En la reunión del Equipo de Expertos de la Delegación Episcopal de Catequesis en Madrid se aprobaron estos
Criterios para la renovación de la catequesis en Madrid:
1.- En Madrid queremos una catequesis más misionera: que asuma el desafío de tener en cuenta que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que catequizamos no han recibido, al menos suficientemente, el primer anuncio del Evangelio, y en algunos casos ni siquiera la experiencia básica propia del despertar religioso. Para ello sabemos que, entre otras cosas, hay que hacer una catequesis más propositiva y provocativa, y no de mero mantenimiento, que hay que sustituir la mentalidad y el lenguaje de la catequesis sacramental (catequesis de primera comunión, de confirmación, etc…) por la mentalidad y el lenguaje de la catequesis de iniciación cristiana, y hay que dar más importancia y prevalencia a la Palabra de Dios.
2.- En Madrid queremos una catequesis más testimonial, más centrada en el catequista que en el catecismo (o en los materiales de la catequesis). Que sea de verdad, como dice el Papa Francisco,” la transmisión de la memoria de la fe de la Iglesia a través de la memoria de la fe del catequista”, que este basada fundamentalmente en la aportación del catequista como testigo de Cristo, que pone en juego su experiencia de fe, y también, por su entrega generosa a los catecúmenos, todas sus habilidades humanas y pastorales. Queremos desde la aportación de los catequistas una catequesis menos teórica y abstracta y en cambio más experiencial, provocativa y personalizada.
3.- En Madrid queremos una catequesis más mistagógica: Queremos acercar a los niños, a los adolescentes, a los jóvenes y a los adultos a una vivificadora experiencia de Dios, personal y comunitaria, honda y madura. Queremos para ello una catequesis en la que la oración y la celebración, el silencio que acoge la Palabra, tengan un mayor peso en la catequesis. Que esta no sea sólo y no tanto la transmisión de verdad, sino también de bondad y de belleza. Que no sea sólo una propuesta razonable de la fe, sino que ayude a un despertar también sensible y orante en el acompañamiento hacia el misterio insondable de Dios.
4.- En Madrid queremos una catequesis más vinculada a la pastoral parroquial y familiar. Una catequesis que no caiga en el reduccionismo formativo (que se confunde con la formación religiosa escolar) y que promueva en cambio su dimensión comunitaria, por la que en la catequesis antes que enseñar se acoge y se integra en la comunidad cristiana: la parroquial, en su caso la escolar (cuando el colegio religioso es de verdad un ámbito comunitario de la fe), y la familiar. Queremos involucrar a los padres, primeros catequistas, en la catequesis, por muy alejados que estén de la fe, más con la acogida, el diálogo, la cercanía y la propuesta, que con la exigencia.
5.- En Madrid queremos una catequesis más inculturada, que en función del principio de la doble fidelidad de la catequesis (la fidelidad al legado de la fe y la fidelidad al destinatario) tenga en cuanta la cultura circundante de las nuevas generaciones, tanto para saber leer desde ella la manera de manifestarse la inquietud religiosa, como para saber expresarse con los nuevos lenguajes de esta nueva cultura. Para ello sabemos que necesitamos una catequesis más creativa, más arriesgada, y más elocuente.