La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) presenta en Madrid la campaña de Navidad «Yo soy apóstol. Y tú también», una iniciativa que pone el foco en la labor insustituible de los catequistas en los lugares más pobres, perseguidos y olvidados del mundo. El encuentro tendrá lugar el viernes 19 de diciembre, a las 19:40 horas (tras la Eucaristía), en el salón de actos de la parroquia Espíritu Santo (entrada por c/ Cyesa, 13).
La convocatoria contará con el testimonio de Mª Cristina Santacruz, catequista de pastoral penitenciaria en Ecuador, quien compartirá su experiencia de acompañamiento evangelizador en contextos de especial dificultad. La campaña busca sensibilizar y movilizar la generosidad para el sostenimiento y la formación de catequistas, a través de 1.000 proyectos impulsados por ACN en todo el mundo.
Catequistas: presencia constante en las comunidades
En la actualidad, la Iglesia católica cuenta con 2,9 millones de catequistas en todo el mundo, según datos oficiales del Vaticano. Muchos de ellos desarrollan su misión en países con graves dificultades económicas, políticas y sociales, o en lugares donde la fe cristiana es perseguida. Allí donde el sacerdote no puede llegar con regularidad, el catequista sostiene la vida cristiana de las comunidades, acompaña a las familias y prepara a niños y jóvenes para los sacramentos.
En la presentación de la campaña participa la hermana Deisy Delgado, religiosa de las Franciscanas de María Inmaculada y coordinadora de catequesis en la diócesis de Colón (Panamá), quien ha subrayado que los catequistas «están presentes en las comunidades, conocen la realidad de las familias y hacen que el Evangelio toque la vida de las personas y las transforme». Asimismo, agradece la labor de ACN, que facilita su misión en contextos donde muchos deben caminar durante horas, cruzar ríos, montañas o incluso el mar para llegar a comunidades a las que el sacerdote solo puede acudir una vez al año.
La primera línea de la evangelización
Reconocidos como los «nuevos apóstoles del siglo XXI», los catequistas desempeñan un papel esencial en países marcados por la persecución, la guerra, la escasez de vocaciones o una geografía adversa. En comunidades pequeñas y aisladas, reúnen a los fieles, celebran la Palabra y mantienen viva la esperanza cristiana en medio de la violencia o la discriminación religiosa.
La campaña de ACN da voz a catequistas de Sudán del Sur, Burkina Faso, Tanzania, Pakistán o Brasil, donde la pobreza extrema y las amenazas directas forman parte de su día a día. En la Amazonía, por ejemplo, matrimonios catequistas recorren durante días ríos y selvas para anunciar el Evangelio en zonas afectadas por el narcotráfico y la violencia. El riesgo y la escasez son, con frecuencia, compañeros habituales de su misión.
Llamamiento a la oración y a la acción
La discriminación y la persecución religiosa suponen obstáculos constantes para estos agentes pastorales. En contextos como Pakistán, donde los cristianos son una pequeña minoría, el catequista es clave para la cohesión y fortaleza espiritual de las comunidades. La campaña «Yo soy apóstol. Y tú también» es, en este sentido, una llamada a no olvidar a la Iglesia que sufre y a quienes sostienen la fe en condiciones extremas.
Necesidades urgentes y frutos de la generosidad
La ayuda canalizada por ACN se centra en tres grandes necesidades: el sostenimiento personal de los catequistas, su formación espiritual y catequética, y los medios de transporte indispensables para llegar a zonas extensas y de difícil acceso.
Durante 2024, la generosidad de los benefactores permitió impulsar 805 proyectos, facilitar 1.141 vehículos para la pastoral —entre coches, barcos, motocicletas y bicicletas— y distribuir 844.200 ejemplares de material catequético, como Biblias y catecismos. Para este año, ACN se ha marcado como objetivo financiar 1.000 proyectos en favor de los catequistas.
El director de ACN España, José María Gallardo Villares, ha destacado la urgencia de esta campaña recordando que los catequistas son la auténtica «primera línea de evangelización» en los rincones más vulnerables del planeta, e invita a vivir la Navidad convirtiéndose también en apóstoles de Cristo mediante la oración y la ayuda concreta.






