Con motivo de las celebraciones de la Confirmación que se están llevando a cabo en las parroquias, colegios y comunidades de la diócesis, el Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha querido tener un gesto especial con los catequistas que han acompañado a los confirmandos en este proceso de iniciación cristiana. A cada uno de ellos se les entrega un icono, símbolo visible del camino recorrido y del vínculo que continúa.

Junto al icono, el Cardenal hace llegar un mensaje en forma de carta personal dirigida tanto a los confirmados como a sus catequistas. A los jóvenes que han recibido el sacramento les anima a comenzar con alegría este nuevo camino como discípulos de Jesús:

“Has terminado el proceso de tu iniciación a la vida cristiana, ahora comienza el camino de ser plenamente discípulo […] Jesús cuenta contigo
para hacerte feliz según el camino del Evangelio”.

Invitándolos a una vida cristiana activa y comprometida, Mons. Cobo ofrece cinco claves concretas para continuar creciendo en la fe: oración, participación, consuelo, encuentro y celebración. En este itinerario destaca la cita mensual con otros jóvenes de la diócesis en la Catedral, cada primer viernes de mes, y convoca especialmente al gran encuentro del próximo 27 de septiembre, dentro del Madrid Live Meeting, donde se entregará solemnemente “el signo del confirmado”.

A los catequistas y responsables de la preparación al sacramento, el Cardenal dedica una carta de gratitud, acompañada también por el icono, en la que reconoce el “servicio pleno de preparación, desvelos y acompañamiento” ofrecido este año.

“Gracias por ser instrumento de la vida de nuestra Iglesia. Gracias por ser catequista y no dejar de apoyar el proceso que has comenzado”.

Pero esta gratitud no se limita al pasado, sino que se proyecta hacia el futuro. Mons. Cobo invita a no descuidar el acompañamiento postconfirmación, a establecer lazos con los padrinos y madrinas, a implicarse en la vida de la diócesis y a preparar desde ya el gran encuentro jubilar del próximo 4 de octubre de 2025, donde se convocará a todos los confirmados de este curso pastoral para recibir de manos del Cardenal un nuevo signo que los vincule a su vocación y misión en la Iglesia.

El icono que se entrega a cada catequista es, por tanto, más que un recuerdo: es una llamada a la fidelidad y a la corresponsabilidad en la construcción de una Iglesia diocesana viva, joven y en salida.