UNIDAD CATEQUETÍCA 25 (litúrgica Pascua A): Lo reconocieron al partir el pan

TERCERA PARTE del recurso catequético para adolescentes y jóvenes del Arzobispado de Madrid: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES? VENID Y VERÉIS

Sección Oramos: La Vigilia pascual, vigilia de la luz (TDS páginas: 14, 15, y 19)

Vigilia Pascual, vigilia de la luz

Cada año, durante la noche que transcurre del Sábado Santo al Domingo de Pascua, los cristianos nos reunimos ante la iglesia. En sus puertas arde un fuego vivo que ilumina nuestro rostro y alegra nuestro corazón. Es la noche santa de Pascua, el día en que nuestro Señor Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida. La Iglesia invita a todos sus hijos a reunirse para velar en oración.

Así recordamos la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y celebrando sus misterios, esperando tener parte en su triunfo sobre la muerte y vivir con Él para siempre en Dios. El sacerdote enciende el cirio pascual, columna de luz que representa a Jesucristo, que es nuestra luz y nuestra salvación. Con la llama del cirio se van encendiendo las velas que lleva cada cristiano. Todos entramos en la iglesia, que está vacía y oscura: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

La luz de Jesucristo ilumina la oscuridad, guía nuestros pasos y nos enseña el camino. Decimos: ¡Venid, aclamemos al Señor!

Ya en la iglesia, ante el cirio pascual, el diácono proclama la alegría de esta noche santa con el Pregón Pascual: ¡Qué noche tan dichosa! Solo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos. ¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!