La santa Catalina de Siena española
Título: Pilar Bellosillo. Nueva imagen de la mujer en la Iglesia
Autoras: Mary Salas Larrazábal y Teresa Rodríguez de Lecea
Editorial: San Pablo.
Después de leer este libro sobre Pilar Bellosillo, a quien siempre admiré por todo lo que sabía de ella como mujer adelantada a su tiempo, por su testimonio de realización de la vocación de los laicos en la Iglesia, y como de defensa de la dignidad de la mujer en la sociedad (¡y en la Iglesia!), he llegado a esta conclusión: que tenemos en proceso de beatificación a la Santa Catalina de Siena española, que desde un profundo amor de comunión a la Iglesia, no tuvo pelos en la lengua a la hora de pedir al Papa y a los obispos que arrimaran más el hombro para sacar adelante, sobre todo tras el Concilio Vaticano II (del que fue consultora), una Iglesia menos clerical y más misionera, menos cerrada en si misma y más en diálogo con el mundo, menos burocrática y más evangélica, y sobre todo más coherente con la igualdad entre el hombre y la mujer en su misma dignidad creados por Dios, y en su misión evangelizadora y transformadora de la sociedad.
El libro empieza con la oración oficial del proceso de beatificación de Pilar, y con dos prólogos, uno a la primera edición y otro a la segunda, pues si la primera esta firmada por las dos autoras, la segunda sólo por Teresa Rodríguez, habiéndonos dejado ya Mary Salas, compañera inseparable de Pilar Bellosillo, e igualmente merecedora de ser más conocida por su también incomparable legado a la Iglesia española. Después pasa a presentar de un modo muy ordenado su vida: primero el marco biográfico, centrado sobre todo en su familia y en la época de su juventud; segundo su paso por la presidencia de la Acción Católica Española, tercero por la etapa como presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), cuarto por su experiencia como auditora del Concilio Vaticano II, quinto para explicar su enrome compromiso con el diálogo ecuménico, sexto para contarnos su desempeño como Presidenta de las Organizaciones Internacionales Católicas (OIC). En séptimo lugar nos cuentan las autoras la historia de una esperanza frustrada, la de la Comisión Pontificia sobre la mujer. En el capítulo octavo nos relata su compromiso político tras la transición democrática, tanto en el partido democristiano Izquierda Democrática, con Joaquín Ruíz Jiménez, como en el Patronato de Protección de la Mujer. Y por último, en noveno lugar, los últimos años de su vida en la Comunidad de Ayala, y en el compromiso con la Asociación Internacional de Servicios a la Juventud Femenina (ACISJF). Se completa la edición con dos anexos valiosísimos: uno de selección de textos de Pilar Bellosillo, y otro de testimonios sobre ella como el de su compañero de fatigas conciliares Joaquín Ruíz Jiménez, que a mi juicio merecería que se recordase más su testimonio como laico católico español comprometido social y políticamente.
Impresiona descubrir como a lo largo de su vida se entregó sin reservas al servicio de la dignidad de la mujer. Una lucha basada en los principios de justicia, de igualdad, y que no se quedó en pronunciamientos y declaraciones, sino en la promoción, primero en España y luego por todo el mundo, de procesos de formación de la mujer, pues la principal ventaja del recalcitrante machismo estaba en la desigualdad educativa.
Impresiona descubrir como su sensibilidad social no la llevo sólo a promover una iglesia más pobre y al servicio de los pobres, sino a liderar un empeño de consecuencias impredecibles hasta para ella: las primeras campañas contra el hambre de las mujeres de Acción Católica, que desembocaría en una de las organizaciones no gubernamentales más importantes del mundo, Manos Unidas.
Impresiona ver cómo se desenvolvía en el Concilio Vaticano II, interviniendo e influyendo decisivamente en el famoso Esquema XIII, del que saldría la Constitución Gaudium et Spes. Pasaba las noches en vela estudiando los documentos. Y como ella confesó, viviendo “el asombro de descubrir la maravillosa claridad y coherencia de la obra de Dios que es indescriptible”.
Manuel María Bru Alonso. Delegado Episcopal de Catequesis del Arzobispado de Madrid
Publicado en el Semanario Alfa y Omega, el 21 de mayo de 2021: PDF: La Santa Catalina de Siena Española