El camino sinodal, que comenzó en el 2021 y concluirá en 2023, vive ahora un punto de inflexión. Finalizada la etapa inicial en la que las Iglesias particulares, Conferencias Episcopales y otras realidades eclesiales reflexionaron a partir del Documento Preparatorio enviado por Roma, se inaugura la etapa continental, cuyo énfasis se enmarca en la escucha, el discernimiento y el diálogo a nivel regional, a partir de las aportaciones realizadas por las Iglesias particulares.
El Santo Padre marca la necesidad de una Iglesia cercana y abierta y pide rezar «para que la Iglesia, fiel al Evangelio y valiente en su anuncio, viva cada vez más la sinodalidad y sea un lugar de solidaridad, de fraternidad y de acogida».