TUTORIAL DEL CUADERNO 14 PARA LA FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS

Apacienta mis ovejas (llamados al sacerdocio)

Tú eres sacerdote eterno (Salmo 110)

DE LOS NUEVOS RECURSOS CATEQUÉTICOS DE LA TERCERA ETAPA (CATEQUESIS PARA ADOLESCENTES Y JÓVENES) PUBLICADOS POR PPC:

“JESUS: ¿DÓNDE VIVES? VENID Y VERÉIS”

DEL PROYECTO DE RENOVACIÓN CATEQÚETICA DE LA DELEGACIÓN DE CATEQUESIS DEL ARZOBISPADO DE MADRID

  • Video tutorial:

  • Video completo presentación del cuaderno en el curso para catequistas y adolescentes:

  • Explicación de la Unidad Catequética 14 en la Guía del Catequista:

SUMARIO Y REFERENCIAS

Sumario:

PRIMERA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES?

Pregúntatelo todo: ¿Hay alguien?

 (cuadros presentación 1ª parte y video sobre la película “Hector”)

Cuéntanos: La silla

Escuchamos: el Señor me ha ungido (Isaías 61, 1-2ª. 10-11).

Soñamos: Mis manos, esas manos, tus manos (Pedro Casaldaliga)

Mi diario: Y todo esto, ¿qué tiene que ver conmigo?

SEGUNDA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES? VENID

Ven y escucha: cuadros presentación de la segunda parte

Miramos: Se necesitan curas cercanos

Admiramos: Eduardo Laforet y Pablo Domínguez, alpinistas del Espíritu

Escuchamos: Jesús y Pedro Jn. 21, 15-19

Respondemos (cuatro preguntas)

Meditamos:

Él me mira a mi, yo lo miro a Él (Santo Cura de Ars)

Un día me miraste (Ernestina de Champurcí)

“Tu lo sabes” (Ain Karem)

TERERA PARTE: JESÚS: ¿DÓNDE VIVES? VENID Y VEREIS

Abre los ojos: cuadros presentación de la tercera parte

Aprendemos (en añil): Os daré pastores según mi corazón

Imitamos (en naranja): San Juan de Ávila, modelo para los sacerdotes españoles

Cuidamos (en verde): Se fio de mi y me confío este ministerio.

Compartimos (en rojo): El amor siempre será necesario

Participamos (azul): Contribuir a la salvación

Comunicamos (en violeta): Hombres de Dios en el mundo digital (Benedicto XVI)

Oramos (en amarillo):

  • Señor, dame a todos los que están solos (Chiara Lubich)
  • Es tu turno, Jesús (Van Thuan)
  • Canción: “Dadles vosotros de comer” (Ain Karen)

Mi diario: Señor: Y de todo esto, ¿qué me dices a mí?

Referencias bibliográficas:

  • BENEDICTO XVI.
  • Carta Encíclica Caritas in veritate, nº 28b (29 de junio de 2009).
  • “El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la Palabra”. Mensaje de la XLIV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales (23 de enero de 2010).
  • PEDRO CASALDÁLIGA. Todavía esas palabras. Verbo Divino. Estella: 1989, p.80.
  • CRUZADOS DE SANTA MARÍA. Alpinista del Espíritu. P. Eduardo Laforet Dorda (1957-1984). Ediciones Encuentro. Madrid 2009, 157p.
  • ERNESTINA CHAMPOURCIN (ed). Dios en la poesía actual. Madrid 1976, p.223.
  • JUAN ESQUERDA FIFET. 15 días con Juan de Ávila. Ciudad Nueva. Madrid 2006, 126p.
  • FABIO CARDI. La oración. El momento más bello del día (en la espiritualidad de Chiara Lubich). Ciudad Nueva. Madrid, 215. Pp. 65-66.

CATECISMO TESTIGOS DEL SEÑOR:

  • Se fió de mi y me confío este ministerio (Capítulo 33, p. 194).
  • San Juan de Ávila, modelo para los sacerdotes (Capítulo 33, p. 196).
  • Os daré pastores según mi voluntad (Capítulo 33, p. 194).

DOCAT:

  • Contribuir a la salvación (Cap. 1, Pregunta 20)
  • El amor siempre será necesario (Cap. 12, pregunta 312)

Fonoteca:

AIN KAREN

  • “Tu lo sabes” en “La Fiesta empezó” (2008) de Aín Karen.
  • “Dadles vosotros de comer” en “La Fiesta empezó” (2008) de Aín Karen.

Filmoteca:

  • “Hector” (2004), de la directora Gracia Querejeta.
  • Pedro Casaldáliga la voz de los pobres

https://www.youtube.com/watch?v=Hc6ze2R_GPY

  • Trailer de la película “La última cima” sobre el sacerdote Pablo Domínguez:

https://www.youtube.com/watch?v=AUCEtKAboh0

“Alter Christus” (catequesis en tres videos sobre el ministerio sacerdotal):

https://youtu.be/xAUxRacyx-M

OBJETIVOS Y LIGACIÓN DE LA UNIDAD CATEQUÉTICA

Objetivo de la unidad: plantear la necesidad humana y social de personas que, vocacionalmente, se dediquen a acompañar, a escuchar, a alentar, a dar esperanzas, a transmitir la fe. Y presentar la vocación al sacerdocio ministerial en la Iglesia como la realización de una vida de humilde servicio a la comunidad eclesial y a la humanidad.

Acompañándoles en la búsqueda del camino:

El relato de “la silla”, recogiendo ya desde el principio el valor del ministerio (servicio) sacerdotal (como hace también discretamente la película “Hector”), nos plantea con una emotiva imagen la respuesta a la pregunta “¿Hay alguien?” que preside esta pre-catequesis refiriéndose al Señor, porque la respuesta a esta pregunta que proponemos no es la presencia del sacerdote en sí, sino del Señor Jesús, trámite, entre otras medicaciones, del sacerdote llamado a ser “alter Christus”. La elocuente experiencia de la llamada del profeta Isaías nos pone ante el valor de este servicio sacerdotal, y el poema de monseñor Pedro Casaldáliga, obispo español que lleva toda su vida con los más pobres indígenas brasileños, nos habla de las manos del sacerdote que reciben a Jesús en la “fraterna y subversiva” Eucaristía.

Acompañándoles en la búsqueda de la verdad:

La foto del Papa Francisco expresa su llamamiento a todos los sacerdotes a que sean sencillos, cercanos, y serviciales. Todo atisbo de clericalismo y altanería esta de más para un sacerdote de Jesucristo. El testimonio de dos jóvenes madrileños, Eduardo Laforet y Pablo González, que murieron en la plenitud de su ministerio sacerdotal, y el legado de bien que dejaron tras de si en tantísima gente, ayudan a entender el valor de la vocación de imitar al Buen Pastor y a acercarse a esa relación íntima entre Jesús Resucitado y Pedro arrepentido por su traición, que proponemos en la lecttio divina, y que es modelo de la relación entre el Señor y todos y cada uno de sus sacerdotes.  Las oraciones del Santo Cura de Ars y de Ernesita de Champurcí nos hablan de la mirada seductora de Jesús cuando llama a seguirlo en su mismo ministerio. En medio de tantos escándalos por el anti-testimonio de tantos sacerdotes, no podemos dejar de ofrecer a los adolescentes y jóvenes de nuestros grupos la verdad del ministerio sacerdotal y la belleza de la vocación sacerdotal. Muchos de ellos traspasarían en un instante todas las barreras que lo dificultan, si por un instante también se viesen en la piel de Pedro a la orilla del lago escuchando del Resucitado una pregunta y una llamada irremplazables: “Simón de Juan, ¿Me amas? ¡Apacienta mis ovejas!” (Jn. 21, 15).

Acompañándoles en la búsqueda de la vida:

En la catequesis formativa sobre la vocación al ministerio sacerdotal pretendemos por un lado explicar bien en que consiste, primero su significado a lo largo de la historia de la salvación (en “Aprendemos”) y después su significado sacramental y sus funciones en la Iglesia (en “Cuidamos”). Pero también proponemos el testimonio de San Juan de Ávila, entre tantos sacerdotes santos (muchos de ellos presentes en otras catequesis de este recurso), no sólo por ser el patrono del clero español, sino porque su vida muestra todas las facetas virtuosas de esta vocación: pobreza entregada, disponibilidad total, ardor apostólico, predilección por los últimos, profunda oración, etc… Sin duda, forma parte de estas facetas la llamada del sacerdote a acoger, querer, cuidar y ofrecer los medios de la salvación a las personas no parcialmente (no sólo como “cura de almas”), sino integralmente, con todas sus circunstancias personales y sociales, familiares y laborales, culturales y políticas, con todas sus limitaciones y con todas sus potencialidades, y sobre todo con su dignidad tantas veces desfigurada. Por eso, la opción preferencial por los pobres de la Iglesia lo es en primera instancia también de sus sacerdotes. Para ello abordamos las dos catequesis de la Doctrina Social de la Iglesia de esta parte (“Compartimos” y “Participamos”) desde esta perspectiva de la vocación sacerdotal. Completamos estas catequesis formativas con la prioridad evangelizadora del ministerio sacerdotal que no conoce límites y que se adentra también en el mundo digital, así como la oración del testimonio sacerdotal más elocuente de quien habiéndolo perdido todo no cejo en su ministerio, el cardenal Van Thuan, que durante 15 años en una celda le bastaron sus dos manos, una miga de pan y una gota de vino que conseguía de los carceleros a los que convertía a la fe, para seguir celebrando la eucaristía.