Título: De los valores a las virtudes.

Autor: Francisco J Alarcos y José Serafín Béjar.

Editorial: CCS.

Se equivocan quienes piensan que la ética cristiana (y mucho más el mensaje cristiano en su totalidad) es reductible a un conjunto de valores. Y cuando, aún sin creerlo, se ha producido una reducción similar práctica tanto en el ámbito educativo como en el pastoral, el resultado ha sido bastante decepcionante. Pero se equivocan también quienes, a partir de este reconocimiento, rechazan cualquier discurso cristiano sobre los valores. San Juan Pablo II hizo su tesis en filosofía precisamente para “salvar”, en un diálogo de inculturación de incalculable beneficio, la ética de los valores de Max Sheler desde la tradición cristiana, precisamente poniéndola en conexión con la ética de las virtudes, que es precisamente lo que con maestría pedagógica hacen los dos autores de este libro para todo tipo de lectores (no sólo padres, educadores y agentes de pastoral), en relación con las virtudes. Para “poner en valor” (nunca mejor dicho) este libro, propongo dos textos ajenos al mismo de dos autores que a mi modo de ver nos han enseñado mucho sobre el “valor de los valores” en la ética cristiana. Por un lado el padre Valverde, jesuita, y por otro lado el mayor experto en España en axiología (ética de los valores), el padre López Quintas, mercedario.

Decía el profesor Carlos Valverde que “Ante todo, no hay que confundir valor con utilidad. Valor es todo aquello que es positivo, aunque no sea útil. Todo aquello que es realidad y la realidad en cuanto tal es positiva. Algo es tanto más valioso cuanto más contribuye a crear un verdadero humanismo”. Y decía el profesor Alfonso López Quintas que los valores no aparecen ante la realidad humana como ideas abstractas y rígidas, sino como aprehensiones de la realidad: “Si no conozco los valores y me entusiasmo con ellos, no veo razón alguna para acoger su invitación a realizarlos en mi vida. Pero, si no los escucho atentamente con ánimo de darles acogida, ¿cómo voy a conocerlos? Este círculo vicioso se convierte en círculo virtuoso, extremadamente fecundo, si tenemos la suerte de crecer en el entorno que nos facilita testimonios de que el valor vale, existe de verdad, y constituye una fuente de posibilidades inagotables para nuestra vida personal”.

Pero, entonces, ¿dónde radica la diferencia entre valor y virtud?, ¿se podrían vincular valor y virtud? Empieza el libro con un capítulo introductorio en el que el profesor de la Facultad de Teología de Granada Francisco José Alarcos responde a estas preguntas. En definitiva, el planteamiento de fondo consiste en señalar que valores y virtudes no son antagónicos sino complementarios. Para ser “buenas personas”, necesitamos cultivar los valores; para ser buenos cristianos necesitamos además, convertir los valores en virtudes, llenar nuestras vidas tanto de las virtudes cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, templanza), como de las teologales (fe, esperanza, caridad). La clave está en que “los valores se incorporan por estimación y las virtudes por repetición”.

Pero no sólo se explica esto, sino que se propone de un modo concreto, haciendo un recorrido por cada una de las virtudes. En cada uno del resto de los capítulos, mano a mano entre el profesor Alarcos y el también profesor de la misma Facultad José Serafín Béjar, para cada una de las virtudes se proponen no sólo unos puntos explicativos y argumentativos, sino también una serie de textos complementarios del magisterio de la Iglesia, una película de referencia con propuesta de indagación, unas preguntas para el diálogo si se trabaja el libro en grupo, y una oración.

Otra de las “virtualidades” de este libro consiste en que está promovido no sólo por la editorial de los salesianos, expertos educadores y evangelizadores para las nuevas generaciones, sino también por el Movimiento Familiar Cristiano, que lo utilizan para la formación cristiana de las familias.