Foto: Giovanni Scalese, religioso barnabita italiano permanece en Afganistán.
El padre José Carbajal, procurador general de la Orden de Padres Barnabitas, está en contacto directo con el sacerdote Giovanni Scalese que hasta ahora dirigía la misión de la Iglesia en el país
ACN, Josué Villalón (27/08/2021).- La pequeña comunidad católica de Afganistán está en serio peligro y se ve obligada al exilio o la clandestinidad. La Iglesia ha estado presente en el país centroeuropeo desde hace más de un siglo, cuando los sacerdotes barnabitas iniciaron la misión sui iuris y la dirigieron desde la única iglesia reconocida en el país, ubicada en la embajada italiana de Kabul.
Hablamos con el padre José Carbajal, procurador general de la Orden de Padres Barnabitas, en contacto directo con el sacerdote Giovanni Scalese que hasta ahora dirigía la misión de la Iglesia en Afganistán. Esta entrevista forma parte del programa «Perseguidos pero no olvidados» de Radio María, realizado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
ACN: ¿Cuáles son las últimas noticias que tenéis del P. Giovanni Scalese y qué os ha contado de cómo están viviendo estos últimos días?
Las últimas noticias que tenemos del padre Scalese es que está esperando, junto a un grupo de religiosas de las Misioneras de la Caridad de Madre Teresa, a ver cómo resolver su salida del país. Él, como pastor de ese grupo pequeño, tiene la misión de no abandonarlos y acompañarles hasta poder buscar una solución conjunta.
Desde los orígenes de la presencia de los barnabitas en Afganistán, nuestra misión se ha desarrollado dentro de la embajada italiana en Kabul. Allí el padre Scalese ofrecía el servicio religioso, la celebración de la Misa y demás sacramentos, para el personal interno y externo de la embajada y de otras representaciones diplomáticas. Las demás congregaciones religiosas presentes en el país tenían nuestra misión como su punto de apoyo, allí era donde todos se encontraban. Obviamente, ahora la embajada está cerrada.
¿Cuál es la realidad de la pequeña comunidad católica de Afganistán? ¿Y cómo ha sido su día a día allí y la convivencia con las personas afganas?
Hasta antes de esta crisis, fue una situación muy normal, muy tranquila. A pesar de las limitaciones, siempre había una vida de comunidad, una vida de Iglesia bastante normal. Siempre se ha mantenido un servicio a este pequeño pueblo católico que allí peregrinaba. Ha habido momentos de crisis pero siempre se ha logrado mantener la actividad misionera. Con esta nueva crisis política, el padre Scalese nos ha dicho que en ningún momento ha sentido peligro y siempre ha estado con las religiosas que allí quedaron, mientras se organizaban para ver cómo regresar a Italia.
¿Y qué va a pasar con la gente con la que ellos conviven cuando se marchen?
Todo es muy incierto, esta situación está en las manos y en la providencia de Dios. La idea es que el pequeño grupo que acompañaba nuestra presencia en Afganistán pueda encontrar un lugar también donde vivir con normalidad. Esto no va a ser fácil pero confiamos en la providencia de Dios y en las mediaciones a nivel diplomático para que se pueda buscar una solución a estas personas.
Si se llegase a un acuerdo, ¿el padre Scalese y los demás misioneros se podrían quedar en el país?
No, en estos momentos no se prevé esto como solución. Lo que se espera es que puedan salir de inmediato de Afganistán y se trasladen a un lugar seguro.
¿Qué características del carisma de los barnabitas hace propicia la misión que teníais en Afganistán?
Desde nuestra fundación en el siglo XVI, siempre hemos estado al servicio y disposición de las necesidades de la Iglesia. Una de las características de nuestro carisma es que somos colaboradores de los obispos donde la Iglesia nos necesite, sea en una escuela, sea en una misión. Nuestro carisma es el de acompañar al pueblo de Dios es sus necesidades más urgentes e importantes. Hasta el último momento se ha continuado con esta misión en Afganistán.
Un último mensaje de parte de la Iglesia católica en Afganistán
El P. Scalese nos ha pedido rezar, rezar mucho por Afganistán. Creo que independientemente de que la presencia católica continúe en Afganistán o no, debemos seguir rezando. Como creyentes, confiamos en la maternal protección de María. Tenemos que seguir rezando por el pueblo afgano y para que las principales víctimas puedan mantener su dignidad y mantener siempre viva la esperanza.
PROGRAMA EN RADIO MARÍA SOBRE LA IGLESIA EN AFGANISTAN DE AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA: