TUTORIAL DEL CUADERNO 19 PARA LA FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS: Dios con nosotros (Adviento Ciclo A)

DE LOS NUEVOS RECURSOS CATEQUÉTICOS DE LA TERCERA ETAPA (CATEQUESIS PARA ADOLESCENTES Y JÓVENES) PUBLICADOS POR PPC:

“JESUS: ¿DÓNDE VIVES? VENID Y VERÉIS”

DEL PROYECTO DE RENOVACIÓN CATEQÚETICA DE LA DELEGACIÓN DE CATEQUESIS DEL ARZOBISPADO DE MADRID

  • Video tutorial 
  • Vídeos propios Cuaderno 19: http://videoserverfcb.synology.me:5000/sharing/oUjWpjjed
  • Video completo presentación del cuaderno en el curso para catequistas por parte del Delegado Episcopal de Catequesis, Manuel María Bru
  • Esquema de la presentación en el curso para catequistas 

VIDEO TUTORIAL:

 

VIDEO COMPLETO PRESENTACIÓN DEL CUADERNO EN EL CURSO CATEQUISTAS:

 

PRESENTACIÓN TUTORIAL DE LA UNIDAD CATEQUÉTICA 19 (CATEQUESIS LITÚRGICAS): DIOS CON NOSOTROS (Adviento Ciclo A)

 

Objetivo de la unidad: Despertar la pregunta por el “Quién” último, el que está detrás de todo y le da vida a todo. Y descubrir, con la espera como clave del adviento, que ese quien tiene un nombre, Emmanuel (Dios con nosotros), y que es verdad que un día vino a estar con nosotros, y quedarse para siempre a nuestro lado.

 

PRIMERA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES?

Pregúntatelo todo: ¿Quién eres tú?

  • ¿Quién eres tú? La pregunta no va dirigida a cada uno de nosotros, como otra similar que proponemos en otra unidad catequética, sino al misterio que esconden el viento, el mar, el universo, la vida, los acontecimientos: ¿Quien eres tú que estás detrás de todas las cosas, en todas las cosas, que a la vez te asomas y te escondes de mi vida?

Video sobre la película “Hijos de los hombres”:

  • ¿Quién eres tú? Para entender la sorprendente irrupción en la historia de quien responde a esa pregunta, la imaginación nos lleva, de la mando de la película “Hijos de los hombres” a un mundo en el que han dejado de nacer niños, y que por tanto ha perdido toda esperanza y esta sumido en el caos más tremendo. De repente, nace un niño. En medio de los disparos y las explosiones, de los gritos de angustia de la guerra, se hace silencio y sólo se oye el llanto de la criatura en brazos de su madre. Todos caen postrados. Algo así debió ser hace dos mil años.

Cuéntanos: Pasos sobre la arena

  • ¿Quién eres tú? Alguien no solo respondió a la pregunta insatisfecha. Y no nos dijo quien era desde ningún “más allá”, sino que vino a nosotros y entre nosotros y tomó nuestra condición humana. Desde entonces sus pasos dejan siempre su huella en la arena.
  • Recuadro: importante la consecución de las dos preguntas: ¿A veces lo percibes? ¿siempre lo crees?

Escuchamos: Le pondrá por nombre Emmanuel (Isaías 7, 10-14).

  • ¿Quién eres tú? Hay solo una respuesta rotunda, incontestable, decisiva, a esta pregunta que se hacen todos los hombres en todos los lugares y en todas las épocas. Y que siglos antes ya tuvo nombre y le fue revelada al Profeta Isaías.
  • Adviento: Aquí explicamos el doble sentido del Adviento: litúrgico y espiritual, porque este último es el que nos enseña el profeta: acoger la sorpresa de insospechable de la verdad. Vivir en la espera de algo que nos supera.
  • ¿Qué esperas tu hoy para la vida? El adviento de tu vida y de la historia.

Soñamos: He aquí el gran atractivo de nuestro tiempo (Chiara Lubich)

  • ¿Quién eres tú? su presencia cotidiana y sencilla, la de Jesús, con María y José, se han convertido en el gran atractivo del tiempo moderno, y en el gran atractivo de todos los tiempos.
  • Recuadro: elegir una frase…

Mi diario: Y todo esto, ¿qué tiene que ver conmigo?

SEGUNDA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES? VENID

Ven y escucha: cuadros presentación de la segunda parte

  • Imagen: descubrir algo juntos, algo que nos sorprende y nos alegra
  • Los recuadros aportan:
  • Belén: puerta del cielo
  • Admiramos a dos “hombres en la brecha”
  • San Juan Pablo II sobre San José
  • Dios se manifiesta también en tu vida
  • Los dos advientos

Miramos: Belén, hogar de paz y amor

  • Evocar la ciudad de Belén, para llevarnos al lugar donde empezó todo: He ahí el hogar, el único hogar verdadero”
  • Recuadro: “Donde esta tu corazón, ahí estará Belén para ti. ¿Dónde esta tu corazón?

Admiramos: Guillermo Rovirosa y Abundo García Román

  • Mostrar los rostros concretos de dos hombres de hoy humildes y trabajadores (Guillermo Rovirosa y Abundo García Román), vecinos nuestros, que como aquellos pastores que se acercaron al pesebre, su vida cambió por completo por esta presencia,
  • Recuadro: una gran paradoja: el obrero místico, el sacerdote sindicalista. Nada humano es ajeno al Dios hecho hombre. ¿Hay algo en tu mundo, personal y social, que se ajeno a tu fe?

Escuchamos: El sueño de José (Mt. 1, 18-24)

  • Contemplar en la lecttio divina el “Sueño de José”, la última e inmediata promesa del Mesías al Pueblo de Israel, y el segundo “hágase”, tras el de María, al misterio de la venida del Salvador a su casa.
  • Puedes preguntar a cada miembro del grupo al contemplar esta lectura:
  • ¿Te fiarías tú de Dios como lo hace José?,
  • ¿Te fías de Él cuando todos los años, en Navidad, te recuerda que vino un día de verdad y que desde entonces viene a tu vida todos los días?
  • Palabras clave: no sólo tienen valor “religioso” en sí mismas, sino que son claves para entender el texto:
  • Justo: explica la personalidad del que responde
  • Repudiarla: explica el valor de la respuesta, como cambio de actitud.
  • Ángel: explica la importancia reveladora del sueño
  • Jesús: lo explica todo: lo importante es que forma parte de la “trama de Dios”.

Respondemos (cuatro preguntas)

Meditamos:

  • Momento de meditación en el sentir del adviento que se completa con la oración a María (“Queremos comulgar contigo”; abajo, texto completo) y a Jesús (“vendrá en al noche”), de monseñor Francisco Cerro.
  • El “tan sólo quiere hacerte feliz” es un mensaje trascendental para tus interlocutores en el reto de proponerles entrar en el espíritu del Adviento.
  • “Como la aurora vendrás” (Gen Verde) enlaza con la oración

TERERA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES? VENID Y VEREIS

Abre los ojos: cuadros presentación de la tercera parte

  • Imagen: la del significado del Adviento para ellos: apertura, acogida, esperanza, alegría…

Aprendemos (en añil): En Jesús, Dios viene a nuestro encuentro

  • ¿Qué entendemos por “misterio de la encarnación”? Con la explicación de esta palabra que describe el acontecimiento más importante de la historia comenzamos “aprendiendo” las catequesis formativas de esta unidad catequética litúrgica de adviento.
  • Recuadro: Pregunta esencial: ¿Quieres confesar a Jesús?
  • Imagen: “trabajo con manos de hombre” (Gaudium et spes).

Imitamos (en naranja): San Pedro Poveda

  • Ponemos rostro de hoy en “Imitamos” a la vocación de San José de cuidar a Jesús en su infancia en San Pedro Poveda, intrépido evangelizador y renovador de la enseñanza en el siglo XX. maestro de los excluidos, y maestro de maestros.
  • Recuadro: importante relación con el evangelio de la infancia de Jesús (“crecía en sabiduría”): que los chavales valoren la labor educativa de la Iglesia.

Cuidamos (en verde): Preparad el camino al Señor

  • Afrontamos la llamada del “cuidamos” al adviento mismo, como tiempo litúrgico que se hace escuela de vida en la esperanza para el cristiano llamado siempre a “preparar el camino”.
  • Imagen: las tediosas obras para hacer las carreteras es una imagen de nuestro tiempo del esfuerzo del preparar los caminos…
  • Recuadro: Dejarse ayudar (acompañar) para descubrir la voluntad de Dios.

Compartimos (en rojo):

  • Las catequesis con la Doctrina Social e la Iglesia nos llevan en “Compartimos” al magisterio sobre la dignidad del trabajo y del trabajador, y de nuevo a José bajo la advocación de San José Obrero.
  • Recuadro: La dignidad del trabajo vista no desde la reivindicación ante la explotación laboral sino desde el punto de vista mismo del trabajador llamado a descubrirla y valorarla, premisa de concienciación ante cualquier reivindicación.
  • Imagen: Familia de Nazaret con José trabajando…

Participamos (azul): La precariedad en el trabajo

  • Proponemos la enseñanza católica sobre la dignidad del trabajo la denuncia de su precariedad (definida), que junto al desempleo constituyen la gran llamada a la justicia laboral de la DSI.
  • Recuadro: Dos cosas:
  • Referencia a Concepción Arenal: no es inocente para su acerbo cultural: pionera del feminismo en España y católica, perteneciente a la Sociedad de San Vicente de Paul.
  • Implicarles (sobre todo por los chicos “o sea” y los “a su bola”): ¿Tú conoces…?
  • Imagen: Trabajo textil en Bangladés, símbolo de la explotación labora.

Comunicamos (en violeta): Quedarse desconectados (Papa Francisco)

  • Para la comunicación, la llamada del Papa a los jóvenes de hoy a quienes se les cae el mundo encima si se quedan desconectados, y (dándole la vuleta) la llamada a no perder jamás la conexión con Aquel que para algo ha tomado nuestra condición humana y nos ha hablado en nuestra propia lengua.
  • Recuadro: ¿Te pasó esto alguna vez?

Oramos (en amarillo):

La catequesis sobre el Adviento continua con la explicación de lo que significa la distintiva oración de la Iglesia en Adviento y Navidad.

  • Orar en Adviento y Navidad
  • Recuadro:
  • Proponemos terminar esta catequesis en el Belén de la Parroquia o del colegio, si se ha puesto ya, aunque no esté aun puesta, según es tradición en tantos lugares, la imagen del niño Jesús.
  • Para los adolescentes y los jóvenes es importante resaltar el significado del Adviento, y sin dejar de lado el contagio de la emoción que no conoce edades por el misterio navideño, reforzar la propuesta de una contemplación más intelectual del asombro ante el misterio de la Encarnación.
  • Canción: “Esperanza nuestra” (Gen Verde)

Contraportada: “Porque Él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que Él guía” (Salmo 95)

Referencias bibliográficas:

  • JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Redemptoris custos sobre San José, patrono de la Iglesia (15 de agosto de 1989).
  • CONCILIO VATICANO II, Constitución Apostólica Gaudium et spes, nº 22
  • ADHEMAR DE BARROS (poeta brasileño, 1901-1969). En Encuentros con Jesús, el Cristo (nº4). EDICE. Madrid, 2016.
  • CHIARA LUBICH. “El gran atractivo de nuestro tiempo”, en Escritos espirituales. Volumen I. Ciudad Nueva. Madrid 1995. p. 27.
  • MANUEL MARÍA BRU. 100 testimonios por un mundo mejor. Espasa Calpe. Madrid:
  • Abundo García Román pp. 210-211.
  • Guillermo Rovirosa: pp. 220-221.
  • San Pedro Poveda: pp. 62-63.
  • FRANCISCO CERRO CHAVES. Salmos en la esperanza. San Pablo. Madrid: 1995, pp. 66-68.

CATECISMO TESTIGOS DEL SEÑOR:

  • Dios se hizo hombre (Capítulo 18, p. 108).
  • En Jesús, Dios viene a nuestro encuentro (Capítulo 18, p. 108).
  • San José y los antepasados de Jesús (Cap. 18, p. 106).
  • Preparad el camino al Señor (Capítulo 17, p. 94).
  • Orar en Adviento y Navidad (Capítulo 18, p. 109).

DOCAT:

  • La dignidad del trabajo (Capítulo 6, Preguntas 137, 147)
  • La precariedad en el trabajo (Capítulo 6, pregunta 148)

Fonoteca:

GEN VERDE

  • “Como la aurora vendrás” en “Busco tu rostro” (2005) de Gen Verde.
  • “Esperanza nuestra” en “Busco tu rostro” (2005) de Gen Verde.

Filmoteca:

Queremos comulgar contigo:

María, Madre de los apóstoles, Madre de la Iglesia, queremos que también ocupes el lugar que te pertenece en nuestras casas. Con Juan ante la cruz te invitamos a entrar y a quedarte en nuestra casa, y queremos reconocerte como la madre, la primera entre las madres de nuestras familias.

Queremos que compartas con nosotros el pan de nuestro pequeño «cenáculo», tu que estuviste, y estas siempre, en el cenáculo de la oración y de la Eucaristía, con el pueblo de los discípulos de tu Hijo, con los fieles apóstoles de tu Hijo.

Queremos que entres en lo intimo, en lo privado, en lo cotidiano de nuestra convivencia, queremos que nos enseñes a tratarnos como tu nos tratas, como tu trataste a tu hijo, como trataste después a Juan y a los demás apóstoles, sabiendo que en ellos también está tu Hijo que les había dicho: «a quien vosotros escucha, a mí me escucha»

Queremos en esta hora vespertina de oración y de sosiego, pedirte tantas cosas que necesita nuestra vida, pedirte a ti también, como los discípulos de Emaus a Jesús Resucitado: «Quédate con nosotros, que la tarde está cayendo».

Quédate con nosotros, tu también, Gloriosa y Bendita Virgen María, porque desde tu Asunción a los Cielos, junto a Tu Hijo resucitado, Señor de cielo y tierra, a la derecha de Dios Padre, en el amor siempre desmesurado hacia Ti del Espíritu Santo de Dios, en la paz y la plenitud de la compañía de los Santos que tanto te han querido, en la gloria de los ángeles que te sirven, con un manto de compasión y protección, aún itinerante, como Tu Hijo, en la marcha de la Iglesia, a todos nos convocas, nos reúnes, nos juntas, nos abrazas, con el único deseo, ardiente deseo, de que se cumpla el Testamento de Tu Hijo: «Que todos sean uno, para que el mundo crea».

Quédate con nosotros, en nuestras parroquias, en los grupos y movimientos, en las comunidades religiosas, contemplativas, misioneras, ejemplares, y en esas Iglesias domésticas que son cada una de nuestras familias.

Quédate con nosotros, porque te necesitamos, necesitamos comulgar también contigo, para que haciéndonos uno con tu manera de ser, la comunión con tu Hijo no sea una farsa. Necesitamos comulgar con tu fidelidad, para hacer de nuestra vida un «Si» como el tuyo a la Voluntad de Dios, sin excusas, sin medias tintas, sin fisuras, sin paréntesis, sin costuras, que de sentido a nuestro pasado, valor a nuestro presente, confianza a nuestro futuro, que haga que entendamos y que vivamos nuestra vida como una aventura divina.

Necesitamos comulgar con tu servicialidad, para saber estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos, para no escatimar tiempo, esfuerzo, dinero, dedicación e inteligencia, en todos aquellos que como tu prima Isabel, se alegrarán con nuestra solicitud, y acogerán con agrado la Palabra de Dios, y con nosotros también le alabarán.

Necesitamos que nos des un poco de tu alegría, de tu desinterés, de tu humildad, de tu delicadeza, de tu naturalidad, y de tu valiente serenidad para denunciar las injusticias y proclamar las promesas de Dios a los pobres a quienes colma de bienes, como hiciste tu en el Magnificat, como la Iglesia no deja de hacer, aunque tantas veces le faltan nuestras voces, y lo que es peor, nuestra conciencia, nuestra sensibilidad.

Necesitamos comulgar contigo en tu manera de dar a Jesús al mundo, sin necesidad de subir a la cátedra, sin necesidad de imposiciones, sin necesidad de convencer, sin necesidad de exigir, sin necesidad de sentenciar, sólo dejando que nazca, preparándole el camino, sembrando un ambiente de amor, pasando a un segundo lugar, poniendo a Jesús en medio de su pueblo, abriéndole paso en los lugares más recónditos de nuestro pequeño o grande mundo, haciendo ese vacío, típicamente tuyo, que permite que Jesús se haga hueco, se haga presente, y todos respiren, palpen,  sientan esa paz única de su presencia, aunque aún no sepan muy bien que es Él el que esta.

Necesitamos comulgar contigo con tus gestos de Madre, porque en la Iglesia, en la familia, y en la sociedad, hacen falta hombres y mujeres que hagan de madre, que quieran como una madre, que se preocupen de las personas como sólo sabe hacer una madre con sus hijos, como sólo sabes hacer tu con todos, madre universal, madre de todos los hombres.

Necesitamos comulgar contigo con tu capacidad para afrontar las dificultades de la vida, los malos augurios, como en el templo, los atropellos de los poderosos, como cuando tuviste que uír a Egipto, y los momentos de soledad y desasosiego, como cuando perdiste a Jesús, como cuando en esa, y posiblemente en otras ocasiones, ni tu misma le entendías, y tu misma sabías dar respuesta a todos los “por qué”.

Necesitamos comulgar contigo en la más excelsa serenidad con la que criatura alguna ha vivido el dolor, el dolor más desgarrador, el dolor del alma, el dolor de una madre, a los pies de su Hijo en la cruz. Necesitamos comulgar contigo en ese saber estar, en ese saber perder, en ese saber creer. Necesitamos comulgar contigo en ese saber amar, al hijo moribundo, y al nuevo hijo significado en Juan, en la persona de todos tus hijos, nuestros hermanos, y sobre todo de los que, por una u otra razón, más se parecen a Tu hijo en la cruz.

Necesitamos comulgar contigo en la vida, la oración, la celebración y la misión de la Iglesia, donde tu no faltas, donde siempre podemos tenerte como modelo máximo, donde el Reino de Dios, como una semilla, empieza a madurar  para el cielo, donde tu nos esperas, con tu Hijo glorioso, para poder estar eternamente con vosotros.