El Delegado Episcopal de Catequesis, Manuel María Bru, dio paso al último momento del Encuentro Diocesano de Catequistas 2021, explicando la estrecha relación de la Delegación de Catequesis con la Delegación de infancia y juventud, ya que la catequesis esta para iniciar cristianamente en la comunidad, una comunidad que para los niños, adolescentes y jóvenes, ofrece con la ayuda de la Delegación de infancia y juventud tantas iniciativas pastorales, que la catequesis considera fundamentales en el proceso de su iniciación cristiana. Puso el ejemplo de las iniciativas como la Lorenzada (peregrinación al San Lorenzo de El Escorial) para adolescentes, o la Javierada (peregrinación al Castillo de San Francisco Javier para los jóvenes), de la Delegación de Infancia y Juventud, que para los catequistas han de ser momentos de enorme valor a tener en cuenta en la programación catequética.

Una prueba evidente de esta colaboración fue hace diez años el compromiso de tantísimos catequistas que fueron voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Madrid hace diez veranos. Y es que no podía terminar este encuentro sin hacer memoria en el décimo aniversario de este gran desafío evangelizador que fue la JMJ Madrid 2011. Para unirse a esta celebración primero se proyectó un testimonio elocuente, el que daba monseñor José Cobo, entonces párroco, tomado del Video “La aventura de la fe” sobre la experiencia de los voluntarios de la JMJ.

Después, y como es costumbre en estos encuentros tener un reconocimiento a alguien por su servicio a la catequesis, se quiso reconocer este año a un sacerdote que hace diez años aúno a todos los voluntarios, entre ellos a tantos catequistas. Fue Laura Moreno, delegada episcopal de infancia y juventud, quien tras hablar también del trabajo “sinodal” entre ambas delegaciones, dijo quien es el reconocido por la catequesis de este año, y lo llamó para que pueda recibir una pequeña placa de manos de nuestro arzobispo, el Cardenal Carlos Osoro.

El reconocimiento fue para monseñor Gregorio Roldán, actualmente párroco de Nuestra Señora de la Asunción en Aravaca, y hace diez años delegado episcopal de juventud y secretario de la Comisión preparatoria y gestora de la JMJ Madrid 2011.

Laura Moreno recogió las palabras de agradecimiento del Papa emérito Benedicto XVI a los 20.000 voluntarios de la JMJ, que en palabras del Papa “habían puesto a disposición semanas y meses de su vida para colaborar en los preparativos técnicos, organizativos y de contenidos en la Jornada Mundial de la Juventud. Y precisamente así habían hecho posible el desarrollo ordenado de todo el conjunto. Al dar su tiempo el hombre da siempre una parte de la propia vida. Al final estos jóvenes estaban visible y tangiblemente llenos de una gran sensación de felicidad. Su tiempo que habían entregado tenía un sentido”. Y explicó como fue Gregorio Roldán Collado, a quien en la diócesis todos llamamos Goyo, quien animó y dirigió a todos esos voluntarios.

Tras recibir la placa de reconocimiento de manos del Cardenal Arzobispo Carlos Osoro, Gregorio Roldán mostró su sorpresa por recibir este reconocimiento, que no se esperaba. Emocionado por las palabras que acababa de recodar Laura Moreno del Papa, contó como Benedicto XVI también compartió días después su impresión en esa JMJ por tres cosas especialmente: la noche de la tormenta en Cuatro Vientos, el encuentro con los jóvenes discapacitados, y los voluntarios.

Goyo Roldán elogió a aquellos que llegaron a ser en realidad 30.000 voluntarios, que para cuidar de los lugares de acogida de los peregrinos, no pudieron acudir a los encuentros principales, pero pudieron encontrarse con el Papa en un encuentro especial con ellos al final de las Jornadas. Al preguntar a los catequistas en la sala quienes fueron voluntarios entonces, y la gran mayoría de los asistentes levantaron la mano. Después narró algunos detalle de su propia experiencia y terminó diciendo que “si algo me encomiendan siempre me digo que lo tengo que sacar adelante, no por cabezonería, sino con la colaboración de todas aquellas personas que en mi entorno en el camino han estado. Y esto me emociona, porque fue un trabajo de toda la Deleju, con los jóvenes, los religiosos, las religiosas, sacerdotes, con el apoyo de los obispos, y me emociona saber y reconocer a tantos centenares de jóvenes que luego han llegado al matrimonio y al Seminario, porque Dios entra y transforma”.

Terminó este momento la actual Delegada Episcopal de Juventud, invitando a todos los catequistas a arrimar el hombro también de cara a la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa dentro de dos años.

Antes de pasar al templo de la Parroquia de San Juan de la Cruz, nuestro Cardenal Arzobispo terminó el Encuentro con una de esas frases que se graban en la vida: que el mundo es un libro y aquellos que no viajan sólo leen una página”, de San Agustín: “Nos sirve para lanzarnos a la totalidad de la Iglesia, y a todo el mundo de hoy, es decir, a leer todas las páginas de este gran libro que Dios nos regala. Hay algo que esta en el Evangelio: si vivimos buenas vidas los tiempos también serán buenos. Si como cristianos no nos ponemos en la esquina y salimos al mundo, el mundo será mejor”.

VIDEO COMPLETO DEL ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUISTAS 2021: