El pasado mes de abril, durante la Santa Misa de la Asamblea general de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), el arzobispo de Santa María, Dom Leomar Brustolin, ha conferido el ministerio del Catequista a los candidatos representantes de las 19 sedes regionales de la CNBB. Durante su homilía, en el Santuario Nacional de Aparecida, ante un gran número de fieles, Dom Brustolin ha reiterado la importancia del ministerio del catequista y su papel fundamental en la difusión de la Palabra de Dios. «¿Qué sería nuestra Iglesia sin vuestra misión?», ha subrayado, confirmando la necesidad de fortalecer el anuncio del Evangelio y el acompañamiento de las personas en la comunidad cristiana.
Durante el rito, el presidente de la Comisión Bíblico-catequética entregó, como signo del ministerio, una cruz y una Biblia al primer grupo de nuevos catequistas, 18 mujeres y un hombre. La cruz en las manos del catequista es símbolo de la fe y del profundo compromiso con la misión evangelizadora. Al sumergirse en las Sagradas Escrituras, quienes están llamados a acompañar a los demás en la formación cristiana encuentran respuestas a las preguntas más profundas de la vida y descubren una fuente de esperanza y consuelo.
A continuación, el arzobispo ha invitado a los nuevos catequistas a orar por quienes los llamaron a este ministerio, por sus familias y por sus comunidades de origen. Los ha animado a permanecer firmes en su vocación, confiando en la presencia constante del Señor en sus vidas. Entre los catequistas instituidos, se encuentra Deolinda Melchior da Silva, una mujer indígena del pueblo Macux, del municipio de Uiramutã, en el extremo norte del país. Desde hace 42 años trabaja como catequista con su pueblo, contribuyendo a crear una Iglesia con rostro indígena en la Amazonía. El presidente de la Comisión Bíblico-catequética ha afirmado que la presencia de Deolinda «muestra la grandeza de la fe en esta tierra y, sobre todo, cuánto es necesario inculturar y encarnar el Evangelio en tierras brasileñas».
El papel de los catequistas instituidos es fundamental en los procesos de evangelización para los cuales los obispos de Brasil, teniendo en cuenta la gran multiculturalidad del país, están elaborando las Directrices para los próximos años. «Tan pronto como el Papa Francisco estableció el ministerio de los catequistas en 2021 – ha explicado el padre Wagner Carvalho, coordinador de la Comisión Bíblico-catequética de la CNBB -, la Comisión se encargó de elaborar un itinerario, presentando los criterios de la institución en nuestra realidad brasileña. En 2022, este texto fue aprobado durante la Asamblea General de Obispos. En muchas diócesis, las escuelas diocesanas han representado un espacio propicio para la formación inicial y permanente». La celebración del rito de institución de los catequistas, ha continuado, «responde al pedido del Santo Padre de ser Iglesia en salida, es decir, de ir a las diferentes realidades culturales y existenciales que componen nuestro país, para reconocer los dones del Espíritu. Es una gracia reconocer cuán fecunda es la fuerza del Evangelio en el corazón de nuestro pueblo que se entrega y es instrumento de Dios en la acción evangelizadora».