En un video mensaje con ocasión de la conferencia internacional “El catequista, testigo del misterio”, el Papa Francisco dio una serie de consejos a los catequistas para que realicen en verdad una “promoción de la vida cristiana”:
ACIPRENSA: El evento, que reúne a alrededor de 1.500 catequistas de 48 países, es organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, y se realiza del 20 al 23 de septiembre en el Aula Pablo VI del Vaticano.
En su video mensaje, el Santo Padre lamentó no poder acompañar personalmente a los participantes del congreso, debido a su viaje a Lituania, Letonia y Estonia.
El Papa les recordó que en un encuentro anterior, en 2013, dijo a los catequistas que “ser catequista es una vocación: ser catequista. Esta es la vocación, no trabajar de catequista”.
Francisco dijo que “a menudo pienso en el catequista como aquel que se ha puesto al servicio de la Palabra de Dios, que frecuenta esta Palabra diariamente para hacer de ella su alimento y participarla con los demás con eficacia y credibilidad”.
“En consecuencia, el catequista no puede olvidar, especialmente hoy en un contexto de indiferencia religiosa, que su palabra es siempre un primer anuncio”.
“Y cuando digo el primer anuncio no lo digo solo en el sentido temporal. Por supuesto, esto es importante, pero no siempre es así. ¡El primer anuncio equivale a subrayar que Jesucristo muerto y resucitado por el amor del Padre, da su perdón a todos sin distinción de personas, si tan solo abren sus corazones para dejarse convertir!”, señaló.
El Santo Padre subrayó que “el catequista no es un maestro o un profesor que cree que da una lección. La catequesis no es una lección; la catequesis es la comunicación de una experiencia y el testimoniode una fe que enciende los corazones, porque introduce el deseo de encontrar a Cristo”.
El Papa alentó a los catequistas a no caer en la tentación “de trastocar el orden con el cual la Iglesia desde siempre ha anunciado y presentado el kerigma, y que también se refleja en la misma estructura del Catecismo”.
“Por ejemplo, no se puede anteponer la ley, aunque fuera la moral, al anuncio tangible del amory de la misericordia de Dios”.
De igual forma, señaló, “no se puede presumir de imponer una verdad de fe prescindiendo de la llamada a la libertad que esta conlleva”.
“Es necesario que el catequista entienda, por lo tanto, el gran desafío al que se enfrenta para educar en la fe, en primer lugar a aquellos que tienen una identidad cristiana débil y, por esta razón, necesitan proximidad, acogida, paciencia, amistad. Solo así la catequesis se convierte en promoción de la vida cristiana, apoyo en la formación global de creyentes e incentivo para ser discípulos misioneros”.
El Papa subrayó que “una catequesis que pretende ser fecunda y en armonía con toda la vida cristiana encuentra su savia en la liturgia y en los sacramentos”.
“La iniciación cristiana requiere que en nuestras comunidades se active cada vez más un camino catequético que nos ayude a experimentar el encuentro con el Señor, el crecimiento en su conocimiento y el amor por su seguimiento”.
Francisco resaltó además que “el misterio que celebra la Iglesia encuentra su expresión más bella y coherente en la liturgia”.
“Efectivamente, en la vida sacramental, que encuentra su culminación en la Santa Eucaristía, Cristo se hace contemporáneo con su Iglesia: la acompaña en las vicisitudes de su historia y nunca está lejos de su Esposa”.
“Él es quien se hace cercano y próximo a los que lo reciben en su Cuerpo y su Sangre, y los convierte en instrumentos del perdón, testigos de la caridad con los que sufren, y participantes activos en la creación de la solidaridad entre los hombres y los pueblos”, aseguró.