Infomadrid.- Con el lema «Nace la Luz que nos toca el corazón», la Campaña de Navidad de Cáritas Diocesana de Madrid nos invita a levantar la mirada hacia esa Luz que llega a todos y a dejarnos transformar por ella, para después reflejarla en gestos concretos de cercanía, servicio y esperanza.

Cada Navidad recordamos que una Luz irrumpió en nuestra historia para iluminar los corazones y tocar la vida de todas las personas. El Evangelio del 25 de diciembre lo expresa con claridad y belleza: «El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo» (Jn 1, 9). Esta Luz no depende de nuestros méritos ni de nuestras capacidades; es un regalo, un don gratuito del amor de Dios que se hace presente en medio de las sombras de nuestro mundo.

Una Luz que no es nuestra, pero nos transforma

La Exhortación Apostólica Dilexi te del papa León XIV recuerda que el amor de Cristo se propone, nunca se impone, y que «quien contempla ese amor se vuelve capaz de amar». Es una invitación a dejarnos alcanzar por ese amor y a hacerlo visible en lo cotidiano: en la escucha atenta, en un abrazo que sostiene, en una mirada que reconoce la dignidad del otro.

La Luz que nace en Belén no es privilegio de unos pocos: resplandece para todos y alumbra el corazón de toda la humanidad. A esa misión responde también Cáritas: acoger, acompañar y servir con humildad, sabiendo que no somos la fuente de la luz, sino su reflejo. Desde esa certeza, cada gesto de caridad se convierte en un pequeño resplandor que ilumina la vida de quienes más lo necesitan.

Una llamada a abrir los ojos y el corazón

En su carta pastoral, el cardenal José Cobo nos invita a vivir con corazón peregrino, capaces de mirar el mundo con esperanza. Recuerda que «la fe no consiste en mirarnos a nosotros mismos, sino en aprender a mirar como Dios mira». Es una llamada a salir juntos a las calles, a los barrios, a esos lugares donde la vida duele y la esperanza parece haberse apagado, para ser allí testigos de la alegría del Evangelio.

Con esta campaña queremos redescubrir precisamente esa mirada: reconocer la Luz que ya brilla en cada persona, incluso en quienes atraviesan momentos de fragilidad; descubrir la presencia de Dios en lo pequeño y permitir que esa presencia nos transforme. Se trata de ver la luz no solo en lo que hacemos, sino también en lo que recibimos de quienes acompañamos, porque ellos —con su historia, su verdad y su esperanza— también nos iluminan.

La Luz que nace en la fragilidad

El Niño de Belén no nace entre privilegios ni abundancia, sino en la sencillez y la pobreza. Donde el mundo no espera nada, Dios enciende su Luz. El IX Informe FOESSA nos muestra que muchas personas viven hoy en oscuridades de soledad, exclusión o precariedad. Frente a ellas, la labor de Cáritas no consiste en «llevar la luz», sino en caminar junto a las personas hasta descubrirla juntos, reconociendo que Dios ya está presente en sus vidas.

Esta es la pedagogía del amor cristiano: identificar la Luz de Dios en cada persona, también en quien sufre, y permitir que esa luz transforme nuestra mirada y nuestro modo de servir.

La Luz que nos toca el corazón no se guarda, se comparte, nos une, nos transforma y nos invita a seguir caminando con esperanza, reconociendo que todas y todos nos necesitamos. Dilexi te nos recuerda que contemplar el amor de Cristo nos hace más sensibles a las heridas del mundo y nos anima a reflejar ese amor en los gestos de cada día. “Dios es amor misericordioso y su proyecto de amor, que se extiende y se realiza en la historia, es ante todo su descenso y su venida entre nosotros para liberarnos” (Dilexi te, 16)

Que ese Dios ilumine nuestro camino, nos llene de esperanza y nos ayude a mirar el mundo con el corazón abierto, para descubrir su presencia en cada persona y en cada historia compartida.

Vivamos este tiempo de Adviento y Navidad dejando que la Luz que nace toque nuestro corazón, nos transforme por dentro y nos impulse a reflejar su amor en nuestra vida cotidiana.

Objetivos de la campaña

Sensibilizar, a la Luz del nacimiento del Niño Dios en un portal humilde, sobre la realidad que viven muchas personas y familias que caminan a nuestro lado, así como invitar a mirar con esperanza y a descubrir la Luz que sigue naciendo en medio de nuestras comunidades, proyectos y barrios, y por último, promover gestos sencillos de cercanía y compromiso que reflejen el amor de Dios en la vida cotidiana.