¿Qué celebra la Iglesia en la Solemnidad de Pentecostés?

  • Para el Pueblo de Israel fue primero la fiesta de la cosecha, y después la celebración de la Alianza en el Monte Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto.
  • Fue en ese día cuando ocurrió lo descrito en los Hechos de los Apóstoles (2, 1-4): “Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo desde el cielo un estruendo, como de viento que soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse”.

 

Extracto de la Secuencia de Pentecostés

Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento…

 ORACIONES en PENTECOSTÉS:

Las alas del Espíritu

Hay un anuncio de televisión que dice que un producto “nos da alas”. La experiencia cristiana nos enseña que quien de verdad nos da alas es el Espíritu Santo, con cada uno de sus siete dones, como nos enseña esta oración de Javier Leoz Ventura:

Dame, Espíritu Santo, tus alas de sabiduría. Para apreciar el deseo de ver a Dios en las pequeñas cosas de cada jornada.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de entendimiento. Para que pueda descubrir tantos secretos escondidos que, aparentemente, son inapreciables a mi vista. Que te vea en lo invisible.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de consejo. Para que pueda conducir lo que digo y hago, lo que me dicen y lo que me hacen, hacia la voluntad de Dios. Que no me equivoque ni equivoque.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de fortaleza. Para que, en las dificultades en el vuelo de mi existencia, me sienta protegido y arropado por la mano poderosa de Dios.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de ciencia. Para para iluminar los acontecimientos del mundo con la transparencia de la fe.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de piedad. Para que nunca me olvide del Señor que habita en el cielo y, por otro lado, para que no viva de espaldas a los sufrimientos de los que viven en la tierra.

Dame, Espíritu Santo, tus alas de temor de Dios. Para que pueda huir de mi vanidad y egocentrismo y, en cambio, sepa valorar la presencia de un Dios que –al final de mis días- me espera.

 Espíritu del Señor

Habla con Dios para contarle tus cosas, su Espíritu está cerca en todo momento

Espíritu del Señor:

hoy me dirijo a ti

para pedirte

que me acompañes siempre

a lo largo de mi vida.

Ayúdame a mantenerme fiel

a la Palabra de Jesús,

y a vivir todos los días

como él nos enseño.

Te pido por mi familia,

mis amigos, mis conocidos.

También te quiero pedir

por aquellos que sufren,

o están solos, o enfermos.

Danos fuerzas para construir

un mundo de hermanos

donde haya justica y paz.

Quiero vivir como Jesús.

Gracias por estar junto a mi.

Rezando al Espíritu Santo

Pídele al Espíritu Santo que te dé fuerzas para vivir como Jesús

Espíritu Santo.

Espíritu de Dios.

Te quiero pedir

que vivas en mi corazón.

Ayúdame a vivir

como Jesús nos enseñó.

Que busque el bien,

que me preocupe por los demás,

que me ofrezca con generosidad

para ayudar a todos mis amigos.

Que cumpla con mis tareas

Con alegría y buen humor.

Ayúdame en el estudio.

Que en mi hogar sea servicial.

Con mis amigos,

un buen compañero.

Dame fuerzas,

querido Espíritu del Señor,

para vivir como vivió Jesús:

amando y haciendo el bien.