En el marco del Año Jubilar 2025, el pasado sábado 27 de abril se celebró en Roma un emotivo Jubileo dedicado a las personas con discapacidad. El encuentro, organizado por el Dicasterio para la Evangelización, reunió a miles de peregrinos de distintos países en una jornada marcada por la fe, la acogida y la alegría del Evangelio.

La Eucaristía, celebrada en la Basílica de San Pedro, estuvo presidida por Mons. Rino Fisichella, quien en su homilía recordó que “en el corazón de Dios hay lugar para todos, especialmente para quienes, a los ojos del mundo, a veces son olvidados o ignorados”. El prelado subrayó que “la discapacidad no es un obstáculo para la fe, sino una oportunidad para descubrir la ternura de Dios y la belleza del amor gratuito”.

Durante la celebración, varios momentos estuvieron animados por personas con diferentes discapacidades, quienes compartieron cantos, lecturas y testimonios de vida. La participación activa de todos los presentes expresó con fuerza la verdad de que “nadie es tan pobre que no tenga algo que dar, ni tan rico que no necesite recibir”.

El Jubileo concluyó con una invitación clara a toda la Iglesia: acoger, integrar y acompañar a las personas con discapacidad como miembros plenos de la comunidad cristiana. Como recordó Mons. Fisichella, “la Iglesia no es un grupo exclusivo, sino el lugar donde cada uno puede encontrar su sitio, porque todos somos hijos del mismo Padre”.

Desde la Delegación Episcopal de Catequesis de Madrid, nos unimos a esta llamada universal a construir comunidades más inclusivas, donde cada persona, con sus dones y límites, sea reconocida como un don de Dios.