Título: Tiempo de Pascua. El Evangelio Ferial leído en la tradición cristiana

Autor: Pablo Cervera Barranco

Editorial: Ciudad Nueva

Al filo de los Evangelios feriales de Pascua, este  libro ofrece una amplia y selecta antología de textos de autores cristianos de todos los tiempos, desde los Padres Apostólicos hasta autores recientes.

Son textos de muy diversos autores y géneros literarios, textos magisteriales y teológicos, pastorales y espirituales. Todos ellos testimonian cómo la palabra de Dios ha sido viva y operante en la Iglesia, cómo ha movido la piedad y ha guiado la enseñanza, ha provocado la reflexión y ha introducido en el misterio que nos sobrepasa.

PRÓLOGO DEL CARDENAL LUIS FERNANDO LADARIA Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe:

La Sagrada Escritura, especialmente el Nuevo Testamento y dentro de él los Evangelios, han sido siempre leídos, releídos y comentados en la Iglesia. La Biblia es el Pan de la palabra que durante siglos ha alimentado la vida espiritual de los cristianos de toda condición. La Biblia no ha sido nunca palabra muerta, sino viva, porque ha puesto en contacto a los hombres con la Palabra de Dios por antonomasia, Cristo Jesús, el Hijo eterno del Padre, hecho hombre por nosotros, que, muerto y resucitado, vive para siempre y está presente entre nosotros. La celebración eucarística es el momento en el que esta presencia alcanza su grado máximo y su mayor densidad. El Concilio Vaticano II ha puesto de relieve la relación íntima que existe entre la Sagrada Escritura y el misterio de la Eucaristía: «La Iglesia ha venerado siempre las Escrituras divinas como ha venerado el mismo Cuerpo del Señor, no dejando nunca, especialmente en la sagrada Liturgia, de tomar el pan de vida de la mesa de la palabra de Dios como de la del Cuerpo de Cristo, y de distribuirlo a los fieles» (Dei Verbum 21).

Al filo de los evangelios feriales (en este caso de Pascua), el libro que el lector tiene en sus manos ofrece una amplia y selecta antología de textos de autores cristianos de todos los tiempos, desde los Padres Apostólicos hasta autores recientes, que han comentado o se han referido de uno u otro modo a estas perícopas evangélicas. Son textos de muy diversos autores y de diversos géneros literarios, textos magisteriales y teológicos, pastorales y espirituales, de Santos Padres y de escritores eclesiásticos. Todos ellos testimonian cómo la palabra de Dios ha sido viva y operante en la Iglesia, cómo ha movido la piedad y ha guiado la enseñanza, ha provocado la reflexión y ha introducido en el misterio que nos sobrepasa. Estos textos no se interponen entre el Evangelio y nosotros; todo lo contrario: nos introducen en él, nos hacen entender su letra y penetrar en su espíritu, son como una nube de testigos que nos ayudan a leerlo, como nos ha enseñado también el concilio Vaticano II, en el mismo Espíritu que lo ha inspirado.

Porque la Escritura, aunque cada uno de nosotros la lea y medite en privado, en realidad se lee siempre en la Iglesia, a la que ha sido confiada. No creemos nunca solos; con nuestra fe personal nos insertamos en la fe de la Iglesia, la fe de la Iglesia actual, que es también la de las generaciones que nos han precedido. Nosotros creemos y yo creo (cf. Ga 2, 16.20). Analógicamente, nos ayuda a leer la Escritura ver cómo la han leído quienes, antes de nosotros, han nutrido de ella su vida. Nos insertamos en una historia de dos mil años, de ella sacamos lo viejo y lo nuevo, por ella nos dejamos iluminar en el camino en el que otros nos han precedido. Este libro viene a llenar una laguna. Será de verdadera utilidad para todos. Su autor ha elegido los textos con mucho acierto, aunque es evidente que en el ancho mar de la tradición siempre hubieran sido posibles otras opciones. Pero no se trata de agotar la materia ni de hacer alardes de erudición. Los ejemplos que aquí se ofrecen pueden estimular el deseo de ampliar la lectura, de descubrir otros panoramas. Son como una ventana que nos abre a un paisaje mucho más amplio y variado, que va más allá de lo que nuestros ojos pueden abarcar.

No queda más que formular un auspicio: que Pablo Cervera nos pueda ofrecer en breve otros volúmenes semejantes a este con comentarios a los textos evangélicos que se proclaman a lo largo de todo el año litúrgico. Anticipando los acontecimientos, ya desde ahora se lo agradecemos.