TEXTO INTEGRO DE LA CARTA DEL CARDENAL JOSÉ COBO AL FINALIZAR EL CURSO PASTORAL
Queridos hermanos sacerdotes, responsables de los consejos de pastoral, comunidades, asociaciones, movimientos y comunidades de vida consagrada:
Al aproximarnos a la conclusión de este año pastoral y al comienzo del ritmo más veraniego, no quiero dejar de agradecer los esfuerzos y la esperanza que hemos compartido y que cada uno de vosotros ha puesto en cada paso dado.
Especialmente, quiero agradecer a quienes han colaborado y arropado los encuentros y momentos diocesanos, bien porque han participado en ellos, bien porque los han impulsado o bien porque han orado por sus frutos. Han sido momentos especiales que han reconfortado a muchos y permitido disfrutar del calor del pueblo reunido.
El día del Corpus pedí a las parroquias que pudiesen que participaran arropando la procesión con la cruz parroquial. Gracias a cuantos habéis podido hacerlo y a quienes habéis colaborado en ese sencillo, pero hondo signo de presencia de vuestra comunidad parroquial. Sin duda, fue un momento de singular visibilización de la comunidad diocesana.
Ahora os quiero hacer llegar un primer material que esperamos ayude a la mejor planificación pastoral del nuevo curso, que se nos regalará después del periodo vacacional. Dicho material es fruto de la labor de coordinación de un equipo que ha trabajado para que la planificación de cada uno redunde en bien de todos.
Es un calendario que se ha preparado con los diferentes consejos diocesanos. Se trata de una hoja de ruta que intenta fijar los momentos comunes más importantes de un curso marcado por la celebración del año jubilar. Así pues, hemos buscado acompasar el ritmo de la comunidad diocesana con el de la Iglesia universal.
Las fechas del calendario están elegidas con la pretensión de que sean momentos donde no haya que decidir entre acudir a los actos sectoriales, parroquiales o particulares y los diocesanos. Queremos evitar duplicidades o propuestas alternativas que siempre nos dividen y entorpecen la misión común. Por eso, en este calendario, los actos se significan con tres colores que quieren facilitar la organización y el grado de implicación.
Nuestro criterio es simplificar encuentros y alentar los propiamente diocesanos de forma bianual. Simplificamos para aglutinar y provocar el encuentro. Solo queda que puedas apoyarlos e incorporarlos a la planificación del curso, de manera que, dentro de lo posible, no dupliquemos ni sobrepongamos convocatorias
De la misma manera, las delegaciones se comprometen a planificar sus encuentros de forma alterna; es decir, unos años serán de carácter únicamente diocesano y otros, en cambio, tendrán igualmente ese carácter diocesano, pero se celebrarán en vicarías o arciprestazgos. Así evitaremos duplicidades e intentaremos que haya menos encuentros pero más intensos
Invito, por tanto, a que cada consejo pastoral acoja este calendario y espero que sirva para planificar la vida parroquial incorporando las pautas diocesanas y sus fechas. Las propuestas son “incorporar e integrar”. No queremos que lo diocesano sea “paralelo” a lo que se celebra en cada comunidad, sino que se encaje como parte necesaria de la vida parroquial que se inserta en la comunidad diocesana.
Para comenzar tendremos la Semana de la Palabra. Como ya os indicaremos, será un momento donde todas las comunidades y parroquias de la diócesis nos pongamos delante del Señor a la escucha de su Palabra. No habrá actos ni encuentros diocesanos extraordinarios; simplemente proponemos que todos, cada uno “en su comunidad”, estemos “haciendo lo mismo”. En otras palabras, buscamos que las actividades habituales de comienzo de curso las hagamos desde la centralidad de Cristo, que nos entrega su Palabra. Próximamente tendréis más información sobre esta iniciativa.
Es esperanzador mirar lo que Dios nos va entregando y la misión que nos pone delante para responder a ella juntos, aprendiendo a acompasar el ritmo de unos y otros.
Gracias por tu ayuda, tu oración sincera y tu respaldo a la vida de este Iglesia que camina en Madrid.
Un abrazo y buen verano. No dejes de orar por nuestra diócesis.
José Cobo Cano
Cardenal Arzobispo de Madrid