El cardenal Osoro clausuró este jueves, 1 de junio, el Curso de Catequética que ha organizado durante todo este curso la Delegación de Catequesis. Al dirigirse a los catequistas, el arzobispo de Madrid les recordó que «Cristo es el modelo de todo catequista, y en comunión con Él nosotros anunciamos el Evangelio».
El acto contó con cuatro momentos:
- Palabras de saludo del Delegado de Catequesis al Señor Cardenal
- Exhortación del Sr. Cardenal Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid, bajo el titulo “Unidos para la misión”.
- Entrega personalizada por parte del Sr. Cardenal de los diplomas de participación en el curso a los catequistas.
- Bendición final del Sr. Cardenal.
Exponemos a continuación:
- El video del acto de clausura,
- Acceso al sitio web en archimadrid.es con las fotos del acto, incluidas la de la entrega de los diplomas,
- La nota informativa dada por la agencia de noticias del Arzobispado de Madrid,
- Las palabras de presentación del acto del Delegado Episcopal de Catequesis
El video del acto de clausura:
Acceso al sitio web en archimadrid.es con las fotos del acto, incluidas la de la entrega de los diplomas:
La nota informativa dada por la agencia de noticias del Arzobispado de Madrid:
ARCHIMADRID.- El cardenal Osoro clausuró este jueves, 1 de junio, el Curso de Catequética que ha organizado durante todo este curso la Delegación de Catequesis. Al dirigirse a los catequistas, el arzobispo de Madrid les recordó que «Cristo es el modelo de todo catequista, y en comunión con Él nosotros anunciamos el Evangelio».
Asimismo, resaltó que «la primera catequista fue la Virgen María, que fue la primera que se puso en camino para anunciar a Nuestro Señor. Para ella no fue fácil –dice la Escritura que «tuvo que atravesar regiones montañosas»–, como tampoco lo es para vosotros. Tenéis dificultades de todo tipo: dificultades con los padres, que a lo mejor no tienen interés, dificultades con los niños, que cuando acaban la catequesis a los mejor ya no quieren saber nada… Hay dificultades. Dar catequesis supone también «atravesar regiones montañosas»».
Sin embargo, «hemos recibido tres regalos esenciales para poder ser catequistas». El primero es «que hemos conocido a Cristo, y tenemos el regalo de su amor; sin esto, no seríamos catequistas, sino orientadores o simples parlanchines», destacó.
El segundo regalo es «la propia misión, que es un regalo. «Ir» es un regalazo del Señor. Tenemos que ir a los hombres, no esperar a que vengan. Venimos de una época de cristiandad, pero tenemos que empezar a realizar lo que el Papa llama «conversión pastoral». Tenemos que desinstalarnos, para ir a los caminos donde realmente está la gente, no donde a nosotros nos gustaría que estuviera. Ser catequista no es solo coger el Catecismo o aprender una serie de estrategias, es ir donde está de verdad la gente».
Y el tercer regalo es «el mandamiento del Señor: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». No valen solo las metodologías, que son muy válidas, sino que el catequista es una persona que vive esta experiencia de amor a todos los hombres». En este sentido, el arzobispo de Madrid aconsejó a los catequistas: «Hay que conquistar a los padres, no con estrategias, sino con amor».
Por último, el cardenal Osoro les exhortó: «No os desaniméis, el Señor está con vosotros. El mensaje que lleváis no es vuestro, es de Dios, y Él tiene más interés que vosotros mismos en llegar a los hombres. Vosotros sois muy necesarios, porque el mundo no puede vivir en ausencia de Dios».
Después, el purpurado entregó los más de 60 diplomas acreditativos a los catequistas participantes presenciales (y a los que habían acreditado también su seguimiento a través de su transmisión online) del curso, provenientes de parroquias y colegios de todas las vicarías territoriales.
Este ha sido el primer curso de formación de catequistas con el formato de ciclo de conferencias –cada tema, un ponente–, organizado por la Delegación de Catequesis. Se ha emitido también vía online por el canal de YouTube del Arzobispado de Madrid para todos los interesados que lo han podido seguir en directo, personalmente o en grupos, o que han podido descargarlos después. De este modo, han podido beneficiarse de esta formación catequistas de diversos municipios de Madrid y de toda España.
Palabras de saludo del Delegado de Catequesis al Señor Cardenal:
ESTIMADO SR. CARDENAL:
Su presencia hoy aquí, como obispo y pastor, para clausurar este CURSO ANUAL DE CATEQUESIS de formación de un numeroso grupo de nuestros catequistas diocesanos, es sin duda muy importante. Lo es tanto para mi como para todos los que han hecho posible este curso, empezando por su vicario episcopal de evangelización, Carlos Aguilar, y siguiendo por los miembros de los dos Equipos de Trabajo de la Delegación (el de Coordinadores y el de Expertos), Blanca Jiménez, secretaria de la Delegación, y tantos sacerdotes y catequistas que lo han animado y sostenido.
Y es muy valiosa su presencia y su palabra hoy aquí porque ni la catequesis, ni la formación de catequistas, ni la misión para la que ambas cosas tienen sentido, tendría ningún valor, y hasta sería contraproducente, sino fuesen y estuviesen en comunión con usted, el sucesor de los apóstoles en esta porción del “Santo Pueblo Fiel de Dios” (expresión que tanto gusta al Papa Francisco para dirigirse a la Iglesia), que peregrina en Madrid. Somos catequistas, y debemos formarnos cada día más como catequistas, para ayudarle a usted, nuestro catequista mayor, en la apasionante misión de evangelizar hoy Madrid.
Con usted bien sabe, con este acto se clausura el primer Curso de formación de Catequistas con el formato de ciclo de conferencias (cada tema, un ponente), y que se ha transmitido on line por el canal de Youtube del Arzobispado de Madrid para todos los interesados que lo han podido seguir en directo, personalmente o en grupos, o que han podido descargarlos después. Por esta modalidad catequistas de algunas parroquias de diversos municipios de Madrid han seguido el curso a través de internet, y catequistas de toda España y de todo el mundo de habla hispana sigue descargándose los videos de las ponencias como recurso provechosos para su formación.
El curso ha contado con veinticinco ponencias repartidas en diez bloques temáticos:
- La identidad del catequista,
- Hacer catequesis hoy,
- Elementos de metodología,
- Cuatro acentos de la Catequesis,
- Renovar el lenguaje en la Catequesis,
- Algunas situaciones emergentes,
- Catequesis familiar y catecumenado de adultos,
- Catequesis para el compromiso,
- Catequesis en proyecto pastoral,
- y Catequesis en comunión eclesial.
Con respecto a los ponentes:
Tras la lección de apertura de Juan Luis Barrios, director de la Subcomisión de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, en el curso han participado:
- Profesores expertos en teología catequética:
- José María Pérez y Elena de Andrés, del Instituto San Pío X;
- Miguel Ángel Medina, Gregorio Aboín, Juan Ignacio Rodríguez Trillo, Juan Carlos Carvajal, y Carlos Aguilar, de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso;
- José Luis Segovia e Ignacio María Fernández del Instituto Pastoral de la Pontificia de Salamanca),
- párrocos de Madrid (Oscar García Aguado, Ángel Luis Caballero, Francisco Pérez, y Lucas Berrocal),
- directores de revistas especializadas en catequesis como los salesianos Álvaro Ginel (Catequistas) y Jesús Rojano (Misión Joven), y el jesuita José Luis Saborido (Catequética),
- Y expertos en diversas disciplinas pedagógicas y catequéticas como Herminio Otero, Ricardo de la Torre, Ángel Lafuente, Eduardo Madrazo, Adela Tortosa, María Solano, y Mauricio Lavallén.
Sr. Cardenal: hemos aprendido muchas cosas en este curso, sobre temas muy diversos, pero sobre todo hemos podido compartir profesores y alumnos juntos el deseo (y también tantas ideas y herramientas) de ser, como nos pide el Directorio General de Catequesis, doblemente fieles: fieles a la memoria de la fe de la Iglesia que estamos llamados a comunicar a través de nuestra propia memoria de la fe, y fieles a nuestros destinatarios, los niños, adolescentes, jóvenes y adultos que vienen a nuestras catequesis, y a los que queremos servir y amar, dándoles lo más preciado que tenemos: el tesoro de nuestra fe y la alegría de poder dar gratis lo que gratis hemos recibido.
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