JESUCRISTO 2025 AÑOS DE ESPERANZA

«Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt. 5, 16)

TERCER BLOQUE: JESÚS, ESPERANZA DEL MUNDO
Revistamos la coraza de la fe y de la caridad, con el yelmo de la esperanza de salvación» (1 Tes 5, 8)
12ª SESIÓN. “Jesús, esperanza de los enfermos”

José Luis Méndez, delegado Episcopal de Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Madrid

FECHA: jueves 6 de marzo de 2025

HORA: de 17:00 h a 18:30 h.

LUGAR: Pª SAN JUAN DE LA CRUZ sita en C/ San Juan de la Cruz, 2 – SALA MULTIUSOS DE LA PARROQUIA SAN JUAN DE LA CRUZ

Esquema de la ponencia 

1. De qué esperanza hablamos 

La secularización de la esperanza 

  • Una esperanza sin Dios y con una “salvación” intramundana. 
  • La fe se ha secularizado en racionalismo y emotivismo, la caridad en solidaridad y la esperanza en la sociedad del bienestar, el tener, durar. 
  • Uno de los efectos más gravedades: el hombre ha dejado de mirar al cielo. 
  • Pérdida de la fuerza escatológica de la vida cristiana. 

La verdadera esperanza 

  • “La verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando «hasta el extremo», «hasta el total cumplimiento» (cf. Jn 13,1; 19,30)” (Benedicto XVI, Encíclica Spe salvi, 27). 
  • Sin esta esperanza la enfermedad no puede ser superada y la eliminación del enfermo, delsufriente, parecería la única respuesta “humanitaria”. 
  • Sólo Cristo nos otorga una esperanza verdadera. “Ninguno de nosotros vive para sí mismo y ninguno muere para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; así que ya vivamos ya muramos, somos del Señor” (Rm 14,7-8). 

Ésta ha sido la gran revolución cristiana: convertir el dolor en sufrimiento fecundo; hacer, de un mal, un bien. 

2. “Superación” del sufrimiento 

Cristo es la superación del sufrimiento, de la enfermedad, en el misterio redentor de la Cruz. 

  • “Solamente mirando el amor de Dios que da a su Hijo el cual ofrece su vida por nosotros, puede indicar algún camino de consolación. Y por esto decimos que el Hijo de Dios ha entrado en el dolor de los hombres; ha compartido y ha acogido la muerte” (Francisco, Audiencia, 4-I-2017). 
  • “Los que participan en los sufrimientos de Cristo conservan en sus sufrimientos una especialísima partícula del tesoro infinito de la redención del mundo, y pueden compartir este tesoro con los demás” (Juan Pablo II, Carta Apostólica, “Salvici doloris”, 27). 
  • “OH, Dios, tú quisiste que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades para manifestar el valor de la enfermedad y la paciencia humana; escucha benévolo nuestras plegarias por los hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a Cristo en su pasión para la redención del mundo” (Oración Colecta de la Misa por los enfermos). 
  • “Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito” (Benedicto XVI, Encíclica Spe salvi, 37). 

Mensaje del Papa con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo de 2025: 

  • Les pidió concretamente ayudarles a comprender que también la enfermedad, aun cuando sea dolorosa y difícil de entender, es una oportunidad de encuentro con el Señor”. 
  • En el tiempo de la enfermedad, en efecto, si por una parte experimentamos toda nuestra fragilidad como criaturas —física, psicológica y espiritual—, por otra parte, sentimos la cercanía y la compasión de Dios, que en Jesús ha compartido nuestros sufrimientos. 
  • Él no nos abandona y muchas veces nos sorprende con el don de una determinación que nunca hubiéramos pensado tener, y que jamás hubiéramos hallado por nosotros mismos 

3. La enfermedad camino de esperanza 

“El mal no triunfará para siempre, hay un fin al dolor. La desesperación es vencida” (Francisco, Audiencia 14-XII-2016). 

  • “San Pablo es muy realista. Sabe que la vida está hecha de alegrías y dolores, que el amor se pone a prueba cuando aumentan las dificultades y la esperanza parece derrumbarse frente al sufrimiento. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza» (Rm 5,3-4). Para el Apóstol, la tribulación y el sufrimiento son las condiciones propias de los que anuncian el Evangelio en contextos de incomprensión y de persecución (cf. 2 Co 6,3-10). Pero en tales situaciones, en medio de la oscuridad se percibe una luz; se descubre cómo lo que sostiene la evangelización es la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo” (Francisco, Bula de Convocación del Jubileo, “Spes non confundit”, 4). 
  • La Iglesia a los enfermos: “No está en nuestro poder el concederos la salud corporal, ni tampoco la disminución de vuestros dolores físicos (…) Pero tenemos una cosa más profunda y más preciosa que ofreceros (…) Cristo no suprimió el sufrimiento y tampoco ha querido desvelarnos enteramente su misterio: Él lo tomó sobre sí, y eso es bastante para que nosotros comprendamos todo su valor”1 

El enfermo ganado por la esperanza se convierte, a su vez, en camino de esperanza. 

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