Título: Corpus Christi. Palabras sobre la Eucaristía (1999-2012)

Autor: Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco)

Editorial: Publicaciones Claretianas

El Corpus Christi es una de las solemnidades litúrgicas que cada año celebramos con especial importancia en la Iglesia. En este día, como una prolongación del Jueves Santo, celebramos la centralidad de la Eucaristía en la vida de la comunidad cristiana.

Este sencillo libro recoge las homilías que el papa Francisco, cuando era arzobispo en Buenos Aires, predicó a su pueblo en el día del Corpus (1999-2012), para que los lectores puedan leer y disfrutar de tan bellas palabras y avivar el aprecio y la estima por este sacramento que es, en definitiva, fuente y  culmen de la vida cristiana. Sin duda, la Eucaristía es «ese tesoro al que hay que dar prioridad en la Iglesia y en la vida cristiana» (Papa Francisco).

 

Presentación (prólogo del libro):

 

El Corpus Christi es una de las solemnidades litúrgicas que cada año celebramos con especial importancia en la Iglesia. En este día, como una prolongación del Jueves Santo, celebramos la centralidad de la Eucaristía en la vida de la comunidad cristiana.

Hemos querido recoger en este sencillo libro la recopilación de las homilías que el papa Francisco, cuando era arzobispo en Buenos Aires, predicó a su pueblo en el día del Corpus. Presentamos estos textos a los lectores para que puedan releer y dis- frutar de estas bellas palabras y avivar el aprecio y la estima por este sacramento que es, en definitiva, fuente y culmen de la vida cristiana.

Cuando la comunidad cristiana celebra la Eucaristía, nos acercamos al fuego originario más genuino. Nos acercamos verdaderamente a la fuente viva: a Jesús. En Él encontramos el agua viva que nos sacia y nos refresca. A su vez, en la Eucaristía se nos muestra el horizonte al que estamos llamados, que no es otro que el de vivir el banquete definitivo junto a Dios. Mientras vamos de camino, celebramos lo que el Señor nos mandó en la Última Cena: «Haced esto en memoria mía» (Lc 22,19).

El Corpus hace hincapié en la celebración de ese Memorial que, paradójicamente, sana nuestra memoria: la del corazón. Se trata de una memoria que nos arraiga en el terreno en el que nos sustentamos. Además, nos recuerda que hemos sido invitados al banquete, porque Él nos ama. Por eso, su entrega sana nuestras heridas y nuestras tristezas. Él, que nos ha invitado al banquete, quiere regalarnos su amor infinito e inmerecido.

En el Pan que compartimos y adoramos está Él, vivo y verdadero, con todo su amor. A pesar de nuestras caídas y dificultades, su presencia y su ali- mento nos alegran y nos transforman en portado- res de alegría. A su vez, en ese Pan, el Señor se nos ofrece a toda la comunidad. Celebrar la Eucaristía en comunidad nos sana de nuestra memoria cerra- da al prójimo y nos abre al compartir, nos anuda con los otros, acrecienta en nosotros el sentirnos parte de una historia más grande, nos hace respirar con un pueblo en marcha.

Sin duda, la Eucaristía es ese tesoro, como dice Francisco, al que hay que dar prioridad en la Iglesia y en la vida cristiana.

Fernando Prado Ayuso, CMF. Publicaciones Claretianas