CURSO ANUAL DE CATEQUESIS (2018-2019)
Mujer, ahí tienes a tu hijo (Jn. 19, 25)
MARÍA Y LA MUJER EN LA FE Y LA VIDA DE LA IGLESIA
El Curso Anual de Catequistas en formato ciclo de ponencias con temas y ponentes distintos, bajo el titulo “Mujer, ahí tienes a tu hijo (Jn. 19, 25): María y la mujer en la vida de la Iglesia”, tema vinculado al Año Mariano con el objetivo de contemplar la figura de la Virgen María como paradigma de “discípulo misionero”. Constará de 18 ponencias, de las que 10 serían impartidas por ponentes mujeres, que podrá seguirse presencialmente en el Arzobispado de Madrid, o también on line a través del streaming interactivo del Canal de Youtube de la Delegación de Catequesis.
5.- María en el magisterio de Benedicto XVI y del Papa Francisco (17 de enero de 2019)
Gabino Uribarri Bilbao
Estudió la licenciatura de Filosofía y Letras (sección Filosofía) en Comillas; hizo el Bachiller en Teología en Comillas, la licenciatura en Teología en Frankfurt (Sankt Georgen) y el doctorado en Comillas. Es miembro de la Comisión Teológica Internacional (2014); del consejo científico de la AVEPRO (2011); y de la Comisión asesora de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe (2012)
- Video de la ponencia
- Esquema de la ponencia
- Reseña de la ponencia por parte del alumno Rodolfo Hernández
VIDEO DE LA PONENCIA:
PRESENTACIÓN DE LA PONENCIA:
MARÍA NOS ENSEÑA A CREER
María en Joseph Ratzinger – Benedicto XVI y en Jorge Bergoglio – Francisco
- Joseph Ratzinger – Benedicto XVI: La Hija de SiOn es la Iglesia naciente
1.1. Preliminar: unas anécdotas elocuentes para empezar
1.2. Introducción: planteamiento
1.3. Principales enseñanzas de María para nuestra fe
- a) María nos enseña a ser creyentes: a creer
- b) María nos enseña cómo ser apostólicamente fecundos
- c) María nos enseña a esperar en la resurrección y la vida eterna
- d) María nos enseña a afrontar la cruz
- e) María nos enseña a orar como conviene
- f) María nos enseña qué es la Iglesia
- g) María nos enseña la unidad entre AT y NT: la unidad de la economía divina
- h) María nos enseña a entender la encarnación y, con ella, el ser cristiano
2.- Jorge Bergoglio – Francisco: María, madre de la misericordia y la evangelización
2.1. Unas anécdotas ilustrativas
2.2. Principales advocaciones marianas promovidas por Francisco
- a) María, Madre de la evangelización (EG 284-288)
- Para situar la Evangelii gaudium
- El contenido mariológico de la última sección (EG 284-288)
- b) María, Madre de la misericordia
- c) María, Madre del pueblo fiel
- 3.- María es figura clave para Benedicto XVI y para Francisco
Reseña de la ponencia por parte del alumno Rodolfo Hernández:
Con esta conferencia, terminamos el primer bloque de los jueves dedicado a la Mariología tras la primera ponencia inaugural; bloque de estudio teológico espiritual de María en los Papas contemporáneos. Es momento ahora de abordar el tema de los dos Papas vivos (el emérito Benedicto XVI y el actual Papa Francisco), pues.
El jesuita D. Gabino Uríbarri Bilbao será el encargado de dar esta más que importante conferencia. Gran teólogo, profesor de Mariología en la Universidad Pontificia de Comillas, miembro de la Comisión Teológica Internacional, conferenciante a nivel internacional…, pondrá el broche de oro sobre María en “De la devoción “a” María a la devoción “de”María”.
Aunque haya una continuidad grande entre Ratzinger y Bergoglio en lo que respecta a la figura e importancia de María, no será fácil el compaginar a ambas figuras tan esenciales en una única sesión-lo normal es que hubiese sido una por Papa como venía siendo hasta ahora-dado la cantidad de material tenido.
¿Cómo tener una lógica en la presentación? será la primera pregunta que le surja a nuestro conferenciante, lo que le llevará a la pregunta siguiente de ¿Qué podemos aprender de María hoy nosotros para nuestra vida de fe, para ser mejores creyentes?, y encontrando en ella la respuesta querida: “María nos enseña a creer”. Para Benedicto XVI, María es Hija de Sión, Hija naciente; para el Papa Francisco, María es Madre de la Misericordia y de la evangelización.
El esquema vendrá dado por un pequeño preliminar de anécdotas elocuentes e ilustrativas de cada Papa, profundizar un poquito-el ceñirse al tiempo habido de una hora y media para la conferencia hará que no se pudiera entrar más en detalle-en el magisterio que tiene cada uno de ellos para con María, y concluir que María es figura clave tanto para Benedicto XVI como para el Papa Francisco.
- Joseph Ratzinger-Benedicto XVI: La Hija de Sión es la Iglesia naciente.
Joseph Aloisius Ratzinger nació en Marktl am Inn, Baviera, Alemania, el 16 de abril de 1927, muy cerca de uno de los sitios más marianos de Baviera (Capilla de Nuestra Señora de Altötting). Las peregrinaciones que desde pequeño realizaría con toda su familia al santuario mariano de Altötting las recordará toda su vida como las más tempranas y hermosas.
Al pasar de profesor a gobernar una diócesis, Ratzinger lo deja en mano de María. La Virgen de Altötting lleva el anillo episcopal de Bendicto XVI-el anillo tiene la importancia de que expresa la vinculación del obispo para con la diócesis-, se lo confió a la Virgen. Cuando se va a Roma, le deja el anillo a la Virgen bávara por ser una guía auténtica, verdadera, segura y fiable.
Ni Benedicto XVI ni Francisco tienen un documento amplio sobre la Mariología como pudiesen haber tenido los Papas contemporáneos anteriores, aunque si poseen un registro amplio de textos.
Ambos pueden llegar a conformarse como un único autor; hay una continuidad muy grande entre el pensamiento de Ratzinger y Bergoglio.
Principales enseñanzas de María para nuestra fe, podrán ser…
– María nos enseña a ser creyentes: a creer.
El centro principal de la figura de María es su “Si”; “Si” creyente con el que se convierte en Madre de Cristo y de la Iglesia. María escucha, recibe, acoge la Palabra, ha conformado su vida con ella.
Ser creyente es conformar la vida con la Palabra, diálogo con Dios al cual respondemos; es el ejercicio más personalizante que hay.
– María nos enseña cómo ser apostólicamente fecundos.
El apostolado no es una empresa propia, ni un programa de acción; María es el modelo para toda actividad de carácter apostólico en la Iglesia.
María concibe la misión, el encargo dentro de la historia de la salvación, actuación decisiva e importante, al acoger pasivamente la iniciativa de Dios. Es lo más fecundo, el verbo de Dios se encarna y pasa a ser uno de nosotros. El “Si”de María está ligado a su maternidad virginal, modelo del apostolado fecundo, “Llena de Gracia”.
– María nos enseña a esperar en la resurrección y en la vida eterna.
Con la Asunción de María a los cielos en cuerpo ya alma se hace visible como la fe incluye la promesa de inmortalidad; está en nuestro propio bautismo.
Estrella de la esperanza, fuerza de la transformación de nuestra fe, es Asunta que nos conduce al cielo y a la comunión con todos los santos.
– María nos enseña a afrontar la cruz.
María como actor secundario-Jesús es el actor principal-, incluso no apareciendo muchas veces en capítulos del Evangelio, nos ayuda en esta sociedad actual donde solo vale el éxito, ser el primero.
Nuestro éxito o fracaso no juega en el resultado de la historia de la salvación, tratamos de contribuir y aportar, no somos tan importantes ni hemos de recargarnos con una responsabilidad tan excesiva.
María nos enseña a caminar en la fe en momentos de oscuridad, dolor, angustia, y a mantenernos perseverantes como hizo Ella, pues la cruz es el paso esencial a la gloria.
– María nos enseña a orar como conviene.
María es maestra de como orar, en Pentecostés, en el Magnificat…La escena de María en las bodas de Caná es central; María está pendiente de las necesidades de los demás y del mundo, y se lo dice a Jesús sin decirle que es lo que tiene que hacer, solo preocupándose de lo que ocurre, le comunica la necesidad y está dispuesta a acoger lo que Él decida.
“Haced lo que Él os diga”, pues estará bien, demuestra gran confianza, intimidad y apertura a lo que sea la voluntad de Dios.
– María nos enseña qué es la Iglesia.
– María nos enseña la unidad entre Antiguo y Nuevo Testamento: la unidad de la economía divina.
– María nos enseña a entender la encarnación y, con ella, el ser cristiano.
- Jorge Bergoglio-Francisco: María, Madre de la Misericordia y de la Evangelización.
Bergoglio reza el Avemaría, se dirige a la Basílica de Santa María la Mayor, confía su ministerio a María.
Es importante las peregrinaciones que realiza a Luján, pues María nos enseña a ser pueblo; peregrina con el pueblo, y percibe mejor esta relación entre la Virgen y el pueblo.
Francisco tiene advocación a la Virgen Desatanudos (Nuestra Señora Knotenlöserin); con su obediencia, María Desata los Nudos (se lo cuento, se lo confío, lo dejo en sus manos, no le digo como lo tiene que solucionar, confío en que intervenga y de una vía de solución). Fuerte devoción mariana personal del Papa Francisco.
Entre las principales advocaciones marianas promovidas por Francisco, tendremos:
– María, Madre de la evangelización (EG 284-288).
El Evangelii gaudium es el documento más importante-aunque el primero es la Lumen fidei- para entender el programa del pontificado de Francisco, pues es un texto programático, concorde con lo que que quiere decir, recogiendo su pensamiento. Pretende poner a la Iglesia en estado de salida y evangelización, un nuevo impulso misionero del Concilio Vaticano II desde el año 2013 cuando es elegido Papa, coronándose con la figura de María como Madre de la evangelización al necesitar de Ella por contemplar y caminar hacia los demás como hace con Dios.
– María, Madre de la misericordia.
Por estar más cerca de Dios que nadie, viviéndolo en primera persona y transmitiéndonoslo.
Hay un manto protector de la Virgen, de carácter maternal, en el que nos acoge a nosotros.
– María, Madre del pueblo fiel.
María es madre del pueblo; un pueblo sin Madre es un pueblo huérfano.
- Conclusión: María es figura clave para Benedicto XVI y para Francisco.
María es figura clave para los dos Papas.
Primeramente, en el camino personal de la fe de cada uno de ellos dos; no conciben su fe cristiana sin la devoción a María.
Segundo, existe el mismo tipo de Mariología en ambos, como la figura de María nos ayuda a entender bien lo que es la Iglesia y lo que es ser discípulo creyente, y sin negar la importancia que tiene su relación especial con su Hijo Jesucristo. Mariología eclesiotípica o eclesiocéntrica.
María es una figura catalizadora de la línea programática de los dos apostolados. En Benedicto XVI Dios es amor y se condensan en los dogmas marianos; en Francisco destacamos ese inicio y salida de la Iglesia misionera evangelizadora en María.
Finalizada la estupenda conferencia, aunque muchos de los presentes hubiésemos querido que D. Gabino Uríbarri Bilbao no hubiera tenido la restricción de tiempo habida para que continuase desarrollando por más tiempo su espléndida ponencia, llegó el momento de las preguntas. Así, nos encontramos algunas como las siguientes:
– Siendo jesuitas D. Gabino Uríbarri y el Papa Francisco, ¿podría darnos algunos rasgos de quién es María para San Ignacio de Loyola?
San Ignacio era muy devoto, y solía llamar a María Nuestra Señora. Importante resaltar la figura de María como mediadora, visto sobre todo en los ejercicios espirituales. La petición que San Ignacio más le hacía a María era pedir a la Madre que le pusiera en contacto con su Hijo (“A Jesús por María”).
– Resaltar como María acepta la respuesta de Jesús es importante para los catequistas.
La alocución de Benedicto XVI del 11 de septiembre de 2006 es un texto de mucha sabiduría espiritual y experiencia personal del creyente, que podríamos leer todos.
– ¿Cómo explicar a los niños de catequesis el amor de Madre de María?
Lo importante es lo que los niños perciben del catequista, no lo que el catequista dice. El catequista tiene que tener una relación de transparencia, respeto, cercanía…
– La renuncia del Papa emérito Benedicto XVI.
La carencia de la fuerza física suficiente para aguantar otra JMJ con viaje intercontinental-la próxima sería la de Río de Janeiro en Brasil-, el no ser concebible otra JMJ sin el Papa y el ser hombre íntegro en lo que le dicta su conciencia, hace que Benedicto XVI deje el testigo a Francisco. Pasa de ser el “Papa sabio” a ser el “Papa humilde”.
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