Por su interés formativo reproducimos la información de PROFESIONALES POR EL BIEN COMÚN sobre la jornada que tuvo lugar el sábado 6 de noviembre de 2021 que llevó por título “La banalidad del mal. Caminemos hacia la promoción de conciencia personal e institucional»
Frente a la conciencia enfocada a la búsqueda de la verdad, que se abre a la verdad y al discernimiento dirigido hacia el bien, aparece en nuestra cultura actual, la conciencia como autonomía, como voluntad de poder frente al otro o a los otros. Esta fue una de las ideas expuestas en el Encuentro por monseñor Luis Argüello, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española.
D. Luis exploró una cuestión muy importante: la necesidad de la promoción de conciencia. Esta promoción la presentó como una labor fundamental de las organizaciones en la sociedad civil. Y advirtió, que cuando se pone en primer lugar la autonomía o el sentimiento, la conciencia sirve de cohartada para muchas decisiones contra el Bien Común…
Para el obispo auxiliar de Valladolid, se rechaza, por parte de esta falsa conciencia, una propuesta moral objetiva. Estamos pues ante una corriente cultural promovida por los poderosos en el tiempo actual.
Esa autonomía que se toma como valor a la hora de conformar la conciencia, genera sus propias reglas, incluso contra la dignidad del ser humano. En este caso, esta conciencia-sentimiento ejerce su voluntad de poder.
Es en definitiva una propuesta de conciencia que hace juego con las reglas propuestas hoy en nuestras casas y calles, en los medios digitales…
Rainer Uphoff miembro de PBC (Profesionales por el Bien Común), periodista y empresario, presentó un esquema global del funcionamiento del nuevo totalitarismo. Estamos en una economía basada en un lucro, que mantiene estructuras viejas y construye otras nuevas, que van apareciendo en la historia.
Todo está sostenido en base a una antropología materialista. Pero el totalitarismo no es como una dictadura, se oculta. ¿Podemos ser conscientes de su existencia? ¿Podemos ser conscientes para tomar conciencia de la agresión que sufrimos? El mundo cambia sus patrones de dominación con mucha rapidez.
Hoy con nuestro smartphone tenemos “derecho a decidir sin límites” pero ¿esto avanza a la libertad?. Hay muchos indicadores que dicen que no es así.
Nuestra sociedad acaba sintiéndose culpable, incluso, de esta situación que ella misma sufre. La dictadura nos obliga a hacer lo que no queremos, sin embargo, en el totalitarismo, acabamos hacemos con gusto aquello que realmente se nos impone.
Federico de Montalvo, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Comillas y presidente del Comité de Bioética de España, planteó el tema de la objeción de conciencia enmarcado en derechos fundamentales como el de libertad ideológica y religiosa, he hizo una intervención con distintos enfoques jurídicos sobre los temas que afectan a la objeción de conciencia en la actualidad (aborto, eutanasia…).
La conciencia es individual, afirmó, pero hemos avanzado hacia el concepto de la conciencia colectiva. La objeción de conciencia está ligada solidariamente a la libertad de las personas.
La objeción de conciencia es una garantía de derechos como la libertad religiosa y la libertad ideológica, que afectan a la comunidad, a instituciones y entidades, no solo a las personas individuales.
José Antonio Díez, profesor de la Universidad de la Rioja y secretario de la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia, planteó desde su experiencia de profesor y asociada, la aportación de los objetores de conciencia en España desde una dimensión moral y jurídica.
Afirmó que “a veces parece que chocan varios derechos, y realmente lo que ocurre es que hay un choce de valores”. Para José Antonio el derecho garantiza determinados valores, que se deben defender en la sociedad.
Esos valores son previos a las mismas leyes. En ocasiones un positivismo legislativo hace que las normas legales se quieran imponer como coordenadas morales en la sociedad, en contra de los valores que generaron el mismo derecho.
Miguel Angel Ruiz Albert, profesor de Derecho de la Universidad de Huelva, y miembro de Profesionales por el Bien Común, hizo una exposición desde los derechos humanos, de las distintos agresiones a la vida humana y a los más débiles (niños abortados, eutanasia, inmigrantes…).
También desarrolló la gravedad de los acontecimientos que se resbalan hacia “los nuevos derechos”, que han vacíado el contenido de los derechos humanos. La objeción de conciencia en base a unos derechos basados en la dignidad humana es legítima.
No puede ser una objeción basada en derechos que no protejan la vida del débil, del no nacido, del hambriento…Sería una objeción basada en una conciencia subjetiva, que se “autodetermina” sobre el bien propio y el de los demás.
También señaló que hay muchos intereses en juego, también de distintas organizaciones teóricamente filantrópicas, que influyen en estas corrientes de derecho y que fuerzan la moral de la sociedad hacia la asunción de estos nuevos derechos.
Por último, tres miembros de Profesionales por el Bien Común realizaron unas reflexiones desde tres ámbitos. Carlos Martínez, desde el sector sanitario y su experiencia como médico; Manuel Araus, desde el ámbito educativo y Carlos Llarandi, desde la perspectiva biopolítica de la extracción de datos y la privacidad. Los tres expusieron los distintos retos éticos, morales y profesionales que se plantean en cada uno de los ámbitos de su experiencia.