdonas siempre. Acoge la oración que te dirigimos. Queremos alabarte y hacer tu voluntad, ayúdanos. Haznos generosos para saber amar, perdonar a todos y compartir nuestros bienes con los que no los tienen. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Lectura de la Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 6, 7-13)

Jesús dijo a los que le seguían: Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así: Padre nuestro que estas en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden, no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

Palabra del Señor

Presentación de las peticiones del padrenuestro por los grupos

Esta presentación se puede realizar subiendo un miembro del grupo con el cartel confeccionado en la catequesis preparatoria y el catequista que será el responsable de leer el texto correspondiente indicado más abajo. También puede ser leído por los niños. En ese caso, salen varios niños, de dos en dos, uno lleva el cartel y lee las palabras correspondientes a la petición que presenta; el otro, lee el comentario. Otra posibilidad es tener preparado una presentación digital y proyectarla. En los tres casos el contenido del comentario puede ser el siguiente:

  1. Padre nuestro

Padre bueno, Padre misericordioso, que nos has dado la vida y nos acompañas siempre. Eres Padre de todos, por eso decimos nuestro. Haznos descubrir que somos tus hijos.

  1. Que estás en el cielo

Donde reina el amor, la paz, la verdad, la libertad, allí estás tú, Padre, anticipando el cielo. Ayúdanos a descubrir cuál es el camino de tu casa.

  1. Santificado sea tu nombre

Que todos pronunciemos tu nombre con amor y alegría. Padre nuestro, concede a todos las personas la alegría de conocerte para que te amen y hablen bien de ti.

  1. Venga a nosotros tu reino

El reino del Padre está dentro de nosotros, pero todavía es muy pequeño, no está completo, porque nos falta amor. Padre, haz que crezca en nosotros el deseo de tu reino.

  1. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo

Deseamos que se cumpla la voluntad de Dios en cada uno, en el mundo entero. Padre nuestro, danos tu Espíritu para desear lo que tú deseas y hacer tu voluntad.

  1. Danos hoy nuestro pan de cada día

Padre, que todos tengamos lo necesario para vivir. Lo que producimos juntos, hemos de comerlo juntos. Y te pedimos también el pan del amor, de la paz, de la Eucaristía. Haz que sepamos compartir lo que tenemos con los que no tienen, para poder ser de verdad hijos tuyos.

  1. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Dios que nos perdona siempre, quiere que también nosotros perdonemos cuando alguien nos ofende. El único hombre que ha perdonado y perdona como el Padre, es Jesús. Por eso nos unimos a él y decimos: Padre, perdónanos tal como Jesús perdona.

  1. No nos dejes caer en la tentación

Muchas veces tomamos un camino que nos aleja de nuestro Padre y cerramos nuestro corazón al dolor del mundo. Padre nuestro, que tu Espíritu nos de fuerzas para dejar de hacer el mal.

  1. Y líbranos del mal

Necesitamos que el Señor nos libere, sobre todo, del mal del pecado, del desamor, de la injusticia, de todos los males que nos impiden vivir en el amor y estar alegres. Líbranos del mal de las armas, del egoísmo, de todo lo que nos arrebata el amor y la paz.

Entrega del padrenuestro

En este punto, se procede como hemos indicado en la primera posibilidad. Durante la entrega, se puede cantar la canción Dios es nuestro Padre (Cuánto nos quiere Dios, SM)

Desde que nací tú me has visto.

Por mi nombre me has llamado.

Siempre junto a mí has caminado.

Ni un momento así me has dejado.

Y ahora yo te digo Padre Dios.

Tú me ves, yo a ti no.

Y ahora yo te canto, Padre Dios,

que te llevo aquí en mi corazón.

Oración comunitaria del padrenuestro

  1. Juntos, como hijos de Dios, nos cogemos las manos y rezamos unidos esta oración que ya hoy forma más que nunca parte de nosotros.
  2. Padre nuestro…

Bendición y despedida

  1. Dios, Padre, escucha hoy las voces y las súplicas de estos niños, tus hijos predilectos, y haz que ellos se sientan siempre hijos tuyos y hagan realidad lo que te piden en el padrenuestro. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
  2. Que el Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob y de todas las generaciones que nos precedieron en la fe de un Dios único que es Padre de misericordia y de bondad, os colme de todas sus bendiciones. Y la bendición de Dios Todopoderoso…

 

  1. Celebración de la entrega del Símbolo

Esta celebración es muy importante porque los niños van descubriendo que forman parte de una familia, la Iglesia. Es la Iglesia, con la fuerza del Espíritu, la depositaria de la fe en Dios Uno y Trino. Esa es la fe que la Iglesia les entrega en el símbolo apostólico.

Esta celebración busca que los niños valoren la riqueza del símbolo apostólico como síntesis de la fe cristiana que están llamados a transmitir.

Puede realizarse en el marco de una celebración especial (tal y como recoge esta propuesta), o también dentro de la eucaristía dominical. En este segundo caso, se realizaría el rito de la profesión de fe en su momento propio.

MATERIALES

  • Tarjetas con el Símbolo (preferentemente el credo de los apóstoles) para entregar a los catecúmenos.
  • Pila bautismal.
  • Dos vendas o pañuelos de tela.
  • Pantalla y proyector.
  • Presentación digital de personas creyentes.
  • Acetre y agua bendita.

AMBIENTACIÓN DE LA IGLESIA

  • Adornaremos la pila bautismal con flores.
  • En una esquina pondremos una pantalla y un proyector para, en el momento marcado por el ritmo de la celebración, poder ver una presentación digital sobre personas que han asumido el Símbolo en su vida y viven como cristianos.

CELEBRACIÓN PROPIA

Canto

Creo en Dios (Jesús es el Señor, SM)

Creo en Dios, Espíritu Santo,

Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo.

Yo creo en Dios. (Bis)

Saludo

Catequista. Queridos niños y niñas. ¡Qué importante es creer! Es una palabra que proviene de una lengua muy antigua, el latín, y que significa “poner confianza en, confiar en”. Todas las personas necesitamos para desarrollarnos y ser felices alguien en quien depositar nuestra confianza, en quien creer. Por ejemplo, ¿en quién confiáis cuando tenéis un problema? ¿A quién se lo contáis?

Tiempo de diálogo.

Juego de confianza

En primer lugar, escogemos a cuatro voluntarios para formar dos parejas (es positivo que las parejas estén formadas por personas que se conozcan y mantengan lazos de amistad). Una persona de cada pareja se venda los ojos. La otra persona de la pareja se aleja unos tres o cuatro metros y caminando hacia atrás dice muchas veces el nombre de su pareja quien debe avanzar hacia la fuente del sonido. Los miembros de la pareja que no tienen los ojos tapados tienen que prevenir choques del otro miembro cambiando de dirección con anticipación y llamando constantemente a su pareja por el nombre. El juego termina cuando la primera persona con los ojos tapados logra encontrar a su pareja.

Conclusión del juego

Catequista. Como hemos visto en este juego, vuestros compañeros han elegido a una pareja en la que cree y confía para el juego. Aún con los ojos tapados, sin ver nada, sabían que no iban a dejarles que les ocurriera nada malo. Igualmente, la familia de los cristianos se congrega desde los inicios por la confianza en alguien que nunca abandona: Dios. La fe es la respuesta que cada uno de nosotros le da a nuestro Padre del cielo. Creer es tener fe. Confiar y amar a Dios, de igual modo. A continuación, vamos a ver un vídeo en el que aparecen personas que creen en Dios, que confían en su amor y que, mediante la fe, han respondido a su llamada sembrando la semilla del reino de Dios, anunciando a todos la Buena Noticia.

A continuación se proyecta una presentación digital en la que aparezcan imágenes de personas creyentes, entregadas al servicio de la Palabra o de los pobres. Algunas imágenes pueden ser:

  • Religiosa repartiendo comida en un comedor social.
  • Misionero trabajando en un país de misión.
  • Miembros del equipo de Cáritas realizando una labor social.
  • Niños ayudándose a hacer las tareas del colegio.
  • Sacerdote celebrando la eucaristía.
  • Una familia reunida orando.
  • Jóvenes realizando alguna tarea ecológica.
  • Grupo de personas abrazadas.

Podemos poner de música de fondo a la presentación la canción Yo sí creo en ti, del grupo musical Siempre Así.

Explicación del Símbolo

  1. Queridos niños y niñas: en la catequesis vosotros os iniciáis hacia la confesión de fe personal. El mensaje central de esta confesión de fe está recogido en el credo, “el símbolo de nuestra fe”. Por eso hoy la Iglesia os va a hacer su entrega.

El Símbolo nace de la necesidad de los apóstoles de llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra. Ellos, movidos por el Espíritu Santo, decidieron elaborar un resumen fácil de recordar de todas las verdades de la fe que habían comprendido y vivido junto a Jesús de Nazaret y que debía servir para identificar a los creyentes. Hoy, más de dos mil años después, nuestra confesión de fe se une a la de aquellos primeros hombres que Jesús llamó para ser sus apóstoles, para que compartieran su vida, para que vieran sus prodigios y para que anunciaran las maravillas que nos esperan junto a Dios. Por eso, es muy importante que todo lo que aprendemos y vivimos en la catequesis debemos de cuidarlo y valorarlo. Pero cuidado: hay personas que las cosas que valoran las guardan en un sitio seguro y nunca las sacan para que no se estropeen. En este caso es todo lo contrario: ojalá que todo lo que confesáis con palabras lo viváis con esperanza y deis testimonio de vuestra fe al mundo entero.

A continuación se pide a todos los niños que se pongan en torno a la pila bautismal y desde allí harán la profesión de fe.

Renuncias

  1. El día de vuestro bautismo, también junto a la pila bautismal como estamos ahora, vuestros padres y padrinos pusieron voz a vuestro deseo de ser hijos de Dios, de creer en Él. Hoy, ya sabéis hablar y, lo más importante, queréis decirle al Señor por vosotros mismos que creéis en Él y que confiáis en su promesa. Por lo tanto, yo os pregunto:

(Cf. Fórmulas de Renuncia y de Profesión de Fe en Ritual de la Confirmación pp. 79-87).

  1. Para ser cristianos de verdad tenéis que:

no ser egoístas,

saber perdonar,

no tener ira o venganza, ni envidia,

ser sinceros,

esto es, luchar contra el pecado.

¿Estáis dispuestos a hacerlo así?

  1. Sí, estoy dispuesto.
  2. Para ser cristianos de verdad hay que tener fe:

en Dios, creador y padre de todos los hombres,

en Jesucristo, hijo de Dios y hermano nuestro,

en el Espíritu Santo, que está presente en la Iglesia.

¿Lo creéis de verdad?

  1. Sí, lo creo.
  2. Para ser cristianos de verdad os tenéis que comprometer:

a querer a todos como hermanos,

a trabajar juntos,

a compartir con los demás,

a ayudaros en todo,

a orar en común y a solas,

a celebrar el Día del Señor.

¿Os comprometéis de verdad?

  1. Sí, me comprometo.

Bendición y entrega de las tarjetas del Símbolo

  1. Señor, Dios todopoderoso, que nos enviaste a tu hijo Jesucristo para anunciarnos la Buena Noticia y que él mismo le confió a los primeros apóstoles, bendice este Símbolo escrito en estas tarjetas; bendice a quienes lo reciben para que lo aprendan y sean capaces de hacerlo vida entre sus hermanos.

El sacerdote bendice y rocía con agua bendita las tarjetas que se van a entregar. A continuación, los niños se ponen en fila para recibirlos de mano de su catequista que dirá esta fórmula a cada uno de ellos:

Catequista. N., da testimonio de tu fe en medio del mundo y de la Iglesia.

  1. Amén.

Durante este momento, se puede escuchar el canto Creo de Luis Alfredo Díaz.

Creo

Creo, por eso a veces también dudo,

por eso a veces también caigo

contra las piedras del camino.

Caigo, pero nunca quedo vencido,

porque yo sé en quien he creído,

y eso me ayuda a levantarme.

Creo en una Iglesia nueva,

en una Iglesia viva,

que quiera caminar.

Quiero que juntos caminemos,

tomados de la mano,

caminos en el mar.

Profesión del Símbolo

  1. Ya habéis recibido el Símbolo, la confesión de la fe de la Iglesia, ese credo que llena de sentido y felicidad la vida de tantas personas y, sin duda, también colmará la vuestra. Recibidlo como una luz que lleva siglos sin apagarse. Ahora, profesemos juntos el Credo.
  2. Creo en Dios, Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,

nació de Santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato

fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos

y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne

y la vida eterna.

Amén.

Oración final

  1. Dios todopoderoso y eterno, que iluminaste con tu Espíritu Santo al grupo de los apóstoles para compendiar en el Símbolo las verdades de la fe cristiana. Concédeles a estos hijos tuyos que lo han recibido hoy, acogerlo en su vida dando ejemplo de tu Palabra en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
  2. Amén.

 

  1. Celebración de la entrega de la luz y rito del Éffeta

Esta celebración se propone enmarcarla dentro del tiempo pascual, reflexionando sobre cómo Jesús venciendo la muerte es la luz verdadera, aquella que jamás se apagará. El objetivo es que los niños descubran la presencia del Señor resucitado, luz del mundo, en medio de nuestro entorno y puedan comprometerse a ser portadores de este mensaje lleno de esperanza. En ella invitaremos a los padres y padrinos de los catecúmenos.

MATERIALES

  • Una imagen grande de Jesús en la que aparezca sobrepuesto el texto “Yo soy la luz del mundo”.
  • Cirio pascual encendido.
  • Velas para la procesión de entrada.
  • Una vela para cada niño (a los catecúmenos se les pedirá previamente que traigan la que les fue entregada a sus padres y padrinos el día de su bautismo).
  • Orejeras, pañuelo para cubrir los ojos y esparadrapo para tapar la boca (teatro).
  • Ordenador o reproductor de música.
  • Túnica, cíngulo y sandalias.
  • Farol con vela.
  • Saquitos pequeños con sal gorda.

ACTIVIDAD PREVIA A LA CELEBRACION

Preparación del teatro

  • Los catequistas elegirán a cinco niños para que se preparen previamente el teatro que realizaremos en la celebración. Es muy sencillo pero sí debemos motivarlos a tomarlo con seriedad porque con él ayudamos a otras personas a comprender mejor el significado de lo que realizamos en la celebración.

AMBIENTACIÓN DE LA IGLESIA

  • Adornaremos el cirio pascual con flores.
  • En el centro pondremos una imagen en tamaño grande de Jesús en la que aparezca el texto “Yo soy la luz del mundo”. También cabe la posibilidad de hacerla en lona y lo suficientemente amplia para que sirva de fotocol en el que cada unidad familiar pueda inmortalizar este momento y conserven la fotografía de recuerdo de esta bonita celebración.

CELEBRACIÓN PROPIA

Canto

Sé mi luz de Ain Karem 

Sé mi luz, enciende mi noche.

Sé mi luz, enciende mi noche.

Sé mi luz, enciende mi noche

Mi noche sé mi luz (Bis).

El camino sin ti es tan largo

y tu llanto acoge mi dolor.

Tu palabra acalla mi miedo

y tu grito se expresa en mi canto.

Durante el canto, el sacerdote revestido entra en procesión hacia el altar con el Evangeliario en las manos y dos catecúmenos portan velas que dejarán a los pies del ambón. El sacerdote coloca el Evangeliario abierto en él.

Saludo

  1. Queridos niños, padres, padrinos y catequistas. Sed bienvenidos a esta celebración. Pedirle al Señor que sea nuestra luz es urgente en los tiempos que vivimos. ¡Cuántas veces vemos en los medios de comunicación que el mundo parece oscurecido por el mal, el dolor y el sufrimiento o por la guerra! Cristo resucitado es el único que puede iluminar nuestro camino y guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Por ello, hoy nuestra celebración gira en torno a dos momentos importantes: el primero es la entrega de la luz, símbolo de vuestra fe, y el segundo, el rito del Éffeta. Este rito con esta palabra tan extraña para vosotros fue uno de los momentos más destacados durante vuestro bautismo. Esta palabra procede del arameo y significa Ábrete. Recordamos que en el evangelio de Marcos, Jesús la pronunció al curar a un sordomudo.

Hoy, marcharéis de aquí con la luz de Cristo y abiertos a la escucha de la Palabra para anunciarla a todo el mundo. Maravilloso, ¿verdad? Pues comenzamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

  1. Amén.

Perdón

  1. Antes de recibir la luz de Cristo y abrirnos a su Palabra, reconozcamos nuestras sombras.

    Por las veces que nos movemos por la oscuridad, la tristeza y el desánimo.

  1. Señor, ten piedad.
  2. Por los momentos en que preferimos escuchar otras voces a la de Dios.
  3. Cristo, ten piedad.
  4. Por todas las ocasiones en las que no anunciamos el Evangelio por miedo, vergüenza o pereza.
  5. Señor, ten piedad.

Teatro. No me grites que ni te veo ni te oigo ni te respondo

(Aparece en el centro de la escena un niño con los ojos tapados, unas orejeras y la boca cerrada por el esparadrapo. Se acercan a él un niño y una niña simulando que son los padres)

Madre abrazando al niño. ¡Ay hijo mío, cuánto te quiero!

(La madre lo mira sorprendido porque el niño no reacciona a esta muestra de afecto)

Padre. Hijo, si quieres mañana nos vamos al campo y te enseño todos los animales de la granja de José, que hace mucho que no vamos y sé que te encantan.

(El niño permanece impasible)

Madre. José, a este niño le pasa algo raro.

Padre. Te preocupas demasiado. No es que le pase, es que siempre ha sido raro… Anda, vámonos y dejémosle, que parece que le estorbamos.

(Los padres salen y aparece en escena una niña con un balón que se acerca al niño del centro)

Niña sentada en el suelo junto al niño. Javi, ¿te apetece venir a jugar? Hemos quedado con los de la academia para echar un partido.

(El niño no se inmuta)

Niña tocándole para comprobar si reacciona. ¿Javi? ¿Qué pasa? Bah, si te apetece, ya sabes dónde estamos. No pienso perder más el tiempo contigo.

(La niña se levanta, coge su balón y desaparece de la escena. A continuación se escucha Resurrection de la bso de la película La Pasión de Cristo. Mientras se oye de fondo la música, entra un niño con túnica, cíngulo y sandalias que porta un farol con una vela encendida. Se acerca al niño, apoya el farol en el suelo y con dulzura le va quitando la venda de los ojos, las orejeras y el esparadrapo de la boca. El niño se frota los ojos, lo ve y se abraza a él. El niño con la túnica sale caminando despacio de escena, mientras la música va bajando de intensidad hasta que se hace silencio)

Javi. ¿Qué me ha pasado? ¿Quién era ese que me ha devuelto la vista, el oído y la voz? A ver, público, ¿vosotros lo sabéis?

  1. ¡Jesús!

Javi. ¿Jesús? Claro, no podía ser nadie más que él. Voy corriendo a ver a mis padres a decirle que les quiero mucho, y a mis amigos, para contarle lo que me ha pasado. Pero me llevo conmigo este farol. Quiero que nadie esté a oscuras como lo he estado yo. (Javi grita mientras corre saliendo de escena) ¡Papá, mamá, María!

Lectura de la Palabra de Dios

Lectura del santo evangelio según san Mateo (Mt 5,13-16)

Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos.

Palabra del Señor

Rito del éffeta

  1. El hombre nace sordomudo ante Dios. Por la gracia del Bautismo, Cristo abre los sentidos del alma para que escuchemos su Palabra y la anunciemos con nuestra vida. En el día de vuestra incorporación a la comunidad cristiana, el sacerdote trazó la señal de la cruz tocando vuestros oídos y vuestros labios para que pudierais escuchar la Palabra de Dios y profesar su fe. Hoy vamos a repetir este gesto junto a vuestros padres y padrinos. Una cosa muy importante ha cambiado desde la primera vez que os lo hizo el sacerdote: habéis crecido y hoy sois conscientes de lo importante que es seguir a Jesús.

A continuación se pide a todos los niños que se pongan en torno al cirio pascual junto a sus padres y padrinos y el sacerdote se va acercando uno a uno a hacerle la señal de la cruz.

Entrega de la luz

Continúan en torno al cirio pascual.

  1. Ahora el Señor quiere venir a iluminar vuestra vida; él nos pide que su luz esté siempre presente en vuestro corazón. En el día de vuestro bautismo, vuestros padres y padrinos la recibieron y se les encomendó cuidar y acrecentar la luz para así transmitiros la fe de la Iglesia. Hoy, al recibirla vosotros, os comprometéis a cuidarla para que siempre os ilumine.

Uno de los padres se adelanta, toma la luz del cirio pascual con la vela que le fue entregada el día del bautismo de su hijo, se la pasa a uno de los padrinos y este se la entrega al niño diciendo:

Padrinos. N., recibe la luz de Cristo.

Niños. Gracias por transmitirme la luz de la fe.

  1. Portando esta vela encendida, signo de la luz de Cristo, comprometeos a no dejar que nunca se apague vuestra fe. Ahora, para recordaros los dos signos que esta tarde hemos realizado aquí, os voy a dar un saquito con sal para que lo unáis a la vela. La sal, en la antigüedad era muy valorada. Servía tanto como moneda de cambio, por su valor, como al igual que hoy día para conservar los alimentos y darle sabor a las comidas. Si queréis, mientras saboreáis en casa un granito de sal, pensad en la necesidad que tiene nuestro entorno de llenar de sabor la vida, y este sabor solo lo da la Palabra. ¡Nunca dejéis de ser la luz y la sal del mundo!

Los niños, portando la vela, forman una fila para recibir la sal. El sacerdote entrega un saquito a cada catecúmeno mientras dice esta fórmula:

  1. N., ilumina y da sabor a la vida de los demás en el nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
  2. Amén.

Durante este momento, se puede cantar o escuchar la canción La sal y la luz de Brotes de Olivo.

El que me sigue en la vida

sal de la tierra será;

mas si la sal se adultera

los hombres la pisarán.

Que sea mi vida la sal,

que sea mi vida la luz.

Sal que sala, luz que brilla,

sal y fuego es Jesús.

Sois como la luz del mundo

que a la ciudad alumbra.

Esta se pone en la senda

donde el monte se encumbra.

Que brille así vuestra luz

ante los hombres del mundo,

que palpen las buenas obras

de la externo a lo profundo.

Oración del padrenuestro

  1. Terminemos esta celebración que nos ha invitado a vivir en la esperanza diciendo juntos:
  2. Padre nuestro…

Oración final

  1. Dios Padre, que por tu inmensa misericordia nos mostraste a Jesús como luz del mundo, ayúdanos a poner nuestras vidas en tus manos llenas de amor. Que esta vela que llevamos a nuestros hogares nos recuerde el compromiso de ser portadores de esperanza y anunciadores de tu Reino. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
  2. Amén.

Se apagan las velas.

Canto final

Cristianos (Nos encontramos con Dios, SM)

Cristiano yo, cristiano tú:

todos seguimos a Jesús.

Cristiano tú, cristiano yo:

somos testigos de su amor.

Cristiano sí… (3 veces)

como cristiano quiero yo siempre vivir.

A los demás hacer felices sin dudar

y estar yo siempre muy contento y muy feliz.

Cristiano aquí… (3 veces)

desde la Iglesia quiero yo siempre servir.

Y con la fuerza del Espíritu de amor

vivir alegre y mi alegría compartir.