Diana tiene muchos sueños por cumplir y una clara misión en su vida: transmitir la fe a las nuevas generaciones en Cuba. Como otros jóvenes, Diana forma parte de la Iglesia cubana y la apoya en todo lo que puede. Son conscientes de la necesidad de estar bien formados para ser catequistas y de contar con los medios para transmitir el Evangelio.
A diferencia de otros jóvenes que sucumben, ellos son jóvenes sinceros, valientes, comprometidos y muy entregados, que tratan de afrontar la vida en Cuba desde la fe y la esperanza del Evangelio. Pero necesitan tu ayuda para sostenerse y formarse, y así poder plantar esa semilla tan necesaria en corazones rotos y sedientos de Dios.
Los jóvenes catequistas en Cuba son instrumento de Dios para difundir Su Palabra. Tú puedes ser instrumento de Dios para hacerlo posible. Apoya su formación y la de miles de catequistas en otros países, donde la Iglesia sufre.
“Hay jóvenes cubanos que trabajan en empresas privadas que dan buenos rendimientos financieros, pero que son, de un modo u otro, ilegales. Otros viven de acuerdo con la ideología comunista. Otros se gastan los ahorros de la familia y viajan a países diferentes para acabar llegando a Estados Unidos, donde algún familiar o amigo les acoge»
Miles de catequistas valientes y entregados necesitan tu ayuda para sostenerse
Pero también hay jóvenes, como Diana, que, aun con dificultades, tratan de afrontar la vida en Cuba desde la fe y la esperanza del Evangelio. “Formamos parte de la Iglesia cubana y la apoyamos en todo. Nuestros corazones están llenos de sueños que no se pueden cumplir pero somos sinceros, valientes, comprometidos y muy entregados”, reconoce Diana.
Gracias a sus benefactores, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha apoyado en todo el mundo a miles de catequistas como Diana, para que tengan una formación con la que poder enseñar la fe católica. ACN también les ayuda con material catequético y otros proyectos de formación.
Miles de catequistas valientes y entregados están dispuestos a llevar el Evangelio, pero necesitan tu ayuda para sostenerse, y poder plantar esa semilla tan necesaria en corazones rotos, sedientos de Dios. Ellos son instrumento para llevar el Evangelio a los lugares donde los cristianos sufren.