¿Cómo y cuándo se podrá regular esta avalancha de violencia y hostigamiento en contra de los adolescentes del mundo “desarrollado”?
Jaime Septién | Oct 02, 2018. ALETIA.-
El estudio se hizo con 743 adolescentes y 1.058 padres que viven en Estados Unidos, pero puede ser extrapolado a cualquiera otro de los países occidentales.
Se trata del hostigamiento o “bullying” que tienen que enfrentar los adolescentes de entre 13 y 17 años de edad y que fue medido por el Pew Research Center (PRC) en una encuesta nacional llevada a cabo del 7 de marzo al 10 de abril de 2018.
Si bien es cierto que en las escuelas primarias, secundarias y preparatorias, siempre ha habido insultos, la propagación de rumores, los chismes, los falsos testimonios, las violencias, apodos, burlas y acciones que zahieren a los demás, la llegada de los teléfonos inteligentes y las redes sociales han exacerbado esta (mala) práctica.
Un verdadero desafío
Esta realidad, dicen los investigadores del PRC, es “un aspecto desagradable y desafiante de la vida adolescente”; una dura prueba cuando se está formando la personalidad de las chicas y los chicos y que, por desgracia, ya ha provocado un triste número de suicidios en el mundo.
La nueva encuesta del PRC en Estados Unidos muestra que 59 por ciento de de los adolescentes estadounidenses han experimentado personalmente al menos uno de los seis tipos de comportamientos abusivos en línea que ha identificado este organismo de investigación.
Estos seis comportamientos abusivos son: el ser llamados con nombres ofensivos; la difusión de falsos rumores; recibir imágenes explícitas que no fueron pedidas; preguntas constantes (no de los padres) sobre dónde o con quién se está; amenazas de violencia física y el compartir imágenes explícitas del o de la adolescente sin su consentimiento.
Galería de acosos
El tipo más común de acoso a los jóvenes en línea son los insultos. Alrededor de 42% de los adolescentes estadounidenses dicen que han sido llamados con nombres ofensivos en línea o por teléfono celular.
Además, aproximadamente un tercio (32% ) de los adolescentes dice que alguien ha difundido falsos rumores sobre ellos en Internet, 25% recibieron imágenes explícitas que no habían pedido, mientras que 21% reporta a alguien que no es un padre que pregunta constantemente dónde están, con quién están o qué están haciendo.
En este mismo estudio se muestra que 16 de cada cien adolescentes estadounidenses han sido blanco de amenazas físicas en línea y 7 de cada cien han tenido que sufrir que imágenes explícitas de ellos y ellas hayan sido difundidas sin su consentimiento.
Intercambios preocupantes
“Si bien los mensajes de texto y los mensajes digitales son una forma central en la que los adolescentes construyen y mantienen relaciones, este nivel de conectividad puede llevar a intercambios potencialmente preocupantes y no consensuales”, explica el reporte del PRC.
Todo esto ha hecho que los padres de familia se sientan particularmente preocupados. Parecería que es una serie de situaciones que ponen en peligro a sus hijos pero que los padres no pueden controlar, o no saben cómo hacerlo.
El trabajo del PRC revela que 57 por ciento de los padres de adolescentes dicen que les preocupa que sus adolescentes reciban o envíen imágenes explícitas, incluyendo alrededor de una cuarta parte que dicen que esto les preocupa mucho.
¿Hasta cuándo habrá freno?
Por lo demás, la gran mayoría de los adolescentes (90% en este caso) creen que el acoso en línea es un problema que afecta a personas de su edad y 63 por ciento dice que este es un problema importante.
Pero la mayoría de los jóvenes piensan que los grupos clave, como los docentes, las empresas de medios sociales y los políticos, no están abordando este problema. Por el contrario, los adolescentes tienen una evaluación más positiva de la forma en que los padres abordan el acoso cibernético que aquellos que deberían atajarlo.
Y la pregunta obligada después de ver esto (que nada tiene con la libertad de expresión o con el libre flujo de Internet, redes sociales, etcétera) es: ¿cuándo y cómo se podrá regular esta avalancha de violencia y hostigamiento en contra de los adolescentes del mundo “desarrollado”? ¿Es esto “desarrollo”?