Título: San Juan de Ávila. Maestro, padre y apóstol.

Autor: Baldomero Jiménez Duque.

Editorial: San Pablo.

Si existe una constante en la literatura religiosa católica a través de los siglos es la biografía de los santos. Con el siglo XX las biografías de santos alcanzaron una difusión enorme pero sobre todo una calidad literaria y espiritual hasta entonces desconocida. La sensibilidad contemporánea y la manera de presentar la santidad con normalidad, como hace el Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, contribuyen a ello. También ayuda la gran variedad de tipos de biografías, desde las más extensas, exhaustivas y críticas, hasta las más breves y divulgativas, pero no por ello menos interesantes y emocionantes.

La editorial San Pablo se ha embarcado en un empresa fantástica que recupera junto a otras iniciativas editoriales la presencia en las librerías de vidas de santos accesibles a todos los lectores, sus tiempos y sus bolsillos. Se trata de la colección “Retratos de Bolsillo”, que lleva ya una larga lista de biografías de santos publicadas, y que como dice el nombre de la colección, caben en el bolsillo de una chaqueta. Entre ellas, dado que estamos celebrando en España un Año Jubilar en el 450 años de su fallecimiento, les propongo hoy el “retrato de bolsillo” de San Juan de Ávila.

Empieza acertando la editorial con el autor de esta biografía, que fue un gran conocedor de la figura de San Juan de Ávila. El obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, confiesa que fue Baldomero Jiménez Duque quien les hizo conocer y apreciar a él y todos sus compañeros de Seminario a este santo, y dice de este libro que “cada página, cada párrafo, resume preciosamente la vida de Juan de Ávila, doctor de la Iglesia universal”.

San Juan de Ávila era un hombre de Dios y unía la oración constante con la acción apostólica. Siendo joven, cuando murieron sus padres, entregó toda su cuantiosa herencia a los pobres, para ser libre. Quiso embarcar para las Américas como misionero, pero la Iglesia lo retuvo en España por su gran labor evangelizadora. Se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia.

San Juan de Ávila nos ha legado un gran amor a la Sagrada Escritura -que él conocía a fondo y sabía casi de memoria-, un encendido amor a la sagrada eucaristía -que celebraba con inmenso fervor y ante la cual pasaba muchas horas preparando sus predicaciones-, un deseo sincero y eficaz de reforma auténtica en la Iglesia -mediante la renovación del clero y del pueblo-, y una gran estima y conocimiento del sacerdocio ministerial. Como suele ocurrir con los santos, otros muchos entraron en contacto con él y se beneficiaron de sus consejos y doctrina. Entre ellos, san Ignacio de Loyola, san Juan de la Cruz, san Juan de Dios, san Pedro de Alcántara y santa Teresa de Jesús.

En 1946, el papa Pío XII lo declaró patrono del clero secular de España, modelo para sus sacerdotes. En 2012, el papa Benedicto XVI lo proclamó doctor de la Iglesia universal.

El año jubilar de San Juan de la Ávila está atrayendo a fieles de toda España y de todos los continentes a Montilla, donde vivió los últimos años de su vida y esta enterrado. Sobre todo a sacerdotes, siendo el patrono del clero español. Entre los eventos del Jubileo en breve se celebrará la segunda edición del Congreso Internacional sobre San Juan de Ávila, del 21 al 23 de noviembre, donde participarán Monseñor Angelo Amato, SBD, Prefecto Emérito de la Congregación para las Causas de los Santos; Monseñor Rino Fisichella, Presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización; o el padre Arturo Sosa, General de la Compañía de Jesús.

Reproducimos el video sobre San Juan de Ávila elaborado por la Fundación Crónica Blanca: