Siguiendo la propuesta mini-reflexiones sobre la catequesis para este verano, esta semana ofrecemos estas notas sobre los frentes de la formación del catequista:

TRES FRENTES DE LA FORMACIÓN DEL CATEQUISTA

  Si precisa muchas cualidades para el ejercicio de su «profesión», de su profetismo, de su vocación, el catequista debe prepararse y formarse continuamente. La grandeza de su identidad, de su misión, reclama esfuerzos de preparación.

   El camino de su formación reclama su atención en tres frentes principales:

   –  Profundidad en el mensaje. Y eso supone vivencia y no sólo ciencia; conciencia y no sólo inteligencia; y fe en lo que se anuncia, para poder transmitirla a los demás hombres.


– También descubrimiento profundo del destinatario del mensaje: aprecio de sus rasgos humano, sensibilidad ante sus circunstancias, comprensión del medio terreno, ayuda en sus procesos de cam­bio y crecimiento natural y sobrenatural.

   – Destreza en los lenguajes. Mensaje y personaje exigen hon­dura, control, oportunidad en los lenguajes: los estilos de la Palabra divina y los recursos de la palabra humana

  – Con esta triple acción, al catequista le resulta fácil promover la conciencia de la misión, la sensibilidad ante el envío que hace la Iglesia, fe en la ayuda divina.