Título: Cómo EE.UU. quiere cambiar de Papa

Autor: Nicolás Senèze

Editorial San Pablo

NOTA EDITORIAL: Una campaña orquestada desde Estados Unidos por lobbies financieros, medios de comunicación y ciertos cardenales pretende derrocar al Papa por sus críticas al capitalismo neoliberal, su condena de la pena de muerte y su tolerancia con la homosexualidad. El corresponsal del diario católico francés La Croix en el Vaticano, Nicolas Senèze, realiza una sólida investigación a partir del intento de «golpe de Estado» realizado por un obispo italiano, el exnuncio del Vaticano en Estados Unidos, Carlo Maria Viganò. Algo sin precedentes en la historia. ¿Su intención? Hacer renunciar a Francisco e influir en el próximo cónclave.

REFERENCIA EN MI LIBRO «¿HA FRACASADO LA NUEVA EVANGELIZACIÓN?»:

«Todos los papas contemporáneos, y por su puesto San Juan Pablo II y Benedicto XVI, sin dejar de denunciar la deshumanización del aborto y de la eutanasia activa, han sido igual de contundentes con las demás vulneraciones de los derechos humanos. Pero además todos ellos han tenido bien claro que la principal misión de la Iglesia, por delante de la valentía en su magisterio y de la misión de los laicos en la vida pública, consiste en la evangelización, que procura el despertar de esa “mente de Cristo” (1 Cor. 2, 16), en los cristianos para que sean sal y luz en el mundo.

Todas estas circunstancias mencionadas sobre el malestar en Estados Unidos para con el Papa Francisco, como explica Nicolás Senèze, corresponsal en Roma del prestigioso diario católico francés La Croix, contribuyeron a la “declaración de guerra” contra él. Como explica sintéticamente Antonio Pelayo, quienes en Estados Unidos se manifiestan en posiciones contrarias a las del Papa, reciben sustanciosas ayudas económicas de estamentos muy poderosos de la sociedad estadounidense que abominan de su magisterio. Me refiero, por ejemplo, a los fabricantes y comerciantes de armas o a los lobbies más potentes del capitalismo más devorador. Sostén monetario que reciben, igualmente, medios de información de todos conocidos, algunos de ellos españoles.

Lo grave es que esta declaración de guerra no hubiese tenido ningún atisbo de continuidad si sus instigadores hubiesen sido capaces de desencadenarla por si solos, si no fuera porque en el subsuelo no existiese ya desde hace décadas una importantísima corriente integrista dispuesta a “sobreponerse” al Concilio, no sin tratar de manipular a su favor el magisterio tanto de San Juan Pablo II como de Benedicto XVI, y en la que esta ofensiva encontró una base social donde apoyarse y donde difundirse. De esta corriente ya hablamos cuando describimos ese particularísimo grupo de “alejados” de la Iglesia por sus posiciones integristas o “identristas”, que se sitúan en el mejor de los casos con un pie dentro y otro pie fuera de la comunión eclesial» (MANUEL MARÍA BRU ALONSO. «¿Ha fracasado la Nueva Evangelización. El desafío misionero con los cercanos, alejados y lejanos a la fe cristiana. San Pablo. Madrid 2024, p. 381).