A  la izquierda, junto al Padre Barros, delegado episcopal de Catequesis de Santiago de Chile. Arriba, dirigiéndose a los sacerdotes.

Álvaro Ginel sdb, Doctor en Catequética, presidente de la Asociación Española de Catequetas, y miembro del Equipo de Expertos de la Delegación Episcopal de Catequesis de Madrid, ha impartido en Santiago de Chile dos conferencias a sacerdotes y a catequistas, invitado por la Archidiócesis de Santiago de Chile.

El 27 de septiembre habló a los sacerdotes, acerca de Evangelización y catequesis, en la hora de la escucha del Pueblo de Dios y la sinodalidad. El religioso hispano se refirió a este cambio de época que vive la humanidad y la importancia de que una iniciación cristiana en este tiempo. El tema no es la catequesis, dijo, sino la comunidad cristiana, porque el esquema catequético se basa en entregar conocimientos, qué saben, cuánto saben. «Pero no hacemos una iniciación cristiana». En la Iglesia primitiva estaba a la base la iniciación cristiana para el que le interesaba Jesús de Nazaret.
Después, se refirió al kerygma, que «rompe todos nuestros esquemas». Cuando alguien le dice a otro «te quiero», ejemplificó, es un kerygma, y hay que decirlo siempre. De pronto esa persona deja de decirlo.Com el kerygma del cristianismo pasa lo mismo, hay que repetirlo siempre. Pidió que la catequesis no sea tan de tipo escolar, tan sistemática, que no dé por superadas cosas que se han dicho antes, en otro curso. «Las cosas esenciales no son del curso anterior, son de todos los días», afirmó.

En otra parte, el padre Álvaro, a través de una dinámica con vasos y botellas con agua enseñó que al dar de nuestra agua a otra persona también ella querrá darnos de su propia agua y no imponerle yo el agua que quiero ofrecerle. Es una forma de leer, dijo, el pasaje de la samaritana, a la cual Jesús le pide agua, teniendo él un agua que da vida eterna.

Dirigiéndose el 29 de septiembre a los catequistas, el religioso salessiano entregó su tema a los catequistas a través de juegos didácticos con la participación de los presentes. Por este medio entregó planteamientos como que «la renovación de la catequesis no se puede hacer en una oficina de pastoral catequética, se hace reuniéndose y tejiendo juntos», es decir, señaló, en forma sinodal. También llamó a dejar espacio al Espíritu Santo y que «las catequesis sean más bíblicas y menos escolares».

Rosa Oyarce, que también apoya la formación de catequistas de la parroquia Santa Isabel de Hungría, sabe que esta responsabilidad es muy grande, porque, comenta, si no hubiera tenido un encuentro con Dios en la enfermedad de su hija, «yo mostraría a ese Señor castigador que me enseñaron, y así no dejaría ver a Jesús misericordioso. Tengo que estar consciente de anunciar a Jesucristo, que no me anuncio yo. Jesús me ama y va al que está perdido. Antes de lo sacramental, busco que las personas tengan un encuentro con el Señor», afirma convencida.