Juan Carlos Carvajal, director del departamento de Evangelización y Catequesis de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, nos propone esta sencilla forma de oración navideña (personal, en familia, con el grupo de la catequesis):

  • Te invito a que te pongas delante de un Misterio y que contemples la escena: La Virgen, san José y el Niño Dios en la humildad de nuestra carne. Y después de un tiempo de silencio reza despacio la oración. No tengas prisa…
  • Deja que resuene alguna de sus frases, no te importe repetirla varias veces hasta que esponje tu corazón.
  • Termina la oración diciendo a Jesús, lo que brote de lo más profundo de tu alma.

Gracias, Señor, porque vienes al mundo

como el Emmanuel: Dios-con-nosotros.

En realidad,

de ti esperábamos muchas cosas:

Salud, trabajo, paz familiar, justicia…

Pero lo que nunca se nos había ocurrido

es que Tú, en persona,

vinieras a nosotros

para ser nuestra salvación y compañía.

Gracias, Señor.

Jesús, en estos días de tu natividad,

te pedimos que nos dejemos sorprender por ti;

que saliendo de nuestros intereses y preocupaciones,

podamos contemplar

“lo que ni ojo vio, ni oído oyó,

ni a ningún hombre se le ocurrió pensar”:

Tú, naciendo en la humildad de nuestra carne.

Nuevamente, ¡gracias, Señor!