En el marco del ENCUENTRO DIOCESANO DE CATEQUESIS, que tendrá lugar el próximo 10 de noviembre, cuya información completa la encontrarás en:

Presentación de nuevos recursos catequéticos en el Encuentro Diocesano de catequistas

Tendrá lugar la CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DEL ENVÍO DE LOS CATEQUISTAS, cuyo desarrollo completo compartimos a continuación:

Documento del Rito de la Misa de envío en PDF:

MISA DE ENVÍO copia

Celebración diocesana de envío de catequistas

presidida por el Cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid

Sábado 10 de noviembre 2018

Capilla del Seminario Conciliar de Madrid

Delegación Episcopal de Catequesis

Memoria de San León Magno, Papa y Doctor de la Iglesia

San León Magno nació en la Toscana, Italia; recibió una esmerada educación. Llegó a ser secretario del Papa San Celestino, y del Papa Sixto III, y fue enviado por éste como embajador a Francia a tratar de evitar una guerra civil que iba a estallar por la pelea entre dos generales. Allí le llegó la noticia de que había sido nombrado Sumo Pontífice. Desde el principio de su pontificado (440-461) dio muestra de poseer grandes cualidades. Predicaba al pueblo en todas las fiestas y de él se conservan 96 sermones, que son verdaderas joyas de doctrina. A los que estaban lejos los instruía por medio de cartas. Se conservan 144 cartas suyas. Su fama de sabio era tan grande que cuando en el Concilio de Calcedonia los enviados del Papa leyeron la carta que enviaba San León Magno, los 600 obispos se pusieron de pie y exclamaron: «San Pedro ha hablado por boca de León».

San León tuvo que enfrentarse, en los 21 años de su pontificado, a tremendos enemigos externos que trataron de destruir la ciudad de Roma, y a peligrosos enemigos internos que con sus herejías querían engañar al pueblo cristiano. Durante sus 21 años de pontificado, el Santo trabajó incesantemente por la unidad e integridad de la Iglesia y luchó contra las herejías del nestorianismo (que afirma que en Jesús había dos personas separadas, una divina y otra humana), el monofisismo (que cree que Cristo solamente es divino), el maniqueísmo (que dice que el espíritu del hombre es de Dios y el cuerpo del demonio) y pelagianismo (que sostiene que el pecado de Adán no afectó a su descendencia y no se resucitará por la redención de Cristo). Una frase suya de un sermón de Navidad se ha hecho famosa. Dice así: «Reconoce oh cristiano tu dignidad, El Hijo de Dios se vino del cielo por salvar tu alma».

RITOS INICIALES

Canto de entrada (Canta la misa el Grupo Espíritu Misionero):

Ante ti venimos pues Tú nos has llamado, y nos atrae tu voz

Como un solo pueblo danzando en Tú presencia,

te damos el honor.

Sobre nosotros descienda el poder de Tú Espíritu

que nos hará clamar:

Abba Padre, Abba Padre,

Hoy tus hijos cantamos tu amor celebramos,

Clamando a una sola voz (2)

Abba Padre, Abba Padre,

Juntos caminamos buscando una palabra que nos hable de ti

Sólo tu presencia nos llena de esperanza, de luz para vivir

Sobre nosotros descienda el poder de tu Espíritu

Que nos hace clamar:

Abba Padre, Abba Padre,

Hoy tus hijos cantamos tu amor celebramos,

Clamando a una sola voz (2)

Abba Padre, Abba Padre,

https://youtu.be/1twJuyxbQdc

SALUDO LITÚRGICO DEL OBISPO:

Sr. Arzobispo: + En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Sr. Arzobispo: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros.

MONICIÓN (Delegado Episcopal de Catequesis):

Estimado Cardenal Arzobispo:

En la carta que usted junto al resto de los padres sinodales dirigieron hace dos semanas a los jóvenes de todo el mundo, al término de la celebración del Sínodo de los obispos sobre los jóvenes, les decían que en Cristo, siempre joven, querrían reconocer sus muchas voces, sus gritos de alegría, sus lamentos, y sus silencios. Y también que conocían sus búsquedas interiores, sus alegrías y esperanzas, así como los dolores y las angustias que les inquietan.

Al oír estas palabras no sólo hermosas sino verdaderas y sinceras, como catequistas, no podemos por menos que unirnos a ellas: también es nuestro deseo, nuestro sueño, nuestro propósito y nuestro empeño, reconocer los gritos de alegría, los lamentos y los silencios de los niños, los adolescentes, los jóvenes y los adultos que tenemos en nuestros grupos de catequesis. También querríamos conocer a fondo, y para ello previamente escuchar a fondo, todo lo que les inquieta, todas sus búsquedas interiores, todas sus alegrías y esperanzas, también todo aquello que pueda angustiarles y preocuparles. Y sólo entonces, sólo después de este “hacerse uno” con ellos, también es nuestro deseo, nuestro sueño, nuestro propósito y nuestro empeño, el deseo que en esa carta manifestaban los padres sinodales a los jóvenes: “deseamos que ahora podáis escuchar una palabra nuestra: queremos ayudaros en vuestras alegrías para que vuestras esperanzas se transformen en ideales”.

Por eso estamos esta mañana aquí, presididos por usted, sucesor de los apóstoles que la providencia nos ha puesto para guiarnos, santificarnos y alentarnos en la fe y en la misión. Estamos aquí para que nos envíe, y con su envió, podamos al mismo tiempo recibir en la eucaristía la gracia de Dios que nos capacite y nos haga generosos y perseverantes. Estamos aquí porque queremos ser discípulos-misioneros de Jesús, a través del ministerio de la catequesis, unidos a nuestro obispo, el primer catequista en Madrid, y al modo de María, que antes de hablar de su Hijo nos dio a su Hijo, dándolo a luz en medio de nosotros.

ACTO PENITENCIAL

Sr. Arzobispo: Comencemos esta celebración eucarística pidiendo perdón al Señor por todos los pecados de acción o de omisión que debilitan la misión evangelizadora de la Iglesia:

  • Tú que esperas que nos convirtamos, Señor, ten piedad.
  • Tú que nos das tu perdón y tu fuerza, Cristo, ten piedad.
  • Tú que nos conduces a la felicidad verdadera, Señor, ten piedad.

GLORIA rezado

ORACIÓN COLECTA

Sr. Arzobispo:

Dios todopoderoso y eterno,
que pusiste a san León Magno como guía de tu pueblo
para servirlo con la palabra y el ejemplo,
por su intercesión,
protege a los pastores de tu Iglesia
junto al rebaño que les has confiado,
y condúcelos por el camino de la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA (Alfonso Reyes, catequista):

Lectura del libro del Eclesiástico     39, 6-11

Si el Señor, el Grande, lo quiere, se llenará de espíritu de inteligencia;

derramará como lluvia sabias palabras y en la oración dará gracias al Señor.

Enderezará sus planes y su ciencia, y meditará los misterios ocultos.

Mostrará la instrucción recibida y se gloriará en la ley de la alianza del Señor.

Muchos elogiarán su inteligencia y jamás será olvidada;

no desaparecerá su recuerdo y su nombre vivirá por generaciones.

Las naciones hablarán de su sabiduría, y la asamblea proclamará su alabanza.

En vida, tendrá renombre entre millares, y cuando muera, esto le bastará.

Palabra de Dios

SALMO (Rosa Aurora de la Llama, catequista):

Sal 36, 3-6. 30-31

R. La boca del justo expresa sabiduría.

Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y Él colmará los deseos de tu corazón. R.

Encomienda tu suerte al Señor,
confía en Él, y Él hará su obra;
hará brillar tu justicia como el sol
y tu derecho, como la luz del mediodía. R.

La boca del justo expresa sabiduría
y su lengua dice lo que es recto:
la ley de Dios está en su corazón
y sus pasos no vacilan. R.

Canto del ALELUYA (del himno de la JMJ de Sidney

De cada pueblo y nación venimos juntos para adorar,

En tu presencia cantaré y por siempre te seguiré.

Aleluya. Aleluya, Recibid el don del Espíritu Santo

Aleluya. Aleluya, Recibid el don y en el mundo seréis luz

https://youtu.be/g_tDiqH3V-c

EVANGELIO (Diacono: Francisco José García-Roca):

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 16, 13-19

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:

–¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

Ellos contestaron:

Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.

Él les preguntó:

–Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Simón Pedro tomó la palabra y dijo:

Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.

Jesús le respondió:

–¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.

Palabra del Señor

HOMILÍA DEL CARDENAL ARZOBISPO

RITO DE ENVÍO

1.- Monición (Mónica Lozano, catequista):

Vamos a proceder ahora al rito del envío de los catequistas que este año llevarán a cabo su labor en la Iglesia que peregrina en Madrid. Cuatro catequistas de Madrid, que representan a cuatro ámbitos de interlocución de la catequesis: catequesis con niños, catequesis con adolescentes y jóvenes, catequesis con adultos, y catequesis con personas de diversas capacidades. El rito consta de tres partes:

  • La confesión de fe de los catequistas que manifiestan su compromiso y disponibilidad;
  • La bendición del Arzobispo sobre los catequistas para que el Señor les ayude con su fuerza y los mantenga siempre fieles;
  • El beso del libro del Evangelio que habréis de enseñar y testimoniar.

2.- Profesión de fe y compromiso (Se acercan cuatro catequistas delante de los primeros bancos, de cara al altar, ante el obispo):

Sr. Arzobispo: Antes de recibir la misión, es necesario que profeséis públicamente vuestra fe; que expreséis ante la Iglesia reunida vuestra disponibilidad a la tarea que se os encomienda y la aceptación del compromiso que asumís.

¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?

Catequistas: Sí, creo.

¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, proclamó con obras admirables el Evangelio de Dios, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?

Catequistas: Sí, creo.

¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

Catequistas: Sí, creo.

¿Estáis dispuestos a realizar vuestra tarea viviendo la fe con sinceridad de corazón y proclamándola de palabra y de obra, según el Evangelio y la Tradición de la Iglesia?

Catequistas: Sí, estoy dispuesto/a

¿Os preocuparéis de vuestra mejor formación y preparación y acudiréis con asiduidad a las reuniones organizadas para ello?

Catequistas: Sí, lo haré.

¿Prometéis, con la ayuda del Espíritu Santo, perseverar en la tarea a pasar de las dificultades, realizarla con diligencia según vuestra capacidad y buscar en todo el bien de la Iglesia y de aquellos que se os encomiendan?

Catequistas: Sí, lo prometo.

3.- Bendición de los catequistas (Los catequistas representantes recogen las velas encendidas y se inclinan la cabeza para recibir la bendición).

Sr. Arzobispo: Todos somos testigos de la fe y disponibilidad de estos hermanos y hermanas que asumen la tarea de catequizar en nuestra diócesis. Oremos para que el Señor derrame sobre ellos su luz y su gracia para que perseveren en la fe que han confesado y en las promesas que han hecho.

Sr. Arzobispo: Oh Dios, fuente de toda luz y origen de todo bien, que enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, para revelar a los hombres el misterio escondido de tu amor; bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el servicio de la catequesis: concédeles que, al meditar asiduamente tu Palabra, se sientan penetrados y transformados por ella, y sepan anunciarla con toda fidelidad a sus hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Y yo os envío en nombre del Señor para que, como catequistas, conduzcáis a los niños, a los adolescentes, y a los jóvenes por Jesucristo, en el Espíritu, a Dios nuestro Padre, que vive y reina por los siglos…

4.- Entrega simbólica de la Palabra de Dios

Sr. Arzobispo: En nombre de todos los catequistas de Madrid, que habéis meditado la Palabra de Dios, llevadla en vuestras manos, en vuestros labios y en vuestro corazón, para que aquellos a quienes sois enviados puedan, al contemplar vuestra vida, leer en ella el mensaje del Evangelio de Jesús.

A continuación, cada uno de estos cuatro catequista van besando el libro del Evangelio que les acerca el Obispo, y se disponen en orden para la oración de los fieles. Mientras, el coro canta una canción.

Canto del envío (Grupo Espíritu Misionero):

Estar en deuda por los dones que me das,

quizá yo no merezco tanto.

Mirar mi vida y sentir que tu amor,

siempre va conmigo en el corazón

Cada mañana siento la necesidad,

de compartir tu gracia con  todos.

En el mundo estoy buscando el lugar,

dónde poder hablarles con  tu voz.

Solo escucho tu palabra que me dice ven y sígueme

¿Dónde quieres que vaya?

¿Dónde quieres que hable de tu amor?

Yo te seguiré, yo te seguiré 

¿Dónde quieres que vaya? ¿Dónde está mi lugar?

Con pasos misioneros, tu palabra anunciar

¿Dónde está mi lugar?

En otras tierras hablarles de tu bondad,

y ser testigos vivos de la Fe

Haz de mi un instrumento de tu paz,

para abrazar, amar y perdonar.

Quiero llevar tu palabra,

dónde nadie ha oído hablar de Tí

¿Dónde quieres que vaya?

¿Dónde quieres que hable de tu amor?

Yo te seguiré, yo te seguiré 

¿Dónde quieres que vaya? ¿Dónde está mi lugar?

Con pasos misioneros, tu palabra anunciar

¿Dónde está mi lugar?

https://espiritumisionero.es/Discograf-a/

ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES

Sr. Arzobispo: Oremos, hermanos, a Dios por las necesidades de la Iglesia y del mundo, por nosotros y, de modo especial, por quienes se dedican a la tarea de evangelizar.

Cinco catequistas hacen las preces:

  1. CÉSAR PABLO DÍAZ: Pidamos por el Papa Francisco, para que unidos a él todos los miembros del Pueblo de Dios secundemos su impulso evangelizador y reformador a favor de una Iglesia que mira el mundo desde las periferias existenciales del ser humano y quiere ser para toda la humanidad el hospital de campaña que cura las heridas de los hombres y les ofrece la salvación en Cristo , ROGUEMOS AL SEÑOR.
  2. ALBERTO CERNA: Pidamos por nuestro cardenal arzobispo Carlos, y por sus obispos auxiliares Juan Antonio, Santos, Jesús y José, y para que unidos a ellos secundemos los catequistas su impulso de comunión y misión de la Iglesia que peregrina en Madrid, y para que en este Año Mariano con ellos aprendamos de María a ser y a hacer la Iglesia de Cristo, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  3. ROSA MARÍA ABAD: Pidamos para que los catequistas de la diócesis de Madrid nos entreguemos sin reservas a la misión que se nos ha encomendado, con amor, dedicación y alegría cada vez mayores, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  4. CARLOS CEREZO: Pidamos por todos los cristianos perseguidos por su fe (especialmente por los catequistas), y por todos los que viven en el seno de comunidades eclesiales esparcidas por todo el mundo que por diversas razones sufren la pobreza y el abandono, para que no dejemos nunca de rezar, compartir y ayudar a la Iglesia que sufre, ROGUEMOS AL SEÑOR.
  5. ELIZABETH CHUQUIPIONDO: Pidamos para que todos sean acogidos, convocados y queridos por igual en el ámbito de la Catequesis, de todas las razas y de todas las culturas, de diversas capacidades, y de diversas situaciones personales y sociales, ROGUEMOS AL SEÑOR.

Sr. Arzobispo: Oremos: ¡Oh Dios, fuente de luz y de bondad, que enviaste a tu Hijo único, Palabra de vida, a revelar a los hombres el misterio de tu amor! Bendice a estos hermanos nuestros, elegidos para el ministerio de catequistas. Ayúdales a meditar asiduamente tu Palabra, para que se dejen penetrar por su enseñanza y la anuncien fielmente a sus hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.

LITÚRGIA EUCARÍSTICA

Monición colecta: A favor de los cristianos sirios a través de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada

Canto ofertorio:

Te ofrecemos pan y vino,

Te ofrecemos nuestro ser,

Pan para andar el camino,

Vino que apaga la sed.

Te ofrecemos pan y vino

Que ahora se transformarán

En Cuerpo y Sangre de Cristo,

Nueva vida nos darán.

Tu pan Jesús será Pan compartido

Pan que levantara a los caídos.

Te ofrecemos pan y vino,

Te ofrecemos nuestro ser,

Pan para andar el camino,

Vino que apaga la sed.

https://youtu.be/Q6BEg8D-niY

Oración sobre las ofrendas

Sr. Arzobispo:

Recibe, Padre, este sacrificio de tu pueblo,

para que los dones ofrecidos a ti

en honor de san León Magno.,

sean para nuestra salvación eterna.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Plegaría Eucarística 

Santo (Santo hebreo):

Santo, Santo, Santo el nombre del Señor (bis)

Llena esta la tierra. Llena esta de tu gloria

Santo, Santo, Santo el nombre del Señor (bis)

¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna en el cielo!

¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna en el cielo!

Bendito el que viene en nombre del Señor (bis)

¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna en el cielo!

¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna en el cielo!

https://youtu.be/kSY10vhmPI8

RITOS FINALES:

Canto Cordero de Dios

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,

danos la paz, danos la paz.

Canto de Comunión

Sé fiel (Brotes de olivo)

Sé fiel a la verdad. Sigue a tu corazón.
No te dejes llevar. Busca a tu vida razón.

Siente la alegría de vivir según la voz de tu alma.
Y no dejes de pensar que es Dios el que te habla.
Mas no cambies su voz por tus palabras.

Hoy no a sinceridad. Busco mi propio yo.
Sigo siempre mi verdad. Es la mía, no de Dios.

Quiero comprender que la verdad está en el Evangelio.
Y he de darme a los demás. Amar será mi sello.
Y perder mi identidad y ser de ellos.

https://youtu.be/T0DZDXQb2_k

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:

Sr. Arzobispo:

Señor y Dios nuestro, te pedimos que estos sacramentos recibidos
acrecienten en nosotros el ardor de ese amor
que encendió a san León Magno,
y lo impulsó a entregarse con todas sus fuerzas
por el bien de la Iglesia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

Diácono: ¡Podéis ir en paz!

Canto a María: María, la madre buena (Kairoi)

Tantas cosas en la vida nos ofrecen plenitud,

y no son más que mentiras que desgastan la inquietud.

Tú has llenado mi existencia al quererme de verdad.

Yo quisiera Madre Buena amarte más.

En silencio escuchabas la Palabra de Jesús,

y la hacías pan de vida meditando en tu interior.

La semilla que ha caído ya germina, ya está en flor.

Con el corazón en fiesta cantaré.

Ave María, ave María.

Ave María, ave María.

Desde que yo era muy niño has estado junto a mí,

y guiado de tu mano aprendí a decir sí.

Al calor de la Palabra nunca se enfrió mi fe,

y en la noche más oscura fuiste luz.

No me dejes Madre mía, ven conmigo al caminar;

quiero compartir mi vida y crear fraternidad.

Muchas cosas en nosotros son el fruto de tu amor.

La plegaria más sencilla cantaré.

https://youtu.be/KuVmoRT0abU