LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CATEQUETAS (AECA) ACOGE EL DIRECTORIO PARA LA CATEQUESIS

LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CATEQUETAS (AECA) ACOGE  EL DIRECTORIO PARA LA CATEQUESIS

LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CATEQUETAS (AECA) ACOGE  EL DIRECTORIO PARA LA CATEQUESIS QUE SERÁ PRESENTADO EN LA VERSIÓN TIPICA ITALIANA EL 25 DE JUNIO DE 2020, y ADELANTA ESTA NOTA HISTÓRICA 

MIGUEL LÓPEZ VARELA

Delegado  Diocesano de Catequesis. Diócesis de Santiago de Compostela.

Miembro de AECA y de su Consejo Directivo.

Acogida

La Asociación Española de Catequetas (AECA) se regocija y acoge con ilusión este documento de referencia que la Iglesia se da y, por eso, nos da, tanto para la tarea catequética como catequística. Es la referencia oficial para los procesos de iniciación cristiana en los tiempos actuales. Es responsabilidad de nuestras Iglesias ponerlos en marcha.

Por ser un documento de la Iglesia Universal es posible que no  responda totalmente a las necesidades de nuestro aquí y ahora. Pero seguramente que bien leído encontraremos los gérmenes de futuro que necesitamos. Todo documento necesita un poco de perspectiva del ayer y de mirada al futuro para ser  bien entendido.

En el espacio de 49 años (1971-2020), la Iglesia se ha visto obligada a ofrecernos tres Directorios de catequesis. Esto ya es un dato significativo del “terreno movedizo que pisamos” y de los cambios que se están produciendo en la sociedad y los retos que se plantean a la transmisión de la fe dentro de la comunidad cristiana.

Un poco de historia

Siempre es bueno contextualizarla aparición de un documento. ¿Qué es lo que hace que surja la necesidad de cambiar las referencias de la acción catequética?

  1. Acontecimientos
  • El papa Benedicto XVI, el 16 de enero de 2013, publica la Carta apostólica “motu proprio” Fides per doctrinam por la que se modifica la constitución Apostólica Pastor Bonus y se transfiere la competencia sobre la catequesis de la Congregación para el Clero al Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización.

Es tarea particular de la Iglesia mantener vivo y eficaz el anuncio de Cristo, también a través de la exposición de la doctrina que debe nutrir la fe en el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, muerto y resucitado por nuestra salvación. Ella lo debe llevar a cabo incansablemente a través de formas e instrumentos adecuados, a fin de que cuantos acogen y creen el anuncio del Evangelio renazcan a nueva vida mediante el Bautismo.

En el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, mientras la Iglesia reflexiona aún sobre la riqueza de la enseñanza contenida en aquellos documentos y encuentra nuevas formas para actuarlo, es posible verificar el gran camino realizado en estas décadas en el ámbito de la catequesis, camino que en cambio no ha estado exento, en los años del postconcilio, de errores incluso graves en el método y en los contenidos, que han impulsado a una reflexión profunda y conducido así a la elaboración de algunos documentos postconciliares que representan la nueva riqueza en el campo de la catequesis.

El venerable siervo de Dios Pablo VI escribió, en la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi: «A propósito de la evangelización, un medio que no se puede descuidar es la enseñanza catequética. La inteligencia, sobre todo tratándose de niños y adolescentes, necesita aprender mediante una enseñanza religiosa sistemática los datos fundamentales, el contenido vivo de la verdad que Dios ha querido transmitirnos y que la Iglesia ha procurado expresar de manera cada vez más perfecta a lo largo de la historia» (n. 44: AAS 68 [1976], 34).

Del mismo modo, el beato Juan Pablo II, como conclusión del Sínodo de los obispos dedicado a la catequesis, escribió: «La finalidad de la catequesis, en el conjunto de la evangelización, es la de ser un período de enseñanza y de madurez, es decir, el tiempo en que el cristiano, habiendo aceptado por la fe la persona de Jesucristo como el solo Señor y habiéndole prestado una adhesión global con la sincera conversión del corazón, se esfuerza por conocer mejor a ese Jesús en cuyas manos se ha puesto» (Exhort. ap. Catechesi tradendae, 20: AAS 71 [1979], 1294).

Para celebrar el vigésimo aniversario de la conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II, mi beato predecesor convocó otro Sínodo de los obispos y, en aquella sede, los padres sinodales expresaron el vivo deseo de que se procediera a la redacción de un Catecismo para ofrecer a la Iglesia universal una síntesis sistemática de la doctrina y de la moral según el dictado conciliar. Con la Constitución apostólica Fidei depositum, del 11 de octubre de 1992, el beato Juan Pablo II promulgaba el Catecismo de la Iglesia católica y, con Motu proprio del 28 de junio de 2005, yo mismo aprobé y promulgué el Compendio del Catecismo de la Iglesia católica.

No se pueden olvidar otras etapas significativas para precisar la naturaleza, los métodos y las finalidades de la catequesis en el proceso de evangelización. En 1971, la Congregación para el clero publicó el Directorio Catequístico General con la intención de llevar a cabo una primera síntesis respecto al camino realizado en las diversas Iglesias locales que, entretanto, habían hecho su propio itinerario catequético. Después de la publicación del Catecismo de la Iglesia católica, la propia Congregación para el clero, en 1997, emanó el Directorio General para la Catequesis, recalcando el deseo de la Iglesia de que una primera etapa del proceso catequístico se dedique ordinariamente a asegurar la conversión (cf. n. 62).

La enseñanza conciliar y el Magisterio sucesivo, haciéndose intérpretes de la gran tradición de la Iglesia al respecto, unieron de manera cada vez más fuerte la catequesis al proceso de evangelización. Así que la catequesis representa una etapa significativa en la vida cotidiana de la Iglesia para anunciar y transmitir de manera viva y eficaz la Palabra de Dios, de forma que ésta llegue a todos, y los creyentes sean instruidos y educados en Cristo para construir Su Cuerpo que es la Iglesia (cf. Catecismo de la Iglesia católica, 4).

Con la Carta apostólica, en forma de Motu Proprio, Ubicumque et semper, instituí, el 21 de septiembre de 2010, el Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, que desarrolla «su finalidad tanto estimulando la reflexión sobre los temas de la nueva evangelización, como descubriendo y promoviendo las formas y los instrumentos adecuados para realizarla» (art. 1 § 2: AAS 102 [2010], 791). De modo particular, he querido asignar al nuevo dicasterio la tarea de «promover el uso del Catecismo de la Iglesia católica, como formulación esencial y completa del contenido de la fe para los hombres de nuestro tiempo» (art. 3, 5°: AAS 102 [2010], 792).

Considerado esto, estimo oportuno que tal dicasterio asuma entre sus tareas institucionales la de velar, en nombre del Romano Pontífice, sobre el relevante instrumento de evangelización que representa la catequesis para la Iglesia, así como la enseñanza catequética en sus diversas manifestaciones, de forma que se realice una acción pastoral más orgánica y eficaz. Este nuevo Consejo pontificio podrá ofrecer a las Iglesias locales y a los obispos diocesanos un adecuado servicio en esta materia.

Por ello, acogiendo la propuesta concorde de los jefes de dicasterio interesados, he decidido transferir al Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización las competencias que, en materia de catequesis, la Constitución apostólica Pastor bonus, del 28 de junio de 1988, había encomendado a la Congregación para el clero, con la misma jurisdicción que hasta ahora ejercía dicha Congregación en esta materia y es requerida por el ordenamiento canónico.

  • Dos años antes de que se cumpliesen los 20 años del Directorio General para la Catequesis (1997) y 25 de la promulgación del Catecismo de la Iglesia Católica (1992) comienzan a plantearse la necesidad de revisar del Directorio
  • El horizonte de la Evangelii gaudium (24 de noviembre de 2013). Esta Exhortación apostólica del papa Francisco al final de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema de La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana, suponía una hoja de ruta para la Iglesia y su misión evangelizadora, y, por tanto, también para la catequesis. En el número 11 de la Evengelii gaudium se sintetiza la nueva evangelización de esta manera: “Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En realidad, toda auténtica evangelización es siempre nueva”.
  1. Iter de larga elaboración

Vista la necesidad de revisar el Directorio del 1997 que había sido elaborado por la  Congregación para el Clero, y uno de cuyos avances consistió en enmarcar la catequesis dentro del proceso de evangelización de la Iglesia, ahora se trataba de mostrar la catequesis como una de las claves o herramientas fundamentales para promover la nueva evangelización, en la que están implicados ya no solo los clérigos, sino todos los cristianos. Además, era necesario recoger todos los avances magisteriales que se habían producido en los últimos años, así como tener en cuenta la riqueza aportada por el Catecismo de la Iglesia Católica y la publicación de su Compendio. Y todo ello en el marco concreto de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. No había que olvidar los cambios socio-culturales y sus implicaciones para la catequesis; o las nuevas experiencias y formas de catequesis concretas, (muchas y variadas), que han ido surgiendo en los últimos años.

  • Primeros pasos: Reunión presencial de una Comisión de expertos de distintos continentes, compuesta por obispos, sacerdotes, religiosos, laicos y laicas, para comenzar a hacer una relectura del Directorio con un triple objetivo: identificar los elementos que todavía siguen siendo vigentes en el DGCseñalar aquellos más críticos y que necesitan ampliarse o mejorar; descubrir las ausencias o lagunas aparecidas en el transcurso de los veinte años de vigencia para subsanarlas. La Comisión elaboró un programa de trabajo para los próximos meses. Concluido este período, se reuniría de nuevo. Mientras, trabajaría de forma remota.
  • En este tiempo se dan dos acontecimientos que ralentizan el proceso de elaboración: el Jubileo de la Misericordia (8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada, al 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo Rey) para celebrar el quincuagésimo aniversario de la clausura del Vaticano II. Dentro de la celebración del Jubileo de la Misericordia o Año de la Misericordia, hubo “celebraciones del jubileo por sectores o grupos”. Así, el Jubileo de los catequistas tuvo los días 23 al 25 septiembre 2016. Si por una parte estas celebraciones frenaron el programa de trabajo inicial, por otra aportaron la dimensión de la misericordia en la acción de la catequesis. Además, se aprovecharon los encuentros preparatorios del Jubileo y los contactos con los diversos organismos catequéticos y Asociaciones de Catequetas del mundo para hacer algunas consultas al respecto; sobre todo recabando información sobre temáticas y aspectos concretos, y sobre los posibles temas que tendrían que abordarse e incluirse en un documento de estas características. De hecho, como se podrá comprobar, el nuevo Directorio dedica una considerable extensión a considerar “la catequesis ante los escenarios culturales contemporáneos”, donde se recogen todos estos temas más actuales y novedosos.
  • La relectura del Directorio fue abriendo poco a poco paso a la necesidad de una reforma del mismo. De la revisión inicial se pasó a la reforma del mismo, y, más tarde, el camino emprendido conduciría al planteamiento de una nueva edición, es decir, un nuevo directorio. A este trabajo se fueron sumando las ayudas particulares de otros colaboradores más allá de la Comisión inicial (organismos vaticanos, eclesiales, sacerdotes, laicos, laicas, religiosos y religiosas, universidades y profesores y profesoras de catequética y de otras disciplinas teológicas y pastorales; incluso cristianos de Iglesias no católicas, siempre en referencia a algunas temáticas y aspectos particulares de los que cada uno en sus materias eran especialistas).
  • Se consultó también a los organismos asociados al PCPNE (Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización) como son el COINCAT (Consejo Internacional de Catequesis, instaurado por Pablo VI en 1973y la plenaria con sus Consultores. Se hizo también una consulta y escucha universal a través de las Conferencias Episcopales Nacionales y Continentales.
  • El camino inicial se fue alargando y las consultas se extendieron a toda la Iglesia. La consecuencia de estas incorporaciones fue que se logró un mapa más amplio de lo que es la universalidad de la Iglesia: su inmensa riqueza y su amplia diversidad. A pesar de estar todos convencidos e inmersos en la urgencia de la nueva evangelización, las prioridades y urgencias, los matices o los acentos concretos de las Iglesias continentales o nacionales eran diversos. Se constató, además, que la catequesis en todos los continentes asumía una tarea primordial en la promoción de la evangelización; y que los catequistas implicados en ella aglutinaban a la gran inmensa mayoría de los agentes de pastoral y colaboradores eclesiales. Sobre todo, desde algunos continentes con un cristianismo más reciente, surgía el clamor por el reconocimiento del ministerio del Catequista. De esta panorámica universal hay que destacar, además, la convergencia en otros dos puntos: la necesidad de la formación de los catequistas y la necesidad del uso de los instrumentos digitales y su importancia en el ámbito de la nueva evangelización…
  • Esta riqueza de consultas y la gran diversidad de las acentuaciones de las Iglesias, fue retrasando la redacción de El trabajo no fue fácil. Particularmente resultaba difícil integrar todas las aportaciones que iban llegando hasta el PCPNE. Una por una iban siendo examinadas, valoradas y meticulosamente introducidas. También costó dar con la clave de redacción para asumir e introducir en el Directorio la perspectiva misionera y evangelizadora a la que el Papa ha convocado a toda la Iglesia en Evangelii nuntiandi.
  • La aprobación y publicación del Directorio para la catequesis no es un punto final. Si su elaboración ha requerido un tiempo largo desde los primeros indicios hasta su aparición (2015-2020), ahora es el tiempo de entrar en su espíritu, en sus intuiciones de fondo, en sus propuestas para una praxis evangelizadora. Nos tenemos que dar un tiempo de estudio, familiarización y asimilación para que nuestra acción catequética y catequística sean más eclesiales y mejor respuesta a las necesidades de las personas de nuestro hoy.

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